domingo, 23 de octubre de 2022

BEATO CARLO


 

De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios
(Cap. 19, 2--20, 12: Funk 1, 87-89)
 
DIOS HA CREADO EL MUNDO CON ORDEN Y SABIDURÍA Y CON SUS DONES LO ENRIQUECE

 

No perdamos de vista al que es Padre y Creador de todo el mundo, y tengamos puesta nuestra esperanza en la munificencia y exuberancia del don de la paz que nos ofrece. Contemplémoslo con nuestra mente y pongamos los ojos de nuestra alma en la magnitud de sus designios, sopesando cuán bueno se muestra él para con todas sus creaturas.

 Los astros del firmamento obedecen en sus movimientos, con exactitud y orden, las reglas que de él han recibido; el día y la noche van haciendo su camino, tal como él lo ha determinado, sin que jamás un día irrumpa sobre otro. El sol, la luna y el coro de los astros siguen las órbitas que él les ha señalado en armonía y sin transgresión alguna. La tierra fecunda, sometiéndose a sus decretos, ofrece, según el orden de las estaciones, la subsistencia tanto a los hombres como a los animales y a todos los seres vivientes que la habitan, sin que jamás desobedezca el orden que Dios le ha fijado.

 Los abismos profundos e insondables y las regiones más inescrutables obedecen también a sus leyes. La inmensidad del mar, colocada en la concavidad en la que Dios la puso, nunca traspasa los límites que le fueron impuestos, sino que en todo se atiene a lo que él le ha mandado. Pues al mar dijo el Señor: Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se romperá la arrogancia de tus olas. Los océanos, que el hombre no puede penetrar, y aquellos otros mundos que están por encima de nosotros obedecen también a las ordenaciones del Señor.

 Las diversas estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno, van sucediéndose en orden, una tras otra. El ímpetu de los vientos irrumpe en su propio momento y realiza así su finalidad sin desobedecer nunca; las fuentes, que nunca se olvidan de manar y que Dios creó para el bienestar y la salud de los hombres, hacen brotar siempre de sus pechos el agua necesaria para la vida de los hombres; y aún los más pequeños de los animales, uniéndose en paz y concordia, van reproduciéndose y multiplicando su prole.

 Así, en toda la creación, el Dueño y soberano Creador del universo ha querido que reinara la paz y la concordia, pues él desea el bien de todas sus creaturas y se muestra siempre magnánimo y generoso con todos los que recurrimos a su misericordia, por nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la gloria y la majestad por los siglos de los siglos. Amén.

REFLEXIÓN

La creatividad nuestra insidiosa se ha dirigido a encontrar los errores de ese orden, abusando de la ciencia, de tal manera que gigantescos esfueros y recursos son destinados a saciar el cumplimiento de ese objetivo, en el firmamento y en las entrañas de la materia. Al hacerlo, sin pretenderlo, siguen dando muestras de un orden que funciona sin nosotros, como un don disponible para la acción de gracias y el cuido responsable.


sábado, 22 de octubre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 29 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 4, 7-16



REFLEXIÓN

A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia

El acompañamiento de Jesús está dado, donado. No se parte de la desconfianza sino de la entrega.

Es nuestra correspondencia la que está en veremos, nuestra libertad, que hay que potenciar para responder adecuadamente.

para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud

Sí hay un crecimiento que desarrollar, incluso más allá de la muerte individual, porque la edificación es hasta la plenitud del cuerpo de Cristo.

hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es la cabeza: Cristo

Una de las expresiones actuales más utilizada tiene que ver con crecer, como un compendio de todo lo positivo y dinámico que una persona puede aspirar en su existencia.

Solo se crece cuando se está en el camino correcto, con las oportunidades correctas, en el tiempo correcto, con la actitud correcta.

Podemos juntar la fuerza significativa de nuestra mentalidad al mensaje de la Palabra y lograr una convergencia admirable: por la fe en Cristo, se desarrolla en mi ser un proceso de crecimiento en todas las cosas hasta lograr la estatura de la cabeza: Cristo.

Así la Palabra nos mantiene agraciados con el don de una visión positiva sobre el mundo y el designio sobre él, hasta que se haga el reino.

Lo más fuerte y lo más eficaz: es el amor concebido en Cristo.

Salmo responsorial: 121



REFLEXIÓN

Ya están pisando nuestros pies / tus umbrales, Jerusalén

Huyamos el esfuerzo sicológico que procura hacer sentir los niveles de crecimiento del reino en y a través de nosotros.

En los ejercicios ignacianos hay en la primera semana una meditación en la que se recomienda este esfuerzo para sentir la identificación con Cristo y el dolor de nuestros pecados.

Son rezagos de la primera época ermitaña y purgativa para romper la coraza de insensibilidad que se nos crea en nuestra rutina mundana.

Pero el don que permanece en la fe es un sentido sobre el vigor que vamos cobrando en nuestro peregrinaje. Nos sentimos más fuertes, nos palpamos más fuertes, acometemos la vida más fuertes espiritualmente.

Falta un poquito para estar dentro. Pero en la puerta del horno se quema el pan, dice un refrán popular, desconfiando de los triunfalismos.

Lucas 13,1-9



REFLEXIÓN

lo de los galileos, cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.

Los romanos eran un ejército de ocupación, bárbaro y despiadado.

Antes y ahora, como por ejemplo, las torturas de ejércitos actuales contra los poblaciones civiles desarmadas.

Un contexto de violencia absurda y desmedida, para aplacar cualquier rebelión o protesta.

¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén?

Se podría concluir que una desgracia así era un signo de rechazo de Dios en el Templo a sus sacrificios, por ser los galileos sinónimo de gente revoltosa a quien los romanos de Poncio Pilato habían sofocado.

Y de eso concluir también que no era bueno manifestar la rebeldía y aceptar la intimidación romana.

Pero en general sin llegar a esas sociologías político-religiosas, los seres humanos son presagiosos respecto de lo sacro y asumen como señales de rechazo de Dios situaciones trágicas. Y no hay tal rechazo.

El pensamiento común era descalificador para esas víctimas, teniéndolas por pecadoras.

Porque una vida plácida, sin tragedias, era el epítome de la bendición del Señor. Pero la cruz de Jesús de Nazareth trastocó esa ideología religiosa.

si no os convertís, todos pereceréis lo mismo

Pero se impone, más bien, un sentido de conversión de mentalidad: la que juzga pecadores, indignos de salvación o castigados por su culpa, a personas asesinadas por un poder político, por un accidente trágico o ultimados como ajuste de cuentas.

Un llamado ineludible para todos, que controvierte esa creencia como necesaria, ya que todos somos pecadores y culpables, aun los que juzgamos.

Ese llamado nos es útil en la actualidad frente al influjo de los medios que plantan juicios innobles sobre personas que perecen en circunstancias dudosas.

Y la exigencia de conversión es absoluta porque ahí sí, el fin será aciago.

Lo que realmente hace perecer es juzgarnos libres de culpa a diferencia de los demás.

Jesús confronta al pueblo con su dureza de corazón para con la alianza, como causa de los males que le sobrevienen.

Si bien exculpa a los galileos como pecadores, Jesús no se ubica en el nivel político como significación primaria para su mensaje de fondo.

Jesús emite un juicio profético como los clásicos de antaño: perece una sociedad injusta porque se vulnera desde dentro por corrupción.

Ya podemos tener todas las defensas y armamentos para defendernos de los de fuera, que si la corrupción avanza dentro, el fin estará próximo.

La Palabra encarnada en Jesús de Nazareth siempre aporta una rendija de la dimensión del Espíritu.

Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no. Y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera".

Si hemos de perecer mejor hacerlo convertidos y así aseguramos una vida sin fin.

"Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro.

Tiempo que lleva Jesús evangelizando sin lograr conversión? Cúmulo simbólico de un tiempo cumplido, para que se hubiera dado un fruto que valiera la pena?

"Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas.""

Su misión no es cortar, aunque aún no dé fruto.

Todo está dicho por Jesús para suscitar el despertar de la conversión.

Porque Él es magnánimo y paciente en la espera del fruto, para el que podamos crecer y madurar.

Su evangelio es el de la oportunidad, aunque no se sabe hasta cuándo. La conversión es para asumir con seriedad esa oportunidad.

El ruego pertenece a la tradición de la paciencia y la tolerancia, desde Abraham y Moisés, que confronta la impaciencia de los dioses por castigar a los hombres, pero abre a una revelación novedosa del Dios misericordioso, más allá de nuestros esquemas rígidos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1583790453744287746?s=20&t=as6QBUkP942lSIk4MwMpbw