domingo, 14 de febrero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 6 de tiempo ordinario

Levítico 13,1-2.44-46

REFLEXIÓN

Mientras le dure la afección, seguirá impuro; vivirá solo y tendrá su morada fuera del campamento

Esa afección condenaba al enfermo a la exclusión social con un agravante religioso:su sentencia la dictaban los sacerdotes y su estigma era de impureza, es decir, una doble enfermedad.

Nuestro tiempo ha girado notablemente hacia la restitución social de los excluídos por diferentes causas:minorías de género, minorías y mayorías de pobreza económica, minorías de varios tipos de adicciones, minorías políticas, étnicas, religiosas.

Es como si el escándalo de la exclusión se hubiera acentuado.Por qué? Qué ha contribuído? En esta evolución se pueden señalar causas varias:la mayor información lograda por las ciencias sobre ciertas afecciones. El exterminio vergonzoso de minorías excluídas socioeconómicamente, entre otras.

Pero laten aún fuerzas contrarias a esa integración, que encuentran una salida más apta en la exclusión y aun radical, por el perjuicio actual o posible a la sociedad establecida.

En nuestras urbes donde la criminalidad de bandas de jóvenes va aumentando, hay escuadrones de la muerte que ejecutan limpieza social de delincuentes y aparecen ajusticiados jóvenes y niños que quizás eran asesinos y que la legislación penal vigente no los regeneró ni los confinó mínimamente.

Salmo responsorial: 31



REFLEXIÓN

dichoso el hombre a quien el Señor / no le apunta el delito

Nuestras sociedades aun primitivas son conjuntos limitados que no logran plena integración, y por lo tanto no dejan de causar alguna exclusión, de elementos o grupos que se tienen por perniciosos para el conjunto en un momento dado.

No se escapa de esto ni las sociedades eclesiasales, consideradas perfectas por buscar contagiarse de la perfección de la divinidad que invocan, pero que ejercen en sus miembros algún tipo de acción excluyente y ponene aparte miembros o grupos supuestamente peligrosos. Son los herejes, los rebeldes y otras etiquetas.

La Palabra nos anima a encontrar en el Señor la única instancia absoluta de juicio no excluyente. Vivir en esa esperanza hace al creyente resistente a la persecución y el rechazo social, no un mero evasor o alienado.

Por eso el acompañamiento pastoral desde la fe hacia la fe pretende aportar motivos de resistencia y endurecimiento frente a la exclusión, el separatismo y el odio. Pero lo hace habilitando en un amor sin rencor, ni venganza que perdona al enemigo.

Había pecado, lo reconocí, / no te encubrí mi delito; / propuse: "Confesaré al Señor mi culpa" / y tú perdonaste mi culpa y mi pecado

Porque esta fe transmite una fuerza, un Espíritu de Dios que acoge a quien sinceramente se ubica en su responsabilidad y la confiesa, y espera el perdón que asiste a la transformación del corazón y la conducta.

1Corintios 10,31-11,1

REFLEXIÓN

no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría, para que se salven

Un criterio para la construcción de la unidad es la búsqueda del bien común. Es un antídoto contra el sectarismo y la exclusión. Se trata de un esfuerzo costoso en el que hay que invertir mucha energía y determinación, pero la recompensa es el logro de la unidad o sea la integración de diferentes fuerzas en una dinámica integradora y sinérgica.

Marcos 1,40-45

REFLEXIÓN

"Si quieres, puedes limpiarme."

Limpieza de su pena de salud y de su ostracismo social.

"Quiero: queda limpio."

Jesús de Nazaret en sus encuentros de sanación velaba también por el cuerpo social para lograr la integración de los excluídos y para la conversión del sectarismo.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1360914879339786243?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Domingo, VI semana
San Efrén Sobre el Diatéseron 1,18-19

¿Quién hay capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le plazca. Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrara su reflexión. La palabra de Dios es el árbol de vida que te ofrece el fruto bendito desde cualquiera de sus lados, como aquella roca que se abrió en el desierto y manó de todos lados una bebida espiritual. Comieron—dice el Apóstol—el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual. Aquel, pues, que llegue a alcanzar alguna parte del tesoro de esta palabra no crea que en ella se halla solamente lo que él ha hallado, sino que ha de pensar que, de las muchas cosas que hay en ella, esto es lo único que ha podido alcanzar. Ni por el hecho de que esta sola parte ha podido llegar a ser entendida por él, tenga esta palabra por pobre y estéril y la desprecie, sino que, considerando que no puede abarcarla toda, dé gracias por la riqueza que encierra. Alégrate por lo que has alcanzado, sin entristecerte por lo que te queda por alcanzar


https://www.youtube.com/watch?v=Vq38b-5aVWY

REFLEXIÓN

La sobreabundancia de la Palabra de Dios se experimenta en la lectura constante que nos ofrece la Iglesia como un manjar permanente, cada día de la semana, durante todas las semanas del año. Acercarse a la mesa de la Palabra es vivir la saciedad que se requiere en el momento, como el maná, con la convicción, que habrá más cuando vuelva a necesitar. Inagotable, polifacética, disponible, interpeladora, acogedora. Una palabra que no defrauda jamás.