lunes, 20 de marzo de 2023

PALABRA COMENTADA

 San José(19 de marzo)

2Samuel 7,4-5a.12-14a.16



REFLEXIÓN

"Ve y dile a mi siervo David:

Según la biblia “Dios Habla Hoy”, antes de este pasaje el Señor se manifestaba a través de instrumentos para descifrar el futuro como el efod, tumim y urim

Ahora a través del profeta Natán, tal como se había hecho anteriormente por medio de otros profetas.

Los medios utilizados por los sacerdotes de los santuarios son                            dejados de lado.

La voz del Señor es libre y se presenta sin consultar previamente                      ni pedir permiso. Muestra una iniciativa autónoma que se expresa en diversos medios.

 

Al creyente se se le pide una disponibilidad para la escucha, no sólo en cuanto a la docilidad del corazón sino también en cuanto a la apertura a los medios que elija el Señor para comunicarse.

Es algo que atrae la atención: cómo el Señor se comunica con los protagonistas de una historia, en este caso David. Usa a otros que se convierten en su voz.

Sin embargo el protagonista queda a merced del mensajero, para entender el dicho del Señor.

Es un orden de cosas que debe tener algún sentido. Quizás porque no hay peor juez que el que tiene parte, intereses que cuidar y no es enteramente objetivo, incluso para ir contra sus intereses.

afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza.

Puede considerarse también un texto político además de teológico, en la medida que una casa reinante, la de David, se muestra consolidada según Dios, como su voluntad. Dicho

 

de otro modo: para el creyente la dinastía davídica es lo mejor que le pudo pasar como bendición a Israel.

Nosotros tendemos a tomar esta bendición como eterna. Pero andando el tiempo esta consolidación fracasará, y se dividirá en dos reinos.

Para los que sustentan la bendición en la casa real de David y sus descendientes, Judá es la continuación y no Israel, reino del Norte. Sin embargo en su existencia más inestable este reino del Norte también tuvo voz de Dios en los profetas que le fueron enviados.

Pero para el Israel-Judá, que resta después de la prueba del destierro, la dinastía de la bendición seguirá siendo la de David y sus descendientes.

Por eso al redactor de Mateo le interesa hacer ver que a través de José, padre de Jesús, se da la línea de esa bendición davídica. Lo

 

que avalaría ser llamado hijo de David.

Esa es una contribución al cambio hacia la justicia y un nuevo orden social: la paternidad-maternidad.

Es una construcción silenciosa de nutrición, actitudes, valores, visión y misión que se realiza silenciosamente, hasta el tuétano y las entrañas de cualquier ser humano.

Sabemos de su importancia por la disfunción que trae como consecuencia sicópatas y malhechores. Y por los frutos logrados de personas maduras y sensatas que contribuyen al bien común.

La paternidad como extensión de la construcción milenaria que el Padre ejerce con nosotros y nos mantiene como administradores del mundo y su progresivo cambio hacia algo mejor.

construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre

 

Vamos construyendo un reino, un orden en el que los seres humanos estrenaremos una novedad que ya se ha concretado en Jesús crucificado, muerto y resucitado, y que desde el final de la historia nos atrae para la consumación.

Yo seré para él padre, y él será para hijo

Es su designio: ser nuestro Padre.

Salmo responsorial: 88



REFLEXIÓN

anunciaré tu fidelidad por todas las edades

Por haber sido Padre y seguirlo siendo.

"Tu misericordia es un edificio eterno, / más que el cielo has afianzado tu fidelidad."

Misericordia eterna, vulnerabilidad permanente, Dios amor. El desafío es conciliar lo irreconciliable: el Señor en su amor fiel y nuestra libertad rebelde.

La rebeldía, tan valorada y alabada en nuestro tiempo, aunque no ha sido el único tiempo que la valora en el pasado, muestra la naturaleza humana en lo más propio:

 

su propensión a la libertad, lo que no quiere decir libertad conquistada y plena.

Libertad humana troquelada en la plenitud del Señor que confunde su temporalidad histórica con la eternidad de la que proviene. Ese es su drama.

Él me invocará: "Tú eres mi padre, / mi Dios, mi Roca salvadora."

Los que echamos de menos un Padre perfecto, porque nuestra experiencia del que nos tocó y la paternidad que hemos ejercido, es limitada y defectuosa, anhelamos un encuentro con la paternidad de Dios.

Un encuentro acabado es nuestra esperanza, mientras se construye esa paternidad de su Reino, a través de las edades.

Romanos 4,13.16-18.22



REFLEXIÓN

como todo depende de la fe, todo es gracia

Gracia es la vivencia del modo propio de Dios, que se hace sentir en una libertad alejada de toda violencia, constricción o cálculo.

Es buena fe definitiva sin sombra de malicia.

En medio de la gracia nos apenamos de ser en otra forma. Nos avergonzamos de nuestra malicia.

así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros

Por eso los adúlteros y los bastardos son figuras que rompen con el esquema de la bondad atrapada y vinculada exclusivamente con la normalidad: la norma de la cultura.

Son las advertencias del Señor libre de la gracia, que su orden va más allá y por encima, y trastoca para perfeccionar nuestro ordenamiento degenerativo.

Abrahán creyó

Así Abraham entró en contacto con el Dios de la gracia, y se pudo hallar en su presencia.

El orden de la gracia tiene su propio sensor y potenciador: la fe.

 

Vivir de fe implica una discrepancia con todo orden que no sea de fe.

Una distancia dolorosa y gozosa.

Una visión para algunos, que aflige y motiva, y que en alguna forma debe ser significada, escenificada para llamar a la fe y que se siga haciendo comprensible.

Es un don que llevamos en vasos de barro.

Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre

José el papá designado de Jesús, según la Palabra, también asumió con fe su misión, porque era iniciativa de gracia del Señor, como también lo era la de su esposa María.

Debió sustentarse en esa fe para llevar adelante esa misión contra toda evidencia contraria de que Jesús era hijo de un padre desconocido, pero por fe, del Espíritu Santo.

 

La fe nos hace tontos que negamos evidencias del mundo, para hacernos sabios con una sabiduría distinta. José como María son los maestros de sabiduría para Jesús.

Lucas 2,41-51ª



REFLEXIÓN

"Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados."

Es la cuota que deben pagar por su misión: la angustia, porque Jesús siendo hijo no es su hijo, sino que tiene un Padre y no alcanzan a descifrar a Jesús como hijo.

Hoy por hoy, hemos ido entendiendo que cada hijo tampoco es hijo sometido para siempre, sino que como ser humano tiene su propia misión, le duela a quien le duela.

Un conflicto que se vive en el espíritu cuando el creyente se entrega por fe. No todo es seguridad y gozo. El Señor como misterio se nos oculta y nos interpela en nuestra limitación, aun teniendo toda la mejor buena voluntad posible para seguirlo.

 

Su misterio se muestra en que nos experimentamos rebasados por el sentido del Designio en el que Él nos ha incluído.

Mateo 1,16.18-21.24ª



REFLEXIÓN

antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo

Por ese orden de gracia, el Señor pone en problema a sus elegidos

José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto

Nuestro tiempo ha zarandeado el sentido del justo por la crítica nietzscheana.

Ya no se considera hoy una ecuación automática al justo o santo como un buenecito, inocentón, que no mata una mosca ni quiebra un plato.

Hoy nos atraen los anti-héroes, los no convencionales, los de la periferia, las minorías, los desinstalados, los rebeldes: todo lo que se oponga a la tradición y a su obediencia.

 

Esto para disipar la sospecha acerca del creyente que tiene fe por no poder hacer otra cosa.

Porque es un perdedor, un invisible.

La Palabra nos muestra hoy a un invisible, justo, que padece por practicar la verdadera justicia: denunciar o no a su esposa circunstancialmente implicada en un posible adulterio.

Y decida repudiarla en secreto. No denunciarla. Quizá porque no ve claro que ella sea culpable o la ame tanto que no le quiere hacer daño.

Es toda una lección para nuestro clamor por la justicia, que no duda en poner una demanda ante los tribunales para que se nos indemnice el supuesto daño recibido.

Y así tuvo su propia parte en esta situación de gracia

En ellos se vivencia el paradigma que su hijo llevará a plenitud:

 

crucificarse para morir y resucitar, como señal de un orden de gracia, de un orden o Reino de Dios.

tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados."

El justo José más bien, contra todo pronóstico mundano, recibe de Dios una misión realmente importante.

Es quien pone a Jesús su nombre. Un detalle de mucha significado en la cultura hebrea, para la cual nombrar, poner nombre, tiene que ver con la determinación y la configuración de la realidad nombrada.

Se le da a José una responsabilidad social insustituíble: formar históricamente junto con su mujer al Hijo de Dios, Jesús de Nazareth.

De él sabremos aprender si aplicamos en nuestra experiencia humana de cuidado a los demás ese espíritu de justicia.

 

no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo

Voz que no elimina sino que profundiza el itinerario de fe y sus consecuencias.

Cuando José se despertó

Actuó según lo soñado

…en conclusión:

 

Quién era José? un hombre de la antigua alianza a las puertas de la nueva, como Juan el bautista.

Un hombre que el Señor selecciona para una misión relacionada con su Hijo y su designio de amor que se entrega al mundo para darle vida.

José como María, la madre, son sujetos cuya libertad se pone al servicio de Jesús y su misión del Reino del Padre.

Gente con un protagonismo moderado, pero calando hondamente en el hacerse de Jesús para Gloria del Padre y del humano.

José y María son los nodos del tejido social en los que anuda Jesús, para realizar su pertenencia  a nuestra raza.

Dan su sangre y carne, su material genético, acumulado de generaciones, que cristaliza en este hombre de Nazaret llamado Jesús o Yeshua ben José.

José es el hombre que cubre a María contra la difamación y la muerte por aparente adulterio, al  hallarse encinta antes de casarse                                                                                 con su desposado.

José es quien protege a Jesús contra las primeras acechanzas de los adversarios de su misión.

José es necesaria y especulativamente quien modela un ser humano digno, de acuerdo al perfil de esa sociedad para un hombre que valiera la pena y de acuerdo a lo cual Jesús se forma en su personalidad, su oficio y sus valores.

No es tan poca cosa José, no obstante las pocas líneas que lo presentan en nuestra saga bíblica.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1637790249920208896?s=20

COMPARTIR LA PALABRA

2Samuel 7,4-5a.12-14a.16

 Alianza de David como Casa Real Dinástica para siempre. Prácticamente de Derecho Divino. Lo que da mucho que hablar y polemizar, sobre la existencia de una realidad de esta calidad, excepto como Utopía. Se abre una ventana de posibilidad de un compromiso definitivo, histórico y más entre Yavé y un humano e institución humana.

Salmo responsorial: 88

La institucionalidad de la misericordia es la casa reinante de David. El rey es hijo que invoca a Dios como Padre, y es asegurado en una alianza estable

Romanos 4,13.16-18.22

Abraham o a su descendencia heredero del mundo, no por Ley sino por  justicia de la fe

Esta promesa fue un asunto garantizado  por la fe, justicia de la fe.

por fe la promesa sea firme para toda la posteridad, no sólo a los que son de la Ley, sino también a los que son de la fe de Abraham 

Abraham creyó en esperanza contra esperanza,

su fe LE FUE CONTADA POR JUSTICIA

Mateo 1,16.18-21.24a

Custodia modelando la misericordia del Padre a la madre y al niño, sus vidas y sus derechos: herederos, alianza con Dios, creyendo de fe en fe, en esperanza contra esperanza.

Lucas 2,41-51a

Jesús manifiesta una sujeción peculiar a sus padres, en particular al jefe de familia, porque se declara sujeto a la voluntad de su Padre, Dios, antes que nada. Es un nuevo esquema de autoridad, que siempre traerá discusión y polémica, y división, porque requiere un sentido de obediencia de fe, que no se obtiene en una forma institucionalizada y sistemática, sino carismática.

 

BEATO CARLO


 
De los Sermones de san Bernardino de Siena, presbítero
(Sermón 2, Sobre san José: Opera 7, 16. 27-30)
 
FIEL CUIDADOR Y GUARDIÁN

 

Es norma general de todas las gracias especiales comunicadas a cualquier creatura racional que, cuando la gracia divina elige a alguien para algún oficio especial o algún estado muy elevado, otorga todos los carismas que son necesarios a aquella persona así elegida, y que la adornan con profusión.

 Ello se realizó de un modo eminente en la persona de san José, que hizo las veces de padre de nuestro Señor Jesucristo y que fue verdadero esposo de la Reina del mundo y Señora de los ángeles, que fue elegido por el Padre eterno como fiel cuidador y guardián de sus más preciados tesoros, a saber, de su Hijo y de su esposa; cargo que él cumplió con absoluta fidelidad. Por esto el Señor le dice: Bien, siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.

 Si miramos la relación que tiene José con toda la Iglesia, ¿no es éste el hombre especialmente elegido, por el cual y bajo el cual Cristo fue introducido en el mundo de un modo regular y honesto? Por tanto, si toda la Iglesia está en deuda con la Virgen Madre, ya que por medio de ella recibió a Cristo, de modo semejante le debe a san José, después de ella, una especial gratitud y reverencia.

 Él, en efecto, cierra el antiguo Testamento, ya que en él la dignidad patriarcal y profética alcanza el fruto prometido. Además, él es el único que poseyó corporalmente lo que la condescendencia divina había prometido a los patriarcas y a los profetas.

Hemos de suponer, sin duda alguna, que aquella misma familiaridad, respeto y altísima dignidad que Cristo tributó a José mientras vivía aquí en la tierra, como un hijo con su padre, no se la ha negado en el cielo; al contrario, la ha colmado y consumado.

 Por esto, no sin razón añade el Señor: Pasa al banquete de tu Señor. Pues, aunque el gozo festivo de la felicidad eterna entra en el corazón del hombre, el Señor prefirió decirle: Pasa al banquete, para insinuar de un modo misterioso que este gozo festivo no sólo se halla dentro de él, sino que lo rodea y absorbe por todas partes, y que está sumergido en él como en un abismo infinito.

 Acuérdate, pues, de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tus oraciones ante tu Hijo; haz también que sea propicia a nosotros la santísima Virgen, tu esposa, que es madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por siglos infinitos. Amén.