sábado, 12 de noviembre de 2022

BEATO CARLO



 De la carta encíclica Ecclésiam Dei del papa Pío once
(AAS 15 [1923], 573-582)
 
DERRAMÓ SU SANGRE POR LA UNIDAD DE LA IGLESIA

 

Sabemos que la Iglesia de Dios, constituida por su admirable designio para ser en la plenitud de los tiempos como una inmensa familia que abarque a todo el género humano, es notable, por institución divina, tanto por su unidad ecuménica, como por otras notas que la caracterizan.

 En efecto, Cristo el Señor no sólo encomendó a solos los apóstoles la misión que él había recibido del Padre, cuando les dijo: Dios me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra; id, pues, y sed los maestros de todas las naciones, sino que quiso también que el colegio apostólico tuviera la máxima unidad, unido por un doble y estrecho vínculo, a saber: intrínsecamente, por una misma fe y por la caridad que ha sido derramada en nuestros corazones con el Espíritu Santo; extrínsecamente, por el gobierno de uno solo sobre todos, ya que confirió a Pedro la primacía sobre los demás apóstoles, como principio perpetuo y fundamento visible de unidad. Y, para que esta unidad y acuerdo se mantuviera a perpetuidad, Dios providentísimo la consagró en cierto modo con el signo de la santidad y del martirio.

 Este honor tan grande obtuvo aquel arzobispo de Pólotzk, llamado Josafat, de rito eslavo oriental, al que con razón consideramos como el hombre más eminente y destacado entre los eslavos de rito oriental, ya que difícilmente encontraríamos a otro que haya contribuido a la gloria y provecho de la Iglesia más que éste, su pastor y apóstol, principalmente cuando derramó su sangre por la unidad de la santa Iglesia. Además, sintiéndose movido por un impulso celestial, comprendió que podría contribuir en gran manera al restablecimiento de la santa unidad universal de la Iglesia el hecho de conservar en ella el rito oriental eslavo y la institución de la vida monástica según el espíritu de san Basilio.

 Pero entretanto, preocupado principalmente por la unión de sus conciudadanos con la cátedra de Pedro, buscaba por doquier toda clase de argumentos que pudieran contribuir a promover y confirmar esta unidad, sobre todo estudiando atentamente los libros litúrgicos que, según las prescripciones de los santos Padres, usaban los mismos orientales separados. Con esta preparación tan diligente, comenzó a dedicarse a la restauración de la unidad, con tanta fuerza y tanta suavidad a la vez y con tanto fruto que sus mismos adversarios lo llamaban «ladrón de almas».


viernes, 11 de noviembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Viernes 32 de tiempo ordinario

Año Par

2Juan 4-9



REFLEXIÓN

tus hijos caminan en la verdad

Caminar más en el Espíritu que en el Ego. El ego es insustituible, necesitamos su función para asumir la facultad de responsabilidad de nuestras acciones, de nuestro destino. Pero si se desvía y no sabe trabajar en cooperación con el Espíritu, si no logra mantenerse a distancia del propio amor, querer e interés, se entorpecerá y confundirá lo propio con lo del Espíritu, para beneficio del Maligno.

No pienses que escribo para mandar algo nuevo, sino sólo para recordaros el mandamiento que tenemos desde el principio, amarnos unos a otros

Por el hábito de la fe, insertada en el todo de nuestro existir, nos manifestamos dispuestos al seguimiento mediante el memorial del designio del Padre: amarnos unos a otros, huyendo de la volatilidad y el hambre de novedades constantes.

Hay que reconocer que esta época actual como nunca, está abierta a los cambios, sobre todo los publicitados en los medios de comunicación.

Y por lo tanto las generaciones actuales son más proclives a la dispersión de la concentración por efecto de la novedad, sobre todo placentera.

El placer es una criatura más, bendecida por el Señor de la Creación y por lo tanto es buena, y buscarlo no es malo, como otras generaciones anteriores se culparon.

Pero en la práctica del discernimiento, que es un modo de amar sólido y realista, hemos de ir aprendiendo a detectar que por lo bueno y santo entra el enemigo del designio para la construcción del Reino de Dios.

Por eso amar no es sinónimo de placer sino que converge, aunque también desvía.

Por eso en el cambio que puede ser bueno, y en el placer buscado, también puede entrar ese enemigo, para obstaculizar el reino.

El asunto trascendente, el sentido de la existencia, es el de amarnos unos a otros, y éste es seguir los mandamientos de Dios.

Cómo estoy amando a otros? Es el examen conclusivo de mi existencia. Este es el proceso fundamental que se juzga cada día hasta el final.

Y entonces con Ignacio podré verificar las señales del buen proceso y sus riesgos, tretas y heridas.

amar significa seguir los mandamientos de Dios

Siempre y cuando esta carne se reconozca y confiese como salvífica, estamos en el buen camino.

Es que han salido en el mundo muchos embusteros, que no reconocen que Jesucristo vino en la carne

No parece nuestro signo actual, porque hoy hacemos énfasis en la carne del Jesús histórico.

Solo que al hacerlo nos proyectamos desde nuestra carne, y no aceptamos que la carne de Jesús una vez histórica ahora es gloriosa.

Con ello nos obstaculizamos a ascender y a transformarnos por recrearnos en un ídolo hecho a nuestra imagen y semejanza.

Así esta Palabra también es para nosotros y para toda generación, más allá de cualquier cambio que busque justificar nuestra interpretación.

También podemos engrosar las filas de los embusteros, por no confesar la verdadera carne de Jesús, que es la que salva.

Todo el que se propasa y no permanece en la doctrina de Cristo no posee a Dios; quien permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo

La confesión de la doctrina de Cristo por la fe es una etapa de cristalización de nuestra conversión.

Cuando se llega a esa definición, sin embargo, no se trata de un punto de inmovilismo, sino de un baluarte que hay que defender y custodiar.

La confesión de la fe mientras peregrinamos en la escatología es un bien precario, sometida a presiones y pruebas de sentido.

Para custodiarla requerimos de la asistencia constante del Espíritu Paráclito quien ayuda nuestro proceso de examen y autocrítica, por el que se mantiene la confesión fresca y viva.

Salmo responsorial: 118



REFLEXIÓN

no consientas que me desvíe de tus mandamientos.

En mi corazón escondo tus consignas

No consientas que nos convirtamos en embustero de la carne glorificada de Jesús de Nazareth

En lo profundo de la identidad, donde somos más auténticamente nosotros y desde donde brota la totalidad de nuestra vitalidad, como en un Santo de los Santos están tus consignas.

Lucas 17,26-37



REFLEXIÓN

Así sucederá el día que se manifieste el Hijo del hombre

El lenguaje apocalíptico habla de irrupción violenta e imprevista en la vida humana, y hace memoria de momentos míticos que aparecen en el Génesis, como imágenes del último día.

Aquel día, si uno está en la azotea y tiene sus cosas en casa, que no baje por ellas; si uno está en el campo, que no vuelva

También en momentos de siniestro y desgracia vale lo mismo para conservar la vida, no volverse a buscar nada, y preguntarse por qué unos sí fallecen mientras otros sobreviven.

Es posible que las fuentes del evangelista estén reflejando una realidad posterior a Jesús, pero más cercana a la comunidad de Lucas: la invasión romana bajo Tito a Jerusalén para poner fin a la resistencia del gobierno Zelota.

Y para los creyentes cristianos, dentro y fuera de ese teatro de horror sangriento, significara la catástrofe un acontecimiento relacionado con el rechazo de Jesús.

Hoy nos cuesta hacer ese tipo de relación, porque de la bondad del evangelio del Reino nos hace suponer que no se puede desprender un daño pretendido para nadie.

Aunque del evangelio no, pero de su interpretación por los seres humanos sí.

El que pretenda guardarse su vida la perderá; y el que la pierda la recobrará.

De cuál pérdida de vida se trata? De la que se gasta por el Reino. Es la que más hay que cuidar.

Hay algo superior a la muerte y por eso hay que relativizarla y trascenderla.

Todo esto nos invita en el Espíritu a solicitar sobretodo la misericordia del Todo Amor.

Vivir es una bendición, que solo tiene un sentido, y llegado el momento esa vida logra un acceso a una mejor calidad, entregándola por fe en quien la entrego antes: Jesús de Nazareth.

"Donde se reunen los buitres, allí está el cuerpo."

Una frase enigmática, que hay que mirar en el contexto de la desolación de la guerra y la muerte.

Los escuchas sienten la inquietud del aviso y la ubicación del desastre.

La respuesta puede querer significar que tal acontecimiento será notorio en su mortandad y se darán cuenta, como cuando los buitres se amontonan sobre los despojos.

Esta es una imagen muy fuerte para la cultura judía de entonces, porque un cadáver habría que sepultarlo para hacer una obra buena, con alguien que merece su descanso en el sheol.

Y en la guerra y los seísmos, con una mortandad generalizada, no hay muchas posibilidades de proceder al entierro de los cadáveres.

Por lo tanto se da una profanación generalizada, un escándalo. Tantos y tantas vagan buscando, escarbando, para encontrar a sus relativos desaparecidos.

Los creyentes cristianos dan al Hijo de hombre, Jesús, el significado del final de la historia. Después de él la muerte y la vida tienen otro sentido.

Cuando suceda nos daremos cuenta. Y la única preparación posible es preocuparse de salvar la vida que no termina, salvar el Reino.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1591040618100391938?s=20&t=aWlQIy0izVCrI_dWqs8BvA