miércoles, 19 de octubre de 2022

BEATO CARLO


 
De los Sermones de san Bernardo, abad
(Sermón 5 sobre diversas materias, 1-4: Opera omnia, edición cisterciense, 6,1 [1970], 98-103)
 
ME PONDRÉ DE CENTINELA PARA ESCUCHAR LO QUE ME DICE EL SEÑOR

 

Leemos en el Evangelio que, predicando en cierta ocasión el Salvador y habiendo afirmado que daría a comer su carne sacramental para que así sus discípulos pudieran participar de su pasión, algunos exclamaron: ¡Duras son estas palabras! Y se alejaron de él. A vista de ello, preguntó el Señor a sus discípulos si también ellos querían dejarlo; ellos entonces respondieron: Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna.

 Pues bien, hermanos, es manifiesto que en nuestros días las palabras de Jesús son también espíritu y vida para algunos y, por ello, éstos lo siguen; pero, en cambio, a otros estas mismas palabras les parecen duras, por lo cual no faltan quienes van a buscar en otra parte un consuelo miserable. La sabiduría no deja de levantar su voz en las plazas, anunciando que el camino que conduce a la muerte es ancho y espacioso, a fin de que cuantos andan por él vuelvan sobre sus pasos.

 Durante cuarenta años -dice- aquella generación me repugnó, y dije: «Es un pueblo de corazón extraviado.» Y en otro salmo añade: Una sola vez habló Dios; es cierto que Dios habló una sola vez, pues está hablando siempre, ya que su locución es continua y eterna, y nunca se interrumpe.

 Esta voz invita sin cesar a los pecadores, exhortándoles a meditar en su corazón y reprendiendo los errores de este corazón, pues es la voz de aquel que habita en el corazón del hombre y habla en su interior, realizando así lo que ya dijo por boca del profeta: Hablad al corazón de Jerusalén.

 Ya véis, hermanos, cuán saludablemente nos amonesta el profeta a fin de que si hoy escuchamos su voz no endurezcamos el corazón. Las palabras que leemos en el profeta son casi las mismas que hallamos también en el Evangelio. En efecto, en el Evangelio dice el Señor: Mis ovejas oyen mi voz, y en el salmo afirma el profeta: Nosotros, su pueblo (el del Señor, ciertamente), el rebaño que él guía, ojalá escuchemos hoy su voz y no endurezcamos el corazón.

 Escucha, finalmente, al profeta Habacuc; él no disimula la increpación del Señor, sino que la medita asiduamente y por ello exclama: Me pondré de centinela, me plantaré en la atalaya, velaré para escuchar lo que me dice, lo que responde a mis quejas. Procuremos, hermanos, ponernos también nosotros de centinela, porque la vida presente es tiempo de lucha.

 Que nuestra vida tenga su centro en nuestro interior, donde Cristo habita, y que nuestros actos sean reflexivos y nuestras obras según los dictados de la razón; pero de tal forma que no confiemos excesivamente en nuestros actos ni nos fiemos excesivamente de nuestras simples reflexiones.


martes, 18 de octubre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

San Lucas evangelista

2Timoteo 4,9-17ª



REFLEXIÓN

La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió.. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles

Fuerzas para superar las contrariedades y contradicciones, es la muestra de la presencia actuante del Señor.

Fuerzas del Señor en el camino del Señor.

Éste se concreta por los bienes del Señor, del Reino.

Pero su concreción no se reduce a lo santo sino involucra todo el tejido de la vida y su intención profunda de existir en la libertad de los hijos de Dios.

En asuntos del Reino desde la perspectiva de los primeros testimonios apostólicos, no se  espera una buena recepción cada vez.

Más bien la Palabra muestra un crecimiento en medio de la dificultad y contradicción.

Porque la Palabra nos da a conocer un poder y un bien distinto de todos los conocidos: la convicción libre de la conciencia de fe.

Salmo responsorial: 144



REFLEXIÓN

El Señor es justo en todos sus caminos,

Las dificultades con las que tropieza el reino al avanzar, son la clase de justicia propia del Señor. Una justicia que se abre paso desde lo pequeño.

cerca está el Señor de los que lo invocan, / de los que lo invocan sinceramente

Nuestra sinceridad llega solamente hasta el reconocimiento de lo que vamos siendo, pero no a la decisión final de lo que hay que hacer.

Confíamos más en lo que nuestra inteligencia dice sobre las consecuencias, que en la sabiduría de Dios para resolver.

Lucas 10,1-9



REFLEXIÓN

os mando como corderos en medio de lobos

Una imagen que vale más que mil palabras.

Saber que esa es nuestra condición como apóstoles nos lleva a poner nuestra confianza más en el poder del Espíritu que en nuestra persuasión.

Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros

La paz que vivimos y la que compartimos es el don propio del obrero de la viña.

Paz con el Señor, con la creación oprimida, con la ambición de los bienes materiales: dinero, sexo y poder.

Con el hermano y hermana en la praxis del ágape.

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