viernes, 1 de octubre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 26 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Baruc 1,15-22



REFLEXIÓN

Confesemos que el Señor, nuestro Dios, es justo

No obstante yo no entienda lo que nos acontece.

porque pecamos contra el Señor no haciéndole caso, desobedecimos al Señor, nuestro Dios, no siguiendo los mandatos que el Señor nos había dado

El desvío de su voluntad y designio, a eso llamamos pecado y a nuestra disposición constante a desviarnos llamamos iniquidad y pecar en el corazón.

Un desafío para nuestra existencia consiste en conciliar voluntades y dejarnos transformar en colaboradores suyos.

Desde el día en que el Señor sacó a nuestros padres de Egipto hasta hoy, no hemos hecho caso al Señor, nuestro Dios, hemos rehusado obedecerle.

Porque el reconocimiento de su intervención no baja al corazón ni nos convierte automática y radicalmente, como muestra Jesús en su quehacer.

No nos convencemos que Él es, y nos preferimos en nuestra sabiduría, que llega a ser tontería.

Por eso, nos persiguen ahora las desgracias y la maldición con que el Señor conminó a Moisés, su siervo, cuando sacó a nuestros padres de Egipto para darnos una tierra que mana leche y miel

En nuestra postración la insidia del acusador persiste, porque busca convencernos del castigo por parte del Señor, cuando somos nosotros y es su seducción la que nos han puesto la zancadilla para caer.

todos seguimos nuestros malos deseos, sirviendo a dioses ajenos y haciendo lo que el Señor, nuestro, Dios reprueba.

El mundo ,sus dioses y su sabiduría nos deslumbran e hipnotizados quemamos nuestras alas en su fuego.

Salmo responsorial: 78



REFLEXIÓN

Echaron los cadáveres de tus siervos / en pasto a las aves del cielo, / y la carne de tus fieles / a las fieras de la tierra.

Disponer de los restos y darles cierta honra, en memoria de su dignidad en vida, por poca cosa que hayan parecido ser, se convierte en un bien para los vivos que lo realizan.

No se acaba de tener consuelo sin dar a los muertos su sepultura.

Qué será entonces llegar al extremo de quedar abandonados, como signos de la destrucción y la sevicia del odio criminal?

que tu compasión nos alcance pronto, / pues estamos agotados

por el honor de tu nombre

En el Padrenuestro oramos “santificado sea tu nombre”.

Parece una petición insignificante para nuestro sentido de la relevancia, tal como se presenta, centrada en la gloria del Señor.

Pero es eminentemente salvífica: el nombre es el prestigio del Padre, que se muestra en su intervención favorable y salvífica.

Lucas 10,13-16



REFLEXIÓN

Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza

Los signos constantes a nuestro alrededor también son para la conversión.

Nos representa una responsabilidad dar cuenta de los signos que se nos ofrecieron y dejamos de convertirnos.

Tendrás en cuenta lo torpes que somos la mayoría para sensibilizarnos a tu reino?

Cuando en nuestra existencia se muestra una conversión, conocemos que la Palabra se ha escuchado

Milagros entendidos como señales para la conversión, los tenemos muchos todos los días.

No se puede decir que tengamos mucha conversión en correspondencia, porque escuchamos poco la Palabra.

Escuchar la Palabra-nos lo enseña Job- es quedarnos sin más que decir en nuestra defensa, y asumir con gozo el designio del Padre.

Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado

La cadena de envío se ha debilitado por la erosión de la credibilidad en los enviados.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1443898318447316992?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Viernes, XXVI semana

San Ambrosio Tratado sobre la carta a los Filipenses

Como acabáis de escuchar en la lectura de hoy, amados hermanos, la misericordia divina, para bien de nuestras almas, nos llama a los goces de la felicidad eterna, mediante aquellas palabras del Apóstol: Estad siempre alegres en el Señor. Las alegrías de este mundo conducen a la tristeza eterna, en cambio, las alegrías que son según la voluntad de Dios durarán siempre y conducirán a los goces eternos a quienes en ellas perseveren. Por ello, añade el Apóstol: Os lo repito, estad alegres. Se nos exhorta a que nuestra alegría, según Dios y según el cumplimiento de sus mandatos, se acreciente cada día más y más, pues cuanto más nos esforcemos en este mundo por vivir entregados al cumplimiento de los mandatos divinos, tanto más felices seremos en la otra vida y tanto mayor será nuestra gloria ante Dios. Que vuestra mesura la conozca todo el mundo, es decir, que vuestra santidad de vida sea patente no sólo ante Dios, sino también ante los hombres; así seréis ejemplo de modestia y sobriedad para todos los que en la tierra conviven con vosotros y vendréis a ser también como una imagen del bien obrar ante Dios y ante los hombres. El Señor está cerca. Nada os preocupe: el Señor está siempre cerca de los que lo invocan sinceramente, es decir, de los que acuden a él con fe recta, esperanza firme y caridad perfecta; él sabe, en efecto, lo que vosotros necesitáis ya antes de que se lo pidáis; él está siempre dispuesto a venir en ayuda de las necesidades de quienes lo sirven fielmente

REFLEXIÓN

La calidad de vida en el contexto del vivir en algún siglo pasado puede llamarnos la atención por el ideal tan lejano de la actual ocurrencia de la convivencia humana en los  diferentes espacios culturales contemporáneos. Tal calidad y las recomendaciones para conservarla, contenidas en las exhortaciones de los evangelizadores y predicadores, hoy quizás no nos mueven tanto porque nos sentimos muy diferentes y estrenando otras categorías mentales. Sin embargo, mirando más detenidamente, lo que llevaba al desenfreno y abuso de todo tipo, será muy diferente a lo que nos mueve hoy, sabiendo como lo hacemos, que nuestro fondo sigue sensible a la estimulación de la codicia, lujuria, envidia, violencia, mentira …y traición.? Por qué entonces no nos movemos tanto al los bienes imperecederos? Contra qué competimos que nos hace tan duro el esfuerzo por la vida honesta y cristiana?