martes, 16 de febrero de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Martes 6 de tiempo ordinario

Génesis 6,5-8;7,1-5.10



REFLEXIÓN

y que todo su modo de pensar era siempre perverso

Hay tendencias actuales que quieren ver en el ser humano más bien ingenuidad y buena voluntad inicial, dejando a la sociedad el oficio de contaminadora y pervertidora.

Sin embargo la sicología profunda arroja sospechas sobre esta diafanidad humana inicial, identificando fuerzas inconscientes que presagian patologías y aberraciones.

También en la Palabra hay oscilaciones entre un negro pesimismo sobre los hombres y mujeres, y por otro una esperanzadora visión de regeneración y sublimidad.

se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y le pesó de corazón.

La desolación de Dios creador: no sabe a que hora se le ocurrió darnos vida, como un exceso de amor que llegará hasta la entrega de su Hijo.

me pesa de haberlos hecho

Pensamientos de este tipo pueden surgir con los cataclismos y seismos, genocidios y muertes accidentales, que plagan el planeta. Como si Dios quisiera borrarnos. Por lo menos sería un pensamiento avieso sugerido por un maligno, para hacernos dudar y desesperar del amor de Dios Padre.

tú eres el único justo que he encontrado en tu generación

Noé sería una figura de Jesús y su arca nuestra comunidad eclesial, donde esperamos alcanzar salvación.

Pasados siete días vino el diluvio a la tierra

La imágenes impactantes de las inundaciones en diferentes parte del globo y la fragilidad que muestran de todo lo que somos y construimos, hacen pensar que el diluvio no fue una realidad escasa y prehistórica, sino la constante de alguna cultura que la grabó en su memoria.

Salmo responsorial: 28



REFLEXIÓN

el Señor sobre las aguas torrenciales

Es nuestra esperanza en los malos momentos que se nos imponen cuando la naturaleza desatada nos cobra nuestros abusos.

Marcos 8,14-21



REFLEXIÓN

"Lo dice porque no tenemos pan."

Nuestra fatiga por la tierra no permite entender la comunicación sobre el cielo.

La ideología contemporánea se sigue esforzando en ese olvido e incomprensión.

Por ello para muchos el reino sólo es tierra, y nada más.

El fenómeno del equívoco en la comunicación también se dio entre Jesús y sus allegados. La Palabra se hizo carne, implica este riesgo de ser erróneamente interpretada.

¿Y no acabáis de entender?"

Que lo que produce tales efectos como responder el hambre de muchos, es iniciativa del Señor, que vela por sus hijos?

La iniciativa es del cielo, y la tierra se beneficia con su intervención.

¿Os acordáis?"

El oráculo del Señor es una invitación permanente a la memoria de su intervención. Nuestra tendencia es a olvidarla y por lo mismo desesperarnos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1361639168506531843?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Martes, VI
San Atanasio Contra los arrianos, sermón 2,78.81-82



La Sabiduría unigénita y personal de Dios es creadora y hacedora de todas las cosas. Todo –dice, en efecto, el salmo– lo hiciste con sabiduría, y también: La tierra está llena de tus criaturas. Pues, para que las cosas creadas no sólo existieran, sino que también existieran debidamente, quiso Dios acomodarse a ellas por su Sabiduría, imprimiendo en todas ellas en conjunto y en cada una en particular cierta similitud e imagen de sí mismo, con lo cual se hiciese patente que las cosas creadas están embellecidas con la Sabiduría y que las obras de Dios son dignas de él. Porque, del mismo modo que nuestra palabra es imagen de la Palabra, que es el Hijo de Dios, así también la sabiduría creada es también imagen de esta misma Palabra, que se identifica con la Sabiduría; y así, por nuestra facultad de saber y entender, nos hacemos idóneos para recibir la Sabiduría creadora y, mediante ella, podemos conocer a su Padre. Pues, quien posee al Hijo –dice la Escritura– posee también al Padre, y también: El que me recibe al que me ha enviado. Por tanto, ya que existe en nosotros y en todos una participación creada de esta Sabiduría, con toda razón la verdadera y creadora Sabiduría se atribuye las propiedades de los seres, que tienen en sí una participación de la misma, cuando dice: El Señor me creó al comienzo de sus obras.

REFLEXION

Se puede decir que tenemos un nivel de comunicación de Dios, basado en la participación de su semejanza, porque nos ha creado por medio de su Hijo Palabra, que nos permite expresarlo en nuestra palabra, salvando en cierta forma la asimetría del Misterio de Dios y su creación o creaturas.

Mas, como, en la sabiduría de Dios, según antes hemos explicado, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes. Porque Dios no quiso ya ser conocido, como en tiempos anteriores, a través de la imagen y sombra de la sabiduría existente en las cosas creadas, sino que quiso que la auténtica Sabiduría tomara carne, se hiciera hombre y padeciese la muerte de cruz, para que, en adelante, todos los creyentes pudieran salvarse por la fe en ella. Se trata, en efecto, de la misma Sabiduría de Dios, que antes, por su imagen impresa en las cosas creadas (razón por la cual se dice de ella que es creada), se daba a conocer a sí misma y, por medio de ella, daba a conocer a su Padre. Pero, después esta misma Sabiduría, que es también la Palabra, se hizo carne, como dice san Juan, y, habiendo destruido la muerte y liberado nuestra raza, se reveló con más claridad a sí misma y, a través de sí misma, reveló al Padre; de ahí aquellas palabras suyas: Haz que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo

REFLEXION

Un mayor compromiso con su Revelación, lo hizo tomar carne como Palabra histórica, pero transmitido en la predicación humana, sujeta a todo tipo de márgenes de error e incomprensión. Respecto del Misterio, lo que producimos es una babel de sentidos, a menos que el infunda Espíritu en nuestro verbo. La mayor claridad que aporta esta gesta del Misterio, sin embargo, está abierta al conocimiento agnóstico de la fe.

De este modo, toda la tierra está llena de su conocimiento. En efecto, uno solo es el conocimiento del Padre a través del Hijo, y del Hijo por el Padre; uno solo es e] gozo del Padre y el deleite del Hijo en el Padre, según aquellas palabras: Yo era su encanto cotidiano, todo el tiempo jugaba en su presencia.