jueves, 28 de julio de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Jueves, XVII

San Cirilo de Jerusalén Catequesis 18,26-29

«Católica»: éste es el nombre propio de esta Iglesia santa y madre de todos nosotros; ella es en verdad esposa de nuestro Señor Jesucristo, Hijo unigénito de dios (porque está escrito: Como Cristo amó a su Iglesia y se entregó a si mismo por ella, y lo que sigue), y es figura y anticipo de la Jerusalén de arriba, que es libre y es nuestra madre, la cual, antes estéril, es ahora madre de una prole numerosa. En efecto, habiendo sido repudiada la primera, en la segunda Iglesia, esto es, la católica, Dios –como dice Pablo– estableció en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas, y toda clase de virtudes: la sabiduría y la inteligencia, la templanza y la justicia, la misericordia y el amor a los hombres, y una paciencia insuperable en las persecuciones.

REFLEXIÓN

El tiempo presente en diversas latitudes y pueblos nos hace presente el riesgo de persecución y martirio. No agrada al natural humano ni a la pacífica convivencia cristiana, pero no se puede decir que se haya ocultado desde el principio, comenzando por su cabeza, Jesús de Nazaret, que la fe profesada sería probada en el rechazo, fuera y dentro.

Ella fue la que antes, en tiempo de persecución y de angustia, con armas ofensivas y defensivas, con honra y deshonra, redimió a los santos mártires con coronas de paciencia entretejidas de diversas y variadas flores; pero ahora, en este tiempo de paz, recibe, por gracia de Dios, los honores debidos, de parte de los reyes, de los hombres constituidos en dignidad y de toda clase de hombres. Y la potestad de los reyes sobre sus súbditos está limitada por unas fronteras territoriales; la santa Iglesia católica, en cambio, es la única que goza de una potestad ilimitada en toda la tierra. Tal como está escrito, Dios ha puesto paz en sus fronteras.

REFLEXIÓN

Un poder que en todo tiempo se ofrece como instrumento de servicio, pero también como seducción a la prepotencia, la opresión y el abuso sobre todo con los que menos pueden.

En esta santa Iglesia católica, instruidos con esclarecidos preceptos y enseñanzas, alcanzaremos el reino de los cielos y heredaremos la vida eterna, por la cual todo lo toleramos, para que podamos alcanzarla del Señor. Porque la meta que se nos ha señalado no consiste en algo de poca monta, sino que nos esforzamos por la posesión de la vida eterna. Por esto, en la profesión de fe, se nos enseña que, después de aquel artículo: La resurrección de los muertos, de la que ya hemos disertado, creamos en la vida del mundo futuro, por la cual luchamos los cristianos Por tanto, la vida verdadera y auténtica es el Padre, la fuente de la que, por mediación del Hijo, en el Espíritu Santo, manan sus dones para todos, y, por su benignidad, también a nosotros los hombres se nos han prometido verídicamente los bienes de la vida eterna.

miércoles, 27 de julio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 17 de tiempo ordinario

Jeremías 15, 10. 16-21



REFLEXIÓN

Te me has vuelto arroyo engañoso, de aguas inconstantes.

Se anuncia la nueva libertad para el creyente que todo lo espera del Señor: una amistad en la que caben los reproches y la amargura contra Dios.

Nos enfrentamos con el misterio de la persona, en este caso el Misterio absoluto y totalmente Otro, que nos rebasa y no comprendemos casi nada.

Pero no obstante amamos ese Misterio y Persona y nos abrimos a su abismo de novedad y sorpresa, manteniendo la confianza como el el peso que nos ancla.

Que ellos se conviertan a ti, no te conviertas tú a ellos. Frente a este pueblo te pondré como muralla de bronce inexpugnable; lucharán contra ti y no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte y salvarte -oráculo del Señor-. Te libraré de manos de los perversos, te rescataré del puño de los opresores."

La misión que sirve a los intereses del Señor mantiene al enviado de pie, no por su fuerza sino por la gracia del que envía.

En nuestro tiempo no es de buen gusto atribuirnos tan poco protagonismo en la definición del rumbo de las cosas.

Es el tiempo del superhombre nietzcheano, no del débil cristiano, que como Pablo de Tarso se considera fuerte por su debilidad.

Es el nuevo dogma que se respira y la nueva escala de valores con la que se decide.

Por eso la cruz sigue siendo la oportunidad de descubrir un horizonte alternativo y rasgar el Misterio del absoluto.

Salmo responsorial: 58



REFLEXIÓN

Estoy velando contigo, fuerza mía,

Los momentos de prueba son como la vela de armas, en las novelas de caballería de la Edad Media.

Ese rito fue ridiculizado y relativizado por don Quijote: un iluso desfasado de su tiempo, que aún velaba armas creyendo estar llamado a rescatar a su dama.

Los creyentes y seguidores de Jesús de Nazareth igualmente velan y oran para que la siembra no termine con más mala hierba que grano, y cada momento de vela es apocalíptico porque descubre las estrategias del anti-reino.

Vivir la fe a conciencia es participar en ese combate final contra las tinieblas.

Mateo 13, 44-46



REFLEXIÓN

"El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra."

Se requiere en la construcción del reino una actitud semejante a la del emprendedor: audacia para asumir riesgos.

Eso somos los creyentes y más vale serlo con lucidez: personas que apostamos por un valor y decidimos correr el riesgo. Nos estamos jugando la vida definitiva.

El Reino es comparado con un encuentro inesperado de una realidad muy valiosa por la que vale la pena invertir fuertemente.

Es como una oportunidad propicia para beneficiarse notablemente. Es un encuentro que difícilmente se puede despreciar.

Un encuentro así implica para quien lo experimenta saber que se trata de una realidad que vale la pena el riesgo y el esfuerzo.

Por lo tanto implica una capacidad de apreciar el valor de la realidad que encuentra.Implica un cierto conocimiento del valor y su aprecio de esa realidad.

Es un encuentro que impulsa a cualquier sacrificio con tal de obtener ese valor apreciado.

El Reino se parece al encuentro de un bien altamente significativo y que vale la pena y que merece se le entreguen todas las energías para conseguirlo.

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