viernes, 28 de abril de 2023

PALABRA COMENTADA

 Viernes 3 de Pascua

Hechos 9,1-20



REFLEXIÓN

Saulo seguía echando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor

En el camino de oposición al designio del Señor que pasa por el Reino de Dios, realizado en el misterio pascual de Jesús de Nazareth, se encuentra gente convencida de su buena fe y del servicio a la causa de Dios que han emprendido.

Por eso tiene sentido la oración de Jesús y luego de Esteban su seguidor: no le tengas en cuenta ese pecado. No saben lo que están haciendo. Porque su ímpetu debía estar mejor encaminado.

autorizándolo a traerse presos a Jerusalén a todos los que seguían el nuevo camino, hombres y mujeres

La complicidad de Pablo con la persecución de la comunidad era absoluta y radical. Él pasaría por un extremista o fundamentalista, que apela a la fuerza para retener a los que creen distinto a la ortodoxia.

Una comunidad como la nuestra en pos de Jesús de Nazareth viviente, nunca debió hacerse cómplice de ninguna persecución, de las que se han desarrollado a lo largo de la historia posterior.

Ha sido de los peores testimonios de adhesión a la fe cristiana, y ha debido producir y multiplicar el rechazo, la denuncia y el escándalo para la fe en el Designio del Padre en su hijo.

Así el peligro y la acechanza para los seguidores de Jesús está servida.

Ayer y hoy, quien emprenda el itinerario del nuevo camino será acechado, acosado, atacado en alguna forma, con el fin de que abandone el seguimiento.

una luz celeste lo envolvió con su resplandor

Cuando la verdad salvífica se abre paso en nuestra comprensión y captamos nuestro error y pecado, junto a un deseo de enmienda y reparación, volviendo sobre nuestros malos pasos, entonces estamos bajo el efecto de la luz que proviene de los cielos.

Los signos son extremadamente simples: luz y voz. La intervención del Señor a favor de los miembros de su cuerpo, el cuidado que tiene de él, se va dando en forma eficaz y no necesariamente portentosa. A veces son detalles que ni llaman la atención, pero entorpecen y neutralizan los planes contra el Reino y la bienaventuranza de los pobres.

Porque son éstos los que tienen la sensibilidad suficiente para sentir esa intervención favorable, dado que en su vida suelen confesar no tener otra gloria sino el favor del Señor.

"¿Quién eres, Señor?"

"Soy Jesús, a quien tú persigues

“Persigues mi pueblo”. Este encuentro es como el de Moisés con la zarza, en el que se revela una identidad y una misión.

Conocer al Señor en el aproximado perseguido, afligido, atribulado, excluído, oprimido, vulnerable, herido, es un don del mismo Señor. Su gracia y no un cálculo sociológico, aunque éste nos colabore como ciencia a la fe.

Porque este conocer implica conversión y misión. No se contenta únicamente con informarse.

Es un conocer desde las entrañas, desde lo profundo, donde somos agitados y movidos por el Espíritu de Jesús viviente.

Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada; así que lo llevaron de la mano y lo introdujeron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver y sin comer ni beber

La conversión de Pablo consiste en partir desde las víctimas, llegando a ser vulnerable como lo eran ellas.

Está orando, y ha visto a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista."

Pablo como Jesús ora para que su fe se abra a los caminos concretos del designio del Señor.

Ananías respondió:
«Señor, he oído a muchos hablar del daño que ese hombre ha hecho en Jerusalén a los que creen en ti; y ha venido con poderes de los sumos sacerdotes, para arrestar a todos los que invocan tu nombre».

Entre otras cosas en este nuevo camino Pablo tendrá problemas de credibilidad para las comunidades, pero también para sus antiguos correligionarios.

Una situación de desquiciamiento, una purga de las alianzas humanas y su poder. La naciente fe en Jesús deberá crecer en él para impulsarlo.

«Vete, porque éste es para mí un instrumento elegido para anunciar mi nombre a todas las naciones, a sus gobernantes, y al pueblo de Israel. Yo le daré a conocer cuánto tendrá que padecer por causa de mi nombre

Lo que menos puede entusiasmar, en una misión de la existencia congruente con Jesucristo, es el padecimiento.

Pero es un colateral que viene con la misión, por existir en profundidad para el reino. Es la cruz de Jesús, y es el sello de aprobación del Padre, como elegidos para su designio.

En el conjunto de la multiforme intervención del Señor a favor de sus santos se da una misión para el perseguidor convertido. Un bien para todos.

El perseguidor Saulo experimentará en carne propia el daño que hacía a otros. Una empatía existencial lograda como don del Señor para bien de la comunidad.

el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y te llenes de Espíritu Santo

Se levantó, y lo bautizaron

le volvieron las fuerzas

Como a Pablo las fuerzas nos vienen por la tríada Espíritu, bautismo y comida de acción de gracias. Es el alimento del camino.

se puso a predicar en las sinagogas, afirmando que Jesús es el Hijo de Dios

El encuentro, que se pudo tomar como la ruina de su carrera de maestro en Israel, sirvió para convertirlo en servidor de Jesús y pasar a vivir para proclamarlo.

Salmo responsorial: 116



REFLEXIÓN

Grande es su amor por nosotros

La fe esperanza y amor vivos son los que impulsan a reconocer el gran amor de Dios más allá de nuestro padecer por el reino.

Toda vida corriente en la medida que es evangélica, afán por el reino, conlleva una misión del Padre al mundo, para su conversión.

Cuando el Señor nos muestra su intervención, nuestra fe es llamada a confesar su misericordia. Su gloria y prestigio radica en nuestra confesión y reconocimiento.

Juan 6,52-59


RE


FLEXIÓN

"¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"

Por el enfoque puramente material significaría un absurdo canibalismo. 

También, si el sentido es la debilidad de la carne, que hoy existe y mañana no.

El ser corriente y común de Jesús lo despojaba del glamour y el espectáculo de una divinidad histriónica.

Dios hace su revelación en Jesús para ver profundo en lo pequeño y despreciable.

Es una conversión de la visión y los valores por aquellos a los que se dirige preferencialmente.

El evangelista pone énfasis en la carne de Jesús, probablemente porque entre sus lectores cundía un discurso diferente que hacía daño a la fe recibida: Jesús tomado como una figura de semidios o un demiurgo.

Así la carne que en un contexto de mentalidad judía hace alusión a la limitación, debilidad y mortalidad humana es afirmada de Jesús de Nazareth como su sello de autenticidad.

Este verdadero ser humano es nuestro mesías.

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día.

Comer a Jesús además de hacerlo eucarísticamente es algo más: comerlo, asimilarlo, nutrirse de él en cuanta realidad lo haga presente y lo transmita.

El creyente es un ser abierto al mundo y a la realidad, para comer a Jesús dondequiera, y así vivir para siempre.

Las fuerzas que se recobran en el servicio a la misión muestran el vigor de la vida nueva que late en nosotros. Se trata de un efecto pascual.

El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí

Cohabitación, convivencia con y en la tríada de vida eterna: Pade, Hijo, Espíritu.

el que come este pan vivirá para siempre

Su palabra y su memorial.

 

Como el Padre que me envió posee la vida y yo vivo por él, así también, el que me coma vivirá por mí

Al comer a Jesús cotidiano en el sentido extensivo, y no privativo de lo sacramental y ritual, vivimos dentro del círculo íntimo de Jesús y su Padre. Ingresamos en una comunidad viva y de vida para siempre.

Los signos de los tiempos nos inducen a una práctica sacramental de la eucaristía que tome en cuenta el registro contextual de la sociedad en la que discurrimos.

El sacramento sin compromiso con el entorno puede convertirse en devoción intimista e idolátrica.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1651911884793167879?s=20

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Hechos 9,1-20

Se teoriza sobre el liderazgo de Pablo como el que definió la iglesia que subsistió la persecución y se oficializó en el siglo IV, a partir del reconocimiento por el Imperio romano. Se teoríza hoy en día la organización dominante en cualquier ámbito, porque a la luz de sus errores, injusticias y desviaciones toda institución humana es lábil y requiere reinvención. Esa reinvención es la que puede ser adjudicada a Pablo en momentos críticos para los seguidores de Jesús, frente al rechazo de los judíos y gentiles al mensaje y persona del cruficado.

Salmo responsorial: 116

La alabanza de las naciones al Dios verdadero fue impulsada por un perseguidor convertido en una experiencia mística, porque Pablo no estuvo en carne con el Señor Jesús. Lo más apedreó la carne del seguidor de Jesús Esteban. Pudo ser un testimonio tan arrasador de prejuicios que estuvo abriéndose paso en su interior hasta convertirse en una confesión abierta .

Juan 6,52-59

Vino bien el genio de la cultura hebrea, tan amante de la concreción y la crudeza material, para que las palabras de Jesús sobre comerlo resultaran impactantes. Es un clamor evangélico sobre los niveles de apropiación que estamos llamados a desarrollar respecto de la obra y persona de Jesús. Lo que sea, poco o mucho de una confesión, habrá que sellarlo en nuestra propia debilidad cotidiana, más allá de cualquier previsión

 

BEATO CARLO



 De los sermones de san Efrén, diácono
(Sermón sobre nuestro Señor, 3-4. 9: Opera, edición Lamy, 1, 152-158. 166-168)
 
LA CRUZ DE CRISTO, SALVACIÓN DEL GÉNERO HUMANO

 

Nuestro Señor, pisoteado por la muerte, la holló luego en desquite, como quien pisa con sus pies el polvo del camino. Se sometió a la muerte y la aceptó voluntariamente, para vencer así la resistencia de la muerte. Salió nuestro Señor llevando la cruz, sometiéndose a las exigencias de la muerte; pero luego clamó en la cruz y sacó a los muertos de la región de las sombras, contra la voluntad de la muerte.

 La muerte sometió al Señor a través del cuerpo humano que él tenía; pero él, valiéndose de esta misma arma, venció a su vez a la muerte. La divinidad, oculta tras el velo de la humanidad, pudo acercarse a la muerte, la cual, al matar, fue muerta ella misma. La muerte destruyó la vida natural, pero fue luego destruida, a su vez, por la vida sobrenatural.

 Como la muerte no podía devorar al Señor si éste no hubiese tenido un cuerpo, ni la región de los muertos hubiese podido tragarlo si no hubiese tenido carne humana, por eso vino al seno de la Virgen, para tomar ahí el vehículo que había de transportarlo a la región de los muertos. Allí penetró con el cuerpo que había asumido, arrebató sus riquezas y se apoderó de sus tesoros.

 Llegóse a Eva, la madre de todos los vivientes. Ella es la viña cuya cerca había abierto la muerte, valiéndose de las propias manos de Eva, para gustar sus frutos; desde entonces Eva, la madre de todos los vivientes, se convirtió en causa de muerte para todos los vivientes.

 Floreció luego María, nueva viña en sustitución de la antigua, y en ella habitó Cristo, la nueva vida, para que al acercarse confiadamente la muerte, en su continua costumbre de devorar, encontrara escondida allí, en un fruto mortal, a la vida, destructora de la muerte. Y la muerte, habiendo engullido dicho fruto sin ningún temor, liberó a la vida, y a muchos juntamente con ella.

 El eximio hijo del carpintero, al levantar su cruz sobre las moradas de la muerte, que todo lo engullían, trasladó al género humano a la mansión de la vida. Y la humanidad entera, que a causa de un árbol había sido precipitada en el abismo inferior, alcanzó la mansión de la vida por otro árbol, el de la cruz. Y, así, en el mismo árbol que contenía el fruto amargo fue aplicado un injerto dulce, para que reconozcamos el poder de aquel a quien ninguna creatura puede resistir.

 A ti sea la gloria, que colocaste tu cruz como un puente sobre la muerte, para que, a través de él pasasen las almas desde la región de los muertos a la región de la vida.

 A ti sea la gloria, que te revestiste de un cuerpo humano y mortal, y lo convertiste en fuente de vida para todos los mortales.

 Tú vives, ciertamente; pues los que te dieron muerte hicieron con tu vida como los agricultores, esto es, la sembraron bajo tierra como el trigo, para que luego volviera a surgir de ella acompañada de otros muchos.

 Venid, ofrezcamos el sacrificio grande y universal de nuestro amor, tributemos cánticos y oraciones sin medida al que ofreció su cruz como sacrificio a Dios, para enriquecernos con ella a todos nosotros.