domingo, 27 de noviembre de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


ADVIENTO

San Cirilo de Jerusalén Catequesis 15,1-3

Anunciamos la venida de Cristo, pero no una sola, sino también una segunda, mucho más magnífica que la anterior. La primera llevaba consigo un significado de sufrimiento; esta otra, en cambio, llevará la diadema del reino divino. Pues casi todas las cosas son dobles en nuestro Señor Jesucristo. Doble es su nacimiento: uno, de Dios, desde toda la eternidad; otro, de la Virgen, en la plenitud de los tiempos. Es doble también su descenso: el primero, silencioso, como la lluvia sobre el vellón; el otro, manifiesto, todavía futuro. En la primera venida fue envuelto con fajas en el pesebre; en la segunda se revestirá de luz como vestidura. En la primera soportó la cruz, sin miedo a la ignominia; en la otra vendrá glorificado, y escoltado por un ejército de ángeles. No pensamos, pues, tan sólo en la venida pasada; esperamos también la futura. Y, habiendo proclamado en la primera: Bendito el que viene en nombre del Señor, diremos eso mismo en la segunda; y, saliendo al encuentro del Señor con los ángeles, aclamaremos, adorándolo: Bendito el que viene en nombre del Señor. El Salvador vendrá, no para ser de nuevo juzgado, sino para llamar a su tribunal a aquellos por quienes fue llevado a juicio…

REFLEXIÓN

Qué queda de la representación sobre el nacimiento histórico de Jesús, sin fuente propiamente histórica, sino aproximadamente un escenario historizado, en los evangelios de la infancia? Muchos lo guardan por un sentido devoto para sus existencias, como la llegada de un Salvador, otros ni eso. Es que necesitamos un Salvador? Una realidad personal dispuesta a dársenos totalmente, de quien esperamos y creemos no nos traicionará, ni desfallecerá? Importa todavía una intervención así a nuestro mundo que vive entre lágrimas y esperanza? Para entender tal necesidad habría que sintonizar con la necesidad de salvación en el mundo, y empatizar con los anhelos más profundos de la humanidad, sin distingos ni discriminaciones de ningún tipo

sábado, 26 de noviembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 34 de tiempo ordinario

Año Par

Apocalipsis 22, 1-7



REFLEXIÓN

el río de agua viva, luciente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero

Cuando hay contacto con la naturaleza sin contaminación, escasa en algunos lugares a causa de la explotación humana, se encuentran parajes como los que sugiere el texto, los cuales transmiten frescura, bienestar, pureza. El símbolo excelente para una imagen del Creador y Redentor que transmite vida renovada.

crecía un árbol de la vida; da doce cosechas, una cada mes del año, y las hojas del árbol sirven de medicina a las naciones

Igualmente una naturaleza pródiga, abundante, regeneradora provee de imágenes que dan gozo al espíritu.

Allí no habrá ya nada maldito

Disipan los temores y ansiedades, y dan testimonio de la cercanía de un Tú inmenso y benéfico.

Se puede vivir sin malicia, suspicacia, miedo a los demonios propios y ajenos, que trastornen las relaciones humanas y colectivas.

En la ciudad estarán el trono de Dios y el del Cordero, y sus siervos le prestarán servicio, lo verán cara a cara y llevarán su nombre en la frente

Nuestra tierra gratuitamente regenerada y transformada. Nuestro esfuerzo solidario y generoso reconocido y bendecido. Cada uno en la plenitud propia, sin envidias, ni celos, ni divisiones, en fraternidad.

Mira que estoy para llegar. Dichoso quien hace caso del mensaje profético contenido en este libro

Dichoso desde ya y de aquí en adelante. La Palabra aporta la dicha del final si nuestra fe es viva.

Salmo responsorial: 94



REFLEXIÓN

Entrad, postrémonos por tierra, / bendiciendo al Señor, creador nuestro. / Porque él es nuestro Dios, / y nosotros su pueblo, / el rebaño que él guía

Entonces entenderemos a fondo que su autoridad es de pastoreo y no de dominación, por lo que nuestra libertad está a salvo.

Lucas 21,34-36



REFLEXIÓN

no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día

Toda evasión con la que nos intoxicamos, es un desvío de la misión fundamental de nuestra existencia: ESPERAR EL DÍA DEL SEÑOR.

La convergencia de nuestras energías y fuerzas debe apuntar hacia ese objetivo de fe y esperanza.

Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre."

Las realidades que nos fascinan a lo largo de nuestra existencia tienen la potencialidad de enajenarnos de nosotros mismos, provocando una adicción y apegos que nos hacen perder la pista de las prioridades del espíritu.

La consecuencia es la opacidad ante nosotros mismos, el desplome de la conciencia ética que nos permite un estado de alerta para mantenernos en pie, construyendo el reino de Jesús, que consiste en el ágape fraternal.

Por eso la máxima ignaciana del Principio y Fundamento cobra el máximo sentido. Hemos de gestionar las realidades fascinantes y buenas de la creación TANTO CUANTO para no trastornarnos en nuestra libertad herida. Con el despertar de la conciencia y el desapego, que nos libera del engaño y autoengaño.

pidiendo fuerza

Siendo honestos siempre con nuestra debilidad persistente

manteneros en pie ante el Hijo del hombre.

De pie, según dicen, es una traducción de bienaventurado, de feliz. Dispuestos al camino, a la lucha, a la brega, a la búsqueda, al amor, hasta el fin.

El amor es y lo será todo.

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