Domingo14 de tiempo ordinario
Ezequiel 2,2-5
REFLEXIÓN
el espíritu entró en mí, me puso en pie,
A diferencia del régimen de la Palabra en el Antiguo o Primer
Testamento, la posesión del Espíritu es definitiva y permanente.
Sin embargo se nos recuerda que no siempre estamos alerta a su
presencia y que la sensibilidad de ella se nos activa en ciertas coyunturas,
más que nada por nuestra manera emocional de ser.
Así la cercanía de un ser querido, con el que convivimos, se puede
decir que es permanente, pero no siempre estamos sensibles y alertas a esa él.
Porque el estar entre humanos fluctúa en intensidad.
Ciertos acontecimientos de la vida son a los ojos de la fe como
disparadores de la conciencia de la presencia activa del Espíritu del Señor.
Éstos son los momentos fuertes o Kayrós del sentido de unión.
Entonces nos postramos por fe y esperanza ante su amor que nos colma con su
misericordia.
También los hijos son testarudos y obstinados
Nos recuerda la Palabra nuestra responsabilidad
como mayores respecto a las generaciones venideras. Si nuestro patrimonio y
legado es de escucha y obediencia nuestros hijos serán obedientes en el sentido
de la salvación. Lo cual no se identifica necesariamente con la obediencia por
cualquier causa cultural.
Salmo responsorial: 122
REFLEXIÓN
Como están los ojos de la esclava / fijos en las manos de su
señora, / así están nuestros ojos / en el Señor, Dios nuestro, / esperando su
misericordia
En este tiempo de autosuficiencia,
autoglorificación y autocomplacencia tecnológica, todavía se nos presentan como
profetas inéditos, ciertos acontecimientos que son como callejones sin salida
para nuestra arrogancia cultural.
Son las oportunidades, el Kayrós, el tiempo
oportuno de levantar los ojos pendientes de la misericordia del Señor. Entonces
somos llamados a descubrir el amor gratuito que no nos debe nada y al que
debemos todo, porque todo nos lo ha dado en Jesús de Nazareth.
2Corintios 12,7b-10
REFLEXIÓN
Para que no tenga
soberbia, me han metido una espina en la carne: un ángel de Satanás que me
apalea
Pablo entiende su humillación-la cual no se ha
aclarado sobre qué trata-como una gracia del amor del Señor para que no se haga
el protagonista de las iluminaciones recibidas.
Ciertas pruebas son ocasión en la vida para
volvernos al tamaño verdadero de nuestra autenticidad, y cuánto debemos al
Señor por nuestro crecimiento.
Con ésta estrategia, que nos dimensiona en
nuestro real valor, se ofrece un paradigma que resulta lo contrario del
encumbramiento que se vive en nuestra cultura. Más bien nuestro pan de cada día
son los ejemplos de protagonismo y autoproclamación de méritos.
Una cultura de fraternidad, más bien se construye
sobre actitudes de cooperación y solidaridad, que disminuyen el ego ávido y
codicioso de fama propia.
Tres veces he pedido al Señor verme libre de él; y me ha
respondido: "Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la
debilidad."
Es posible que oremos por librarnos de un daño o perjuicio en
nuestra vida. Pero el mismo pudiera ofrecernos la gracia de nuestro verdadero
yo immerso en la acogida paterna del Señor.
Por eso, muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así
residirá en mí la fuerza de Cristo
Entonces nuestra súplica también ha de solicitar
la gracia de conocer y experimentar en nuestra debilidad la fuerza del Señor.
No sólo pedirla, sino conocer como se da en nuestro sufrir concreto.
Por eso, vivo contento en medio de mis debilidades, de los
insultos, las privaciones, las persecuciones y las dificultades sufridas por
Cristo. Porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte
Así es nuestro gozo cristiano: una paradoja que
se vive de fuerza en la debilidad y contento, en la privación.
Marcos 6,1-6
REFLEXIÓN
¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es ésa que le han
enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de
María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con
nosotros aquí?"
Porque Jesús de Nazareth vivió en carne propia la comidilla y el
menosprecio que produce la envidia y los celos de la buena fama de un paisano.
Su autenticidad humana era tan original y genuina que compartió
con nuestra raza hasta esa mezquindad frecuente por la cual reducimos la
importancia de alguien para no escuchar su dignidad.
Se trata de un recurso que utilizamos para no vernos comprometidos
a realizar la palabra y el mensaje de cambio y conversión que nos podemos estar
comunicando unos a otros.
"No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus
parientes y en su casa."
No pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó algunos enfermos
imponiéndoles las manos.
En el reino se trata de vivir una fraternidad en
la que aprendemos unos de otros gozosamente. Nada tiene que ver con la sociedad
de mercado, donde la competividad es la base de las relaciones.
Y se extrañó de
su falta de fe
Esperaba una mejor receptividad, y hasta tuvo
quizá ilusión por la reacción positiva a su mensaje y aporte. Jesús vivió la
frustración de arar en el mar.
Y recorría los pueblos de alrededor enseñando
Pero siguió adelante en su misión
modelando para nosotros por si queremos seguirlo.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1411656819244781581?s=20