jueves, 27 de octubre de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Jueves, XXX semana

San Atanasio Sermones contra los arrianos 2,78.79

En nosotros y en todos los seres hay una imagen creada de la Sabiduría eterna. Por ello, no sin razón, el que es la verdadera Sabiduría de quien todo procede, contemplando en las criaturas como una imagen de su propio ser, exclama: El Señor me estableció al comienzo de sus obras. En efecto, el Señor considera toda la sabiduría que hay y se manifiesta en nosotros como algo que pertenece a su propio ser. Pero esto no porque el Creador de todas las cosas sea él mismo creado, sino porque él contempla en sus criaturas como una imagen creada de su propio ser. Ésta es la razón por la que afirmó también el Señor: El que os recibe a vosotros me recibe a mí, pues, aunque él no forma parte de la creación, sin embargo, en las obras de sus manos hay como una impronta y una imagen de su mismo ser, y por ello, como si se tratara de sí mismo, afirma: El Señor me estableció al principio de sus tareas, al comienzo de sus obras. Por esta razón precisamente, la impronta de la sabiduría divina ha quedado impresa en las obras de la creación: para que el mundo, reconociendo en esta sabiduría al Verbo, su Creador, llegue por él al conocimiento del Padre. Es esto lo que enseña el apóstol san Pablo: Lo que puede conocerse de Dios lo tienen a la vista: Dios mismo se lo ha puesto delante. Desde la creación del mundo, sus perfecciones invisibles son visibles para la mente que penetra en sus obras. Por esto, el Verbo, en cuanto tal, de ninguna manera es criatura, sino el arquetipo de aquella sabiduría de la cual se afirma que existe y que está realmente en nosotros. Los que no quieren admitir lo que decimos deben responder a esta pregunta: ¿existe o no alguna clase de sabiduría en las criaturas? Si nos dicen que no existe, ¿por qué arguye san Pablo diciendo que, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría? Y, si no existe ninguna sabiduría en las criaturas, ¿cómo es que la Escritura alude a tan gran número de sabios? Pues en ella se afirma: El sabio es cauto y se aparta del mal y con sabiduría se construye una casa. Y dice también el Eclesiastés: La sabiduría serena el rostro del hombre; y el mismo autor increpa a los temerarios con estas palabras: No preguntes: «¿Por qué los tiempos pasados eran mejores que los de ahora?». Eso no lo pregunta un sabio. Que exista la sabiduría en las cosas creadas queda patente también por las palabras del hijo de Sira: La derramó sobre todas sus obras, la repartió entre los vivientes, según su generosidad se la regaló a los que lo temen; pero esta efusión de sabiduría no se refiere, en manera alguna, al que es la misma Sabiduría por naturaleza, el cual existe en sí mismo y es el Unigénito, sino más bien a aquella sabiduría que aparece como su reflejo en las obras de la creación. ¿Por qué, pues, vamos a pensar que es imposible que la misma Sabiduría creadora, cuyos reflejos constituyen la sabiduría y la ciencia derramadas en la creación, diga de sí misma: El Señor me estableció a comienzo de sus obras? No hay que decir, sin embargo que la sabiduría que hay en el mundo sea creadora; ella por el contrario, ha sido creada, según aquello del salmo El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos

REFLEXIÓN

Las obras de la creación, la realidad que nos sale al encuentro, con frecuencia nos deslumbra en su perfección, y nos atrae con su belleza, pero ante ellas por fe en el Creador, estamos capacitados de subir más en la búsqueda de la perfección, y alejarnos del embrujo de lo creado, que puede trastornarnos y hacernos idólatras: que tomamos como divinidad lo que es un reflejo.

miércoles, 26 de octubre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 30 de tiempo ordinario

Año Par

Efesios 6, 1-9



REFLEXIÓN

Hijos, obedeced a vuestros padres como el Señor quiere, porque eso es justo. "Honra a tu padre y a tu madre" es el primer mandamiento al que se añade una promesa: "Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra." Padres, vosotros no exasperéis a vuestros hijos; criadlos educándolos y corrigiéndolos como haría el Señor.

Lo que más se escucha no significa lo corriente y común, porque esto no se escucha ordinariamente. Las quejas y las crisis son más notorias que los aciertos y el bienestar.

Así la crisis que se escucha es la de la rebeldía de las generaciones jóvenes. Es un largo lamento que viene desde hace tiempo, para quienes tienen memoria.

Y los que no son jóvenes ya, pero lo fueron, ni recuerdan cuando fueron parte de la rebeldía, porque ahora lo son de la represión.

Así como se da la brecha generacional se da también la incongruencia generacional: hacer de mayor lo que combatías de joven.

Pero en los tiempos que corren muchos padres sufren, quizá como compensación de lo que hicieron de jóvenes, la tensión y el conflicto en la relación con sus hijos.

Hasta escuela y terapia de padres se recomienda para ejercer una atribución que se suponía venía equipada con la naturaleza.

Y cuando se llega en esas asesorías, o en la paz de la reflexión, a evaluar la actuación de padres, surge una verdad como la que exhorta la Palabra en el texto del comienzo: tanto los padres como los hijos tienen que poner de su parte para construir una convivencia nutritiva que apoye el proyecto personal y colectivo de la familia.

Y eso que hay que poner de parte y parte no será identificado, reconocido y aceptado sin algún tipo de interrelación más positiva que permita aceptar los mensajes de parte y parte.

Una interrelación positiva es la que permite a los hijos obedecer de corazón a los padres, y a los padres educar y corregir a los hijos, sin exasperarlos.

Esclavos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, de todo corazón, como a Cristo.

Sabed que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre, se lo pagará el Señor

Amos, correspondedles dejándoos de amenazas; sabéis que ellos y vosotros tenéis un amo en el cielo y que ése no es parcial con nadie

La vía revolucionaria ha venido teniendo éxito en el imaginario de las gentes pero empieza a palidecer porque las sociedades que surgen de las cenizas después de una caótica transición se enseñorean con vicios parecidos o peores. No son fruto de discernimiento espiritual, sino político.

La vía reformista más lenta exaspera de impaciencia cuando no llega para algunos la equidad anhelada. Pero es más humana en los costos, que la mortandad de la revolución.

Para que la vía reformista tenga posibilidades requiere la actitud que recomienda la Palabra a amos y esclavos: ser conscientes que dependemos de un designio del Señor, verdadero dueño.

Y cualquier tipo de organización o estructura social es provisional porque debe dar paso a una más justa, según el plan del Señor.

sino como esclavos de Cristo que hacen lo que Dios quiere

Una conquista de las luchas sociales es la emancipación de los esclavos y los derechos civiles de los discriminados. Una conquista efectiva y según derecho.

No obstante la guarda no es completa, ni exenta de retrocesos. Cómo es la mirada de Dios en medio de todo? parece recomendar la lectura que, aun en la condición de esclavitud, es posible la liberación por una motivación nueva, en Cristo.

Pero y las luchas sociales, con martirio incluso que abonan el terreno para los cambios de estructuras? Parecen mirarse como motivación humana y no como empuje del Espíritu.

Será porque esas luchas reivindicativas llevan algo de desquite y venganza, y no dejan el tema quieto sino preparado para futuras guerras y contraofensivas.?

Qué queda entonces? Que en todo, en la estructura y contra la estructura se infiltre un Espíritu que transforme las pasiones y revanchas, los odios, en fuerzas constructivas. Lo que no se puede permitir es la ausencia en la lucha, con un claro aporte del espíritu evangélico.

con toda el alma, de buena gana, como quien sirve al Señor y no a hombres

En todo accionar la motivación y la intención de servicio es fundamental. Servicio a la verdad y justicia evangélicas, como la levadura en la masa. Buscando y en todo hallando el designio del Señor. Y alabando porque aparece y brilla como gloria.

Porque las situaciones son muy complejas y tejidas de intereses egoístas y particulares se requiere mantener con el Espíritu un ojo crítico discerniente, y una apertura esperanzada al cumplimiento del Designio, por encima de los embates contrarios.

No es fácil, y con frecuencia nos sacan y nos salimos del camino.

Sabed que lo que uno haga de bueno, sea esclavo o libre, se lo pagará el Señor.

Es posible la liberación para el Reino aun en las más adversas estructuras. Lo que no suena es que debamos ser indiferentes al cambio de estructuras por unas más acordes al evangelio, más humanas.

Salmo responsorial: 144



REFLEXIÓN

que proclamen la gloria de tu reinado

Los esclavos negros provenientes de África entonaban cantos de cautividad, que en sí llevaban semillas de resistencia y liberación, permitiendo aflojar la congojas y dejar salir los suspiros que produce el sufrimiento.

En sí eran un Espíritu inmortal creciendo en medio de la opresión y la desesperanza.

Se puede decir que esta reflexión es lírica y sospechosa de alienación porque no se sabe si ha pasado por el sufrimiento y la opresión.

Pero sabemos algo de encadenamientos que se llevan con lágrimas a veces.

Explicando tus hazañas a los hombres

Es la vocación con la que nos llama el Espíritu: explicar al Señor interviniente. Suscitar la espera, el reconocimiento, la acción de gracias.

Tu reinado es un reinado perpetuo, / tu gobierno va de edad en edad.

No se tendrá miedo a los cambios si reconocemos por fe que estamos anclados en el reinado del Padre y su designio para siempre.

Lucas 13,22-30



REFLEXIÓN

recorría ciudades y aldeas enseñando

Como los sumarios de los evangelios y en los ejercicios espirituales de segunda semana, para motivar el seguimiento más próximo de Jesús de Nazareth.

"Señor, ¿serán pocos los que se salven?" Jesús les dijo: "Esforzaos (agonidsomai:esfuerzo que trae una competencia como la atlética) en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán

Nos gana el espíritu de los tiempos con su facilitonería y molicie.

Pero tampoco ayudan los ejemplos de austeridad y mortificación, porque no se entienden en su significatividad profunda.

Que parece quedar en la apariencia antipática que contraria lo que parece bueno y agradable de la creación.

Contra el automatismo de la pertenencia al Reino, no bastan palabras, intenciones, aun muy repetidas como conjuros.

Hagan la lucha frente a la oportunidad que se presenta estrecha a nuestro ego.

Una advertencia a nuestra tendencia más cómoda que satisface nuestro exclusivo bienestar.

Jesús no habla de quiénes se salvan, sino que se trata de un proceso en el que hay que esforzarse, porque no basta la intención de salvarse.

Ignacio de Loyola detallaba las actitudes respecto de esta lucha en la tipificación de los tres tipos de personas, lo tres binarios: los que sólo se convierten al final de su vida, los que mezclan sus propios intereses como si fueran los del reino y los que en todo y por todo hacían la voluntad de Dios.

Ha habido épocas, y la nuestra no parece ser, en la que se obsesionaron por saber si se estaba entre los salvados o no. Se discutía mucho sobre la predestinación.

Pero este mensaje de la Palabra pone el énfasis más bien en la lucha, en el proceso de esfuerzo más allá de la buena intención.

"Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas". Pero él os replicará: "No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados"

Incluso hemos consumido el Sacramento.

Un proceso de agonía que debe ir más lejos que sentarse en la mesa con el Señor y escuchar su Palabra. Incluso si hemos consumido el Sacramento y adorado la reserva Eucarística.

Es lo que diría de nuestras cómodas eucaristías y nuestra escucha de homilías y sermones sobre la Palabra. No es suficiente lucha. No es suficiente agonía para ser salvo.

Por qué tiene que ser tan difícil este asunto de la salvación?

Porque el Padre no nos salva si nuestra libertad no se suma y colabora. Y nuestra libertad es compleja, esquiva y tenemos que conquistarla para el designio todos los días.

Esto debiéramos aprender a reflejarlo en todo nuestro quehacer humano para que se hiciera el reino del Padre.

Luego es posible ser desconocidos si no nos esforzamos.

Y podemos pensar que estamos entre los escogidos, pero no.

No hay seguridad sino de acogernos a su misericordia.

hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos

Parece suceder con esforzados no cristianos y no nada, en su lucha por estructuras más justas y solidarias.

No se puede gratuitamente condenarlos o sospecharlos. Hay que sopesarlo todo. Para no ser reprobados.

Este es el momento del Amén, de la docilidad al Espíritu y a la palabra que interpela y descalifica, pero con amor y misericordia, porque se siente que no termina aquí sino que hay esperanza.

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