jueves, 16 de febrero de 2023

PALABRA COMENTADA

 Jueves 6 de tiempo ordinario

Año Impar

 

Génesis 9,1-13

1. Elohim bendice a Noé y a sus hijos. Él les dice:

“Fructificad, multiplicaos y llenad la tierra.

2. Tu temblor, tu desconcierto estará sobre todo ser viviente en la tierra,

todo lo que vuela por los cielos, todo lo que se arrastra por el suelo,

todos los peces del mar, en vuestras manos son dados.

3. Cualquier gateo que esté vivo será para que lo comas

como hierba verde; Te di todo

4. pero la carne con su sangre en ella, no comeréis.

5. Vuestra sangre por vuestros seres reclamaré;

de la mano de todo viviente la reclamaré,

de la mano del glib, de la mano del hombre su hermano,

Reivindicaré el ser de los gleboses.

6. Quien derrame la sangre del globeo, por el globeo su sangre será derramada.

Sí, a la respuesta de los Elohims, tocó el glebose.

7. Y vosotros, fructificad, multiplicaos, abundad en la tierra, multiplicaos en ella. »

8. Elohim le dijo a Noé y a sus hijos con él que dijeran:

9. “Y aquí estoy, levanto mi pacto contigo,

con tu descendencia después de ti,

10. con todo ser viviente que está con vosotros, las aves, las bestias,

todos los que viven en la tierra contigo,

entre todos los que dejan el fondo, para todos los vivientes de la tierra,

11. Elevo mi pacto contigo:

ninguna carne más será cortada por las aguas del diluvio,

no habrá más diluvio para destruir la tierra. »

12. Dijo Elohim: “Aquí está la señal del pacto que doy entre mí, entre vosotros

y entre todos los seres vivos que están con vosotros por los ciclos a perpetuidad.

13. Mi arco a la nube lo di,

es la señal del pacto entre mí y entre la tierra,

14. y entonces es cuando haré que la nube nuble la tierra

 

 


REFLEXIÓN

 

Pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra

 

Una señal en el cielo, para quien vive de la tierra es algo importante. Así quien entienda el arcoiris hoy, más allá de saber la refracción de los colores en un prisma de luz, colegirá que está terminando un periodo lluvioso. Buscar en el cielo y en la tierra, en la creación en general, señales de la voluntad de Dios, para su conservación, es casi un oficio litúrgico, por el cual conducir la vida y saber del futuro.

Salmo responsorial: 101



REFLEXIÓN

 

El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra.

No se trata de la concepción de un Dios lejano, ajenos a los intereses de los humanos de la tierra.

Marcos 8,27-33

27. Yeshua' y sus seguidores

salida hacia los pueblos de Caesariea de Philippos.

En el camino interroga a sus seguidores. Él les dice:

“Hombres, ¿quién dicen que soy? »

28. Le declaran: “Dicen: Iohanân el Immerger.

Otros: Elyahu. Otros: Uno de los inspirados. »

29. Les pregunta:

“Y tú, ¿quién dices que soy? »

Petros responde y le dice: “Tú eres el mesías. »

30. Los reprende: no hablen de él a nadie.

 

Muerte anunciada (1)

 

31. Comienza a enseñarles:

el hijo del hombre debe sufrir mucho,

ser rechazado por los Ancianos, los líderes de los sirvientes, los Sopherîm,

y ser muerto, y, después de tres días, resucitar.

32. Petros lo aparta a un lado y comienza a regañarlo.

33. Pero se da la vuelta y, al ver a sus seguidores, regaña a Petros.

Él dijo: “¡Aléjate de mí, Satanás!



REFLEXIÓN

 

"Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas."

 

Con Jesús de Nazaret se revivía todo el folklore de personajes míticos que intervinieron en la historia del pueblo para ayudarlo en sus necesidades.

Los discípulos eran la caja de resonancia de estos rumores.

Y si no es por el Espíritu, no logra Pedro dar con la identidad propia de Jesús.

Porque Pablo dice que ni “Jesús” se puede decir sin el Espíritu.

Pedro le contestó: "Tú eres el Mesías."

Su identidad no es como la de un líder destacado al que se decide uno seguir. Aunque esto puede parecerse.

Sino un don de lo alto o de lo profundo, para encontrar a Jesús en el recodo del camino de la existencia, con el carisma de Pedro.

"¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!"

 

El carisma de Pedro forma parte de un díptico en el que aparece también la tentación de Pedro, el negativo del positivo, como en toda nuestra realidad de materia y anti- materia.

 

Y quien nos ayuda en la identidad de Jesús, también puede desviarnos. Es decir que no estamos eximidos de nuestra responsabilidad de encarar a Pedro como lo hizo Pablo en su momento.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1626194667560742912?s=20

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Ambrosio Comentarios sobre los salmos 36, 65-66

En todo momento, tu corazón y tu boca deben meditar la sabiduría, y tu lengua proclamar la justicia, siempre debes llevar en el corazón la ley de tu Dios. Por esto, te dice la Escritura. Hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado. Hablemos, pues, del Señor Jesús, porque él es la sabiduría, él es la palabra, y Palabra de Dios. Porque también está escrito: Abre tu boca a la palabra de Dios. Por él anhela quien repite sus palabras y las medita en su interior. Hablemos siempre de él. Si hablamos de sabiduría, él es la sabiduría; si de virtud, él es la virtud; si de justicia, él es la justicia; si de paz, él es la paz; si de la verdad, de la vida, de la redención, él es todo esto. Está escrito: Abre tu boca a la palabra de Dios. Tú ábrela, que él habla. En este sentido dijo el salmista: Voy a escuchar lo que dice el Señor, y el mismo Hijo de Dios dice: Abre tu boca que te la llene.

REFLEXIÓN

De nuestra parte existe la potencialidad de constituirnos en boca prestada para la Palabra de Dios. Tal es posible si nuestra disposición para con ella es hacerla  centro de nuestro querer, entender, discurrir, aconsejar y decidir. Si toda nuestra sabiduría humana se ofrece como plataforma para ser relanzada en sabiduría de Dios.

Pero no todos pueden percibir la sabiduría en toda su perfección, como Salomón o Daniel; a todos, sin embargo, se les infunde, según su capacidad, el espíritu de sabiduría, con tal de que tengan fe. Si crees, posees el espíritu de sabiduría.

REFLEXIÓN

Es una posibilidad democrática, abierta al pueblo que la quiera vivir, sin distinción de ningún tipo. Pero si se vive de fe. Si se cree en la Palabra de Dios, si se cree que ella puede habitar en nosotros como lo hace en su Hijo. Si se cree que somos llamados a colaborarle como boca de su mensaje.

Por esto, medita y habla siempre las cosas de Dios, estando en casa. Por la palabra casa podemos entender la iglesia o, también, nuestro interior, de modo que hablemos en nuestro interior con nosotros mismos. Habla con prudencia, para evitar el pecado, no sea que caigas por tu mucho hablar. Habla en tu interior contigo mismo como quien juzga. Habla cuando vayas de camino, para que nunca dejes de hacerlo. Hablas por el camino si hablas en Cristo, porque Cristo es el camino. Por el camino, háblate a ti mismo, habla a Cristo. Atiende cómo tienes que hablarle: Quiero –dice– que los hombres recen en cualquier lugar alzando las manos limpias de iras y divisiones. Habla, oh hombre, cuando te acuestes, no sea que te sorprenda el sueño de la muerte. Atiende cómo debes hablar al acostarte: No daré sueño a mis ojos, ni reposo a mis párpados, hasta que encuentre un lugar para el Señor, una morada para el Fuerte de Jacob. Cuando te levantes, habla también de él, y cumplirás así lo que se te manda.

REFLEXIÓN

Hemos de hablar incesantemente la Palabra de Dios para que este proceso de radicarla en nuestro centro profundo, y darle salida con nuestra boca y sabiduría no se detenga en su transformación para la vida nueva.

Fíjate cómo te despierta Cristo. Tu alma dice: Oigo a mi amado que llama, y Cristo responde: Ábreme, amada mía. Ahora ve cómo despiertas tú a Cristo. El alma dice: ¡Muchachas de Jerusalén, os conjuro que no vayáis a molestar, que no despertéis al amor! El amor es Cristo.