Miércoles 3 de Pascua
Hechos 8,1b-8
REFLEXIÓN
Aquel día, se desató una violenta persecución contra la
Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y
Samaría
La
pregunta que surge sobre la presencia o no de los judeocristianos en la destrucción
de Jerusalén del año 70 d.C., puede tener aquí cierta respuesta: la mayoría de
los cristianos habían sido perseguidos por la Sinagoga desde la muerte de
Jesús, antes de ese aplastamiento por parte de Roma.
La
persecución instó a la comunidad cristiana a buscar refugio en otra parte para
seguir viviendo y proclamando el evangelio. El Señor abrió nuevos horizontes a
sus elegidos.
Así para
el creyente la persecución puede ser una forma de manifestar la voluntad de
cambio de rumbo para la comunidad.
Una
voluntad que interviene en medio de las causalidades y contingencias del mundo.
Hoy
siguen habiendo persecuciones, incluso mediáticas, las cuales asumidas con fe y
humildad nos iluminan y revelan otras oportunidades para el crecimiento del
Reino.
Por más
que haga, y lo vemos en la historia, el anti-reino no hace sino dar
oportunidades para que el evangelio sea anunciado.
Saulo se ensañaba con la Iglesia; penetraba en las casas y
arrastraba a la cárcel a hombres y mujeres
Gente
bien intencionada puede verse arrastrada por sus prejuicios y apasionamientos a
cometer atropellos contra inocentes, sin la posibilidad de una investigación
ecuánime o un juicio justo.
En
momentos de gran carga emotiva negativa, permanecer como una voz sensata y
ecuánime es como una candidatura al martirio. Y no todos son íntegros y
valientes.
Pero
incluso grandes perseguidores y maltratadores de la comunidad de hermanos
cristianos, pueden ser tocados por el Espíritu del Señor.
Así
cobra importancia la oración que la comunidad realiza por su perseguidores, no
para que los elimine, sino para que alcancen la verdad salvífica y se
conviertan.
los prófugos iban difundiendo el Evangelio
Porque
la buena nueva es la pasión que mueve y aporta bienestar a la propia
existencia, y cómo no comunicar lo que nos hace tanto bien?
Cuando
experimentamos la alegría y el gozo no la podemos reprimir sino que nos urge
compartirla.
Pero los
caminos de la evangelización son misteriosos y se tejen con sangre y dolor,
camino a la cruz, como el propio maestro y siervo Jesús.
La
eficacia del evangelio tiene un camino trazado por el designio: que la semilla
caiga en tierra y muera para renacer y dar fruto.
Ese es
el sentido de la Pascua que los creyentes de Jesús de Nazareth crucificado y
resucitado celebramos y compartimos en esta temporada.
de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando
gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban
Primero
Esteban y luego Felipe, se van sucediendo quienes muestran el reino y su
dinámica de salvación en medio de todos, como un testimonio del acompañamiento
permanente del Señor Resucitado.
Salmo responsorial: 65
REFLEXIÓN
Decid a Dios: "¡Qué terribles son tus obras!"
En esas
obras no podemos sino reconocer el paso del Señor, porque nos dejan abismados.
La fe
viva en contacto con la vida corriente permite la visión de la intervención del
Señor Jesús, llevando adelante el designio del Padre.
Desde
esa visión realidades comunes cobran una perspectiva terrible en el sentido de
asombrosas que inducen a reverencia, a reconocimiento de la presencia
misteriosa del Señor.
Esta
visión brota como una lógica novedosa, que se aparta del común, sin
necesariamente declarse absurda.
Transformó el mar en tierra firme
Es el
paradigma, el concepto primario y elemental que abrió nuestra mente a construir
nuevos significados congruentes con la experiencia básica de salvación y a
culminar la misma en la gesta de Jesús de Nazareth.
Juan
6,35-40
REFLEXIÓN
me habéis visto y no creéis
Porque
no se trata de ver para creer. Se trata de ver y creer. Ver y creer más allá de
lo que se ve. Saltar de lo visto a lo creído. La fe no se encadena servilmete a
lo visto, sino que toma pie para su propia visión desde la visto. Ese tránsito,
como el de la resurrección de la muerte, es posible con la asistencia del
Espíritu.
La
pastoral comete frecuentemente el error de la suposición forzada. Porque somos
bautizados, porque estamos en mayoría de cristianos, porque culturalmente
recibimos información y formación que nos ha enseñado a ver en cierta forma,
asumimos específicamente la visión de fe. Sin respetar la exigencia de un
compromiso de fe libre, específico, actual en presencia de la realidad vista.
Porque para muchos esa realidad vista y creer no actúa como una ecuación. Es
más, no debe actuar como tal.
Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda
nada de lo que me dio,
sino que lo resucite en el último día.
El
último día, en lenguaje profético es cuando el Señor ejerza su juicio, y este puede
ser en cualquier momento.
En
lenguaje apocalíptico es cuando Él cierre la historia y haga un juicio final.
Pero
Jesús nos ha revelado la consigna para ese juicio: que no se pierda nada.
No
debemos ni podemos esperar el juicio de Dios como quien puede perderse, sino
que todo seremos ganadores.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1651178865757224963?s=20
COMPARTIR LA PALABRA
Hechos 8,1b-8
La iglesia
sufrió, sufre y sufrirá persecución: allanamientos, encarcelamientos abusivos,
negación de derechos individuales y colectivos…Para intimidar, aterrorizar,
acallar. En muchos logran este objetivo. En algunos no porque endurecen el
rostro y persisten, para Gloria de Dios, que brilla en la debilidad y protege
la vulnerabilidad. Trago amargo abierto a pasarlo con amor de oblació.
Salmo responsorial: 65
Las
terribles y temibles obras del Misterio absoluto de Dios, como fuego que no se
extingue, guarda la ecuación de Epifanía en la víctima, individual y colectiva.
De contemplar este sentido brotará alabanza y gozo por su presencia viva.
Juan 6,35-40
Nos
resucitará en nuestro último día, que es cuando Él interviene. Si como dispone
El Padre vamos a Jesús y creemos en Jesús, quien sirve el agrado de Dios cuidando
esos creyentes para siempre. Jesús es dócil a esa voluntad del Padre de que
nadie se pierda.