Daniel 3,14-20.91-92.95
REFLEXIÓN
¿qué dios os librará de mis manos?
Es posible vivir en situaciones difíciles y complicadas, en
las que tiene que ver nuestra decisión quizá irresponsable, pero también
algunas circunstancias que evolucionan, haciendo nuestra suerte o destino muy
duro, difícil, amargo e infeliz.
Se podría aprender entonces a tener más sabiduría, para
proceder con mayor responsabilidad, aunque eso no es un seguro de que todo irá
mejor en el futuro.
Así las fuerzas opresoras de diferente cariz operan en la
existencia como poderes que someten y parecen decir “qué dios los librará de
mis manos?”.
Y aunque no lo haga, conste, majestad, que no
veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido
Esperar en Él por sí mismo, más allá de una liberación
específica, como gesto de amor y libertad, porque su gracia nos da a conocer
que en lo más profundo del Misterio de Él podemos esperar la salvación
absoluta.
La Palabra revela la confrontación y guerra que se le plantea
al creyente por el poder del anti-reino.
Éste puede adoptar entre otras, las formas de gobiernos
civiles que pueden chocar con las convicciones de fe de sus gobernados.
Porque los creyentes están afianzados, al menos teóricamente,
en el absoluto que es el Señor y su Designio de salvación, mientras los
gobiernos de turno, de cualquier signo ideológico, también pretenden salvar y
solucionar, aunque no siempre con justicia.
En su soberbia este poder laico cívico y militar, alberga
la pretensión de ser el único salvador y
el que soluciona, para desconocer el sentido salvífico de la fe para los
creyentes.
Por eso todo creyente y mientras más honesto y sincero sea,
es un sedicioso potencial.
La Palabra nos enseña entonces diferentes actitudes, unas más
radicales que otras. Porque por un lado podemos confiar en el Señor y su
protección, caiga quien caiga.
Pero además podemos seguir confiando como kamikazes en el
Señor más allá de una protección puntual, dejando en sus manos, las verdaderas
poderosas manos, nuestra suerte definitiva.
La confianza en el Señor va más allá de su asistencia
inmediata, que puede librar del peligro y de la muerte.
Porque si quizá no ocurre, no obstante la fe que se tiene en
Él, se mantiene la esperanza en su salvación definitiva y en su gloria, que
resplandecerá de todos modos.
Es Jesús quien lleva esta confianza hasta las últimas
consecuencias, y aunque el Señor no lo libra de morir en la cruz, él confía, y
es resucitado para su gloria.
Nabucodonosor,
furioso contra Sidrac, Misac y Abdénago, y con el rostro desencajado por la rabia,
Esto explica la molestias y perturbación crecientes de los
gobiernos ante las críticas que proceden de otras convicciones, máxime las de
los creyentes.
Esto también explica las campañas de difamación que se
originan en estamentos gubernamentales contra las organizaciones de creyentes,
para desprestigiar su testimonio de fe y su oferta de salvación absoluta.
¿Entonces, cómo es
que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el horno sin sufrir nada? Y el
cuarto parece un ser divino
La Palabra nos ha ofrecido su presencia fiel. Contar con ella
es vivir la convicción de alguien más en nuestra cotidianidad, que nos acompaña
y sostiene.
Esta compañía en ciertos momentos puede materializarse en
personas, acontecimientos, coyunturas, que quizá por su sencillez no se
identifican a la primera como compañía del Señor.
Algo de esta experiencia permanente de acompañamiento nos
muestra San Ignacio de Loyola como fruto de sus ejercicios espirituales cuando
quiere provocar el encuentro del Señor en todas las cosas, en todo momento.
El Dios bíblico, el Padre de Jesús, manifiesta su salvación
participando, como uno más con su Espíritu Santo, del paso angosto que padecen
sus amados.
Nos ama hasta el extremo de no separarse de nosotros hasta el
final.
Si aprendiéramos en la soledad y vejez progresivas, a
encontrar tu compañía y tu Espíritu, no necesitáramos seguir la búsqueda, ni
aferrarnos a nada ni nadie.
Mas que un suceso verídico, el relato expresa una convicción
esperanzada: Yavé es el único Dios verdadero, y todos los demás no son nada.
Aun los reyes y emperadores si lo supieran, reconocerían su
gloria como el único Dios, aunque fuera el de sus vasallos, vencidos y
oprimidos.
envió un ángel a salvar a sus siervos que,
confiando en él, desobedecieron el decreto real y prefirieron arrostrar el
fuego antes que venerar y adorar otros dioses que el suyo.
De nuestra parte es importante trabajar por la convicción
espiritual y por la cosmovisión, que contamos con un ángel, un medio, un
enviado, un símbolo que nos da señales del acompañamiento del Señor.
Interleccional: Daniel 3
REFLEXIÓN
Bendito eres, Señor
Desde el nacer del sol hasta su ocaso y aún en su ausencia
cuando se hace noche.
Dios de nuestros padres
Nunca terminaremos de agradecer y bendecir a nuestros padres
o quienes hayan desempeñado ese rol parental en nuestra existencia, por
habernos puesto en contacto con el Padre, para conocer su designio salvífico de
amor.
Entre otras pérdidas y perjuicios de esta generación actual,
que tiene visos de espontánea, está la desvinculación del patrimonio de fe de
los antecesores y de la tradición.
La ilusión de la libertad, la autoestima, la autonomía y
autosuficiencia los lleva a vivir la realidad por sí mismos, sin punto de
referencia y así sin memoria, cometer los mismos errores del pasado o peores.
bendito tu nombre santo y glorioso
se recoge en el modo de orar, que Jesús nos transmitió
sondeas los abismos
Sin embargo nuestra fe nos lleva a bendecir a un Dios
experto, que conoce de qué estamos hechos individual y colectivamente.
Así que podemos descansar más en su sabiduría que en la
nuestra.
Juan 8,31-42
REFLEXIÓN
dijo Jesús a los judíos que habían creído en
él: "Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos”
Mantenerse en la Palabra para ser discípulos es una tarea
imprescindible que tenemos los creyentes.
Mantenerse no es equivalente de instalación, pero sí de
estabilidad y perseverancia.
Porque una tiende a la rigidez de la seguridad peligrosamente
confiada. Pero otra a una dinámica constante de vigilancia y testimonio, que
comparte fraternalmente la fe con el mundo.
Mantenerse requiere lucidez y humildad, porque tenemos la
obligación de conocer el anti-reino, pero debemos aceptar confiados en el
Padre, las pruebas a las que se nos somete su expansión.
El anti-reino goza de cierta libertad para zarandearnos, como
arroz trillado, pero la Palabra no nos deja sucumbir.
Como
decir que haremos la verdad que salva y aporta salvación porque la palabra nos
procesa de modo que seamos íntegros y coherentes.
Si os mantenéis en mi palabra, seréis de
verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres
Conocer la verdad es humillante porque uno siente pequeñez.
Quién es uno en realidad, pero sin perder la dignidad.
Solo que al ser uno rebasado en su comprensión, se siente el
misterio y lo desconocido. Uno se frustra y teme.
Lo que nos queda es aceptar que siempre somos aprendices.
Porque se trata de mantenerse. No es algo automático, ni
presupuesto, sino un trabajo diario, por la fe en la Palabra.
quien comete pecado es esclavo
Es un
género de esclavitud radical.
Esta expresión se siente iluminadora en nuestro contexto
actual, porque nuestro cielo histórico, nuestro horizonte cultural, nuestro
contexto situacional, está animado por la inflación del término libertad.
Y nos cuesta entender que libertad y pecado no se llevan,
como el agua y el aceite.
Cuál es el pecado respecto del cual la libertad se define en
nuestro contexto vivencial actual? Es la pregunta del millón.
Y no sólo como pregunta retórica, sino como interpelación
para obtener respuesta de conversión.
Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente
libres
Un
género nuevo de libertad, de potencialidad cualitativamente diferente.
Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre,
pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre."
La pregunta se sigue urgiendo con intensidad, si miramos la
paternidad de nuestras obras: de qué tipo es esa paternidad?
Le replicaron: "Nosotros no somos hijos
de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios."
Jesús mismo es un modelo histórico de la vivencia de
cualquier verdad como liberación.
En su entorno se pudiera rumorear que su origen era oscuro,
porque su madre lo engendró en circunstancias socialmente escandalosas.
El origen misterioso de su concepción habría marcado a Jesús
y su madre en la comidilla del pueblo. No obstante Jesús se mantuvo en su
convicción con el apoyo de lo que María le había contado y la confianza que José
le había cultivado: que todo el asunto era obra del Espíritu del Señor.
Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais,
porque yo salí de Dios, y aquí estoy.
Pero a
Jesús esa verdad pueblerina no le hace mella porque su verdad radica en el amor
al Padre y la convicción que tiene sobre la misión a la que Él lo ha enviado.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1641047040242204673?s=20
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Daniel 3,14-20.91-92.95
El martirio de los jóvenes, denota la
fuerza que adquiere una fe cuando la suerte de la vida tras la muerte se
ilumina. Una fuerza que no se doblega ante cualquier poder terrenal.
Interleccional: Daniel 3
Bendicen los jóvenes al Dios que los
salva de morir para confesar su poder
Juan 8,31-42
No
basta creer en Jesús, sino se guarda su Palabra. Sería permanecer esclavos, y
no convertirse en hijos. Guardar la palabra libera de la esclavitud del pecado,
fondo y raíz de todos los pecados..