Miércoles
3 de tiempo ordinario
Hebreos 10,11-18
REFLEXIÓN
Cualquier otro sacerdote ejerce su
ministerio, diariamente, ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, porque
de ningún modo pueden borrar los pecados
Cuántos
sacerdotes, ministros o pastores hoy en día, en los diferentes cultos y
religiones serán capaces de relativizar su propio ministerio y misión, para
enfatizar y enfocar el único sacrificio, ministerio y misión de Jesús de
Nazareth, muerto y resucitado?
No
tenerlo suficientemente en cuenta en las jerarquías eclesiásticas, vitalicias o
temporales, proyecta una sombra de desconfianza en su lealtad a Jesús, y en la
credibilidad de su ministerio y misión.
Levantan
en muchas ocasiones la suspicacia sobre su ambición de poder.
Hoy
vivimos un tiempo especialmente sensible a este punto, porque además de la
suspicacia se da la confrontación y el ataque abierto a la autoridad de las
jerarquías, sacando al escenario mediático hechos de corrupción en los que se
les acusa de ser autores y cómplices.
En
algunos casos algunas de estas jerarquías han admitido esas culpabilidades de
alguno de sus miembros y han pedido perdón.
No sólo
han olvidado a quién sirven y representan, sino que han malogrado hasta cierto
punto el servicio a la misión del reino tomando parte en el anti-reino.
Con una sola ofrenda ha perfeccionado para
siempre a los que van siendo consagrados
Todo
trabajo de fe consiste en volver al Espíritu del único sacrificio, el que hizo
para siempre Jesús de Nazareth con su vida, palabra y obra.
Los
ejercicios de Ignacio de Loyola son enfáticos y frenéticos en la identificación
con Jesús y su misión.
Es la
intuición genial aupada por el Espíritu de Dios que interviene en toda época
para cuidar de su parcela.
Donde hay perdón, no hay ofrenda por los
pecados
Con Jesús y su entrega se nos dio y se nos dejó para siempre
su perdón. El que afanosamente y anualmente gestionaba un sumo sacerdote hebreo
en el silencio del santo de los santos. O el que con sangre y en medio de
alaridos espantosos dramatizaban los sumos sacerdotes de algunas religiones que
sacrificaban humanos.
Entre
nosotros si hay perdón no hay pecado. Si actuamos el perdón, renace el ágape y
la fraternidad, y el pecado se esfuma como un delirio nocturno ante el
amanecer.
Salmo responsorial: 109
REFLEXIÓN
yo mismo te engendré, como rocío, / antes de la aurora
Cómo aparece la
materia, sólida e impenetrable como la vemos y palpamos, desde un origen
elemental que es indefinido en su composición según los físicos?
Esa fue una de las
discusiones más acérrimos en los primeros siglos sobre la aparición de Jesús
como Hijo de Dios, no por nacimiento sino por generación. Una distinción que
parece juego de palabras.
Se quería entonces
proteger y subrayar que en Jesús, como Hijo de Dios-su Dios y nuestro Dios, el
único de quien es posible esperar una verdadera salvación-se daba una línea
legítima de salvación plena, definitiva, radical, irreversible.
Marcos 4,1-20
REFLEXIÓN
tuvo que subirse a una barca
Les enseñó mucho rato con parábolas, como
él solía enseñar
Salió el sembrador a sembrar
El
escenario y el tema de la parábola muestran una incongruencia: sentado en una
barca no habla de parábolas de pesca, sino de siembra y semillas.
Es
posible un montaje posterior que disloca del escenario original.
Eso más
que fraude puede indicar acomodación al tipo de auditorio, flexibilidad del
mensaje según los oyentes.
Una
estrategia pedagógica aprendida del mismo Jesús por los apóstoles y catequistas
posteriores.
El resto cayó en tierra buena: nació,
creció y dio grano; y la cosecha fue del treinta o del sesenta o del ciento por
uno
En el
mensaje de la parábola hay reminiscencias proféticas a propósito de una
realidad observada durante siglos: el resto.
El resto
es la cantidad indeterminada de personas que se mantienen leales y fieles a la
Palabra, que son tierra buena, que abren los oídos y escuchan.
Y aun en
el resto hay diferencias de aprovechamiento y señalamiento. Diferencias
individuales, de la variedad de ejercicios de libertad personal, porque se dan
diferentes cantidades de cosecha.
Entonces
por un lado hemos de reflexionar sobre nuestra pertenencia al resto: se da?
Y por
otro hemos de ponderar nuestra cosecha, la que debemos y la que podemos en
acción de gracias por ser buena tierra aún.
"¿No entendéis esta parábola? ¿Pues,
cómo vais a entender las demás?
En la
experiencia del ministerio de la Palabra los predicadores fueron recogiendo
dificultades de los que escuchaban.
Se
consternaban observando que no todo el mundo acogía la palabra congruentemente,
y aunque escuchaban no actuaban de acuerdo a ella.
Incluso
aunque actuaran no todos eran tan perfectos en su aprovechamiento. Establecían
comparaciones y hasta se etiquetaban creyéndose unos más justos que otros.
Entonces
proponen los evangelizadores que los escuchas sean honestos y se examinen sus
actitudes al escuchar la palabra y se cuestionen sobre su cumplimiento.
Nos
invitan pues a una autocrítica.
Ayuda
entender la parábola en una fase posterior de alegoría que se brinda como una
tipología de actitudes de escucha basada en las diferencias que se pueden dar
en una siembra, dependiendo de la clase de tierra en la que cae la semilla,
cuando se siembra al voleo.
Así hay
semillas a borde del camino, en tierra llena de piedras o entre zarzas.
Aun en
la tierra fértil, unas dan más cosecha que otras.
viene una dificultad o persecución por la
palabra, en seguida sucumben
Convertirse
en mejor tierra sería el compromiso.
Mejor
escucha, mayor constancia y valentía, menos ambición del mundo y más cosecha.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1354396871331098628?s=20