sábado, 29 de abril de 2023

PALABRA COMENTADA

 Sábado 3 de Pascua

Hechos 9,31-42



REFLEXIÓN

la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor, y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo

Es una descripción más bien esquemática, como si fuera un estribillo, para dar cuenta de un estado general en un espacio de tiempo y lugar.

Es como un oasis en medio de las dificultades, tribulaciones y persecuciones.

Cuál de los dos estados, el pacífico o el atribulado era el dominante en esos tiempos? Difícil de saber.

Pero nos enseña la actitud propia de lo creyentes reunidos en asamblea de elegidos por el Espíritu. Debemos confiar y vigilar para no sucumbir en las pruebas.

"Eneas, Jesucristo te da la salud; levántate y haz la cama."

Se trata de una asamblea de creyentes que perdura en el tiempo ofreciendo signos de la presencia salvífica de Jesucristo.

Sus llamados, sus elegidos están en función de su obra de salvación para los más.

Y nada, ni las tribulaciones deben acortar o reducir esa misión para todos, incluso para los perseguidores.

Lo vieron todos los vecinos de Lida y de Saron, y se convirtieron al Señor.

La mentalidad o modo de pensar que se trastoca en la conversión puede dejar una ideología de izquierda o derecha intacta, puede no afectar la postura conservadora o liberal, que en fin son etiquetas nuestras.

Lo que hace es cambiar el ser operante, el corazón, las decisiones que elicitan acciones vitales.

Los portentos o milagros, las obras admirables como signos tocan el corazón, lo circuncidan para que se hagan sensibles al paso del Señor y lo sigan.

Los signos pueden ser fuertes y arrebatadores, o sutiles como una caricia, pero como el maná, son para el momento, para incentivar a dar golpes de timón que enrumban la nave de la existencia, no para acumular como puntos o méritos de los cuales jactarse.

La conversión del corazón es una misión en contexto eclesial, un don a la comunidad, para el bien común.

"Tabita, levántate."

Entre los signos de la Pascua de Jesús está la revivificación como señal de la resurrección. Un volver a la salud y la vida, como una bendición que convierte y transforma para revestirse de una nueva vida totalmente otra.

Nuestros gestos de sanación, en el mundo de hoy, como señal de la presencia de Jesús vivo entre nosotros, son un mensaje para la salud y vida actuales, para prolongarlos.

Y también son preparación para asumir la vida nueva del Espíritu que nos está transformando para el Señor.

Salmo responsorial: 115



REFLEXIÓN

¿Cómo pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho?

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, / invocando tu nombre, Señor

Aun en la desolación y la depresión puedo agradecer. Puedo adherirme a la acción de gracias por excelencia: la oblación de Jesús de Nazaret, perpetuada por su memorial.

Mucho le cuesta al Señor / la muerte de sus fieles

Nuestra muerte física es un desafío para la Pascua de vida de Jesús de Nazareth.

La fe en ella nos debería conducir a la esperanza de vida actual y futura. Ambas están vinculadas como el signo y su realización.

Juan 6,60-69




REFLEXIÓN

El Espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida

El evangelista plantea un conocimiento (gnosis) que requiere la transformación del creyente que arriba a tal conocimiento.

Deberá ser capaz de percibir realidades con ojos o sentidos diferentes, en otra calidad y nivel.

Aferrarse a la literalidad, a la materialidad no ayudará. La comprensión infundida por el Espíritu debe liberar ataduras cognitivas, actitudinales, culturales diríamos ahora.

Porque quien se da a conocer desde su dimensión de vida que no termina es un Misterio para nuestra limitada asimilación.

No es Misterio en el sentido de un claustro cerrado y prohibido, sino en el sentido del Arcano donde entramos si nos iniciamos, si nacemos de nuevo.Si nos descalzamos, como otrora la zarza ardiente.

Es una característica sobresaliente del hablar del Señor en su Palabra. No es posible maquillarla, porque rompe nuestras defensas lógicas y sicológicas. Su radicalidad sentida nos hace sentir vulnerables e impotentes para cumplirla. Nos hace sentir la dimensión de una vida nueva a la que accederemos por su misericordia.

Celebrar el memorial es vivir en la dimensión del Espíritu no de la carne, por la conversión del pan y vino en cuerpo y sangre de Jesús Resucitado.

El memorial eucarístico es la Palabra del Señor encarnada cada vez en palabras de los hombres, que se ofrecen como espíritu y vida.

Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: "Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede

Un sentido de la traición de Judas es emblemático del significado profundo de toda traición en el contexto de la mayor entrega, como la que narra el memorial: convertirse, ser del Padre, alimentarse y renovar fuerzas, agradecerle y alabarle, vivir el espíritu más allá de la carne es un DON no un automatismo resultante de ser y llamarse miembro.

muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él

Se trata del costo ineludible de la verdad: tiene sus adeptos y también sus detractores.

Hoy en día tomamos como señal positiva para el reino, lo positivo para el mundo, como si fuera una ecuación de igualdad. Es un error.

Jesús en su momento mantuvo la revelación del Misterio del Reino, a pesar del abandono por parte de algunos discípulos.

Ni rebajó, ni redujo el planteamiento y las exigencias del mensaje.

Su actitud no era la de un negociador, agente de lobby, tan valorado en nuestros días.

Desde antes de la pasión ya Jesús iba siendo abandonado por algunos seguidores. No era suficiente ser atendidos en sus necesidades sino que el Reino también comprendía la recepción y conversión del duro mensaje de Jesús.

Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna

Su actitud era la de fidelidad a la Palabra de su Padre, que él encarnaba, fuera o no popular.

sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios

La confesión de Pedro que conocimos en los sinópticos es profundizada en la recensión joanea. Pero sigue siendo una fraseología que en lenguaje hebreo no logra la trascendencia última.

Un santo consagrado era también cualquier enviado, profeta, sacerdote o rey.

El sentido de la comunidad en el tiempo y en las culturas irá aportando el peso específico que le asignamos hoy al unigénito, en Jesús de Nazaret.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1652271662765596679?s=20

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Hechos 9,31-42

Un resumen con dos milagros que recuerdan al Maestro Jesús en su vida pública. Qué mejor testimonio que los seguidores, quienes han compartido con Jesús parte de su vida, hagan en su seguimiento las obras que fortifican el mensaje que entregan sus palabras? En cierta forma, todo ha cambiado y nada ha cambiado, porque Jesús sigue vivo en sus seguidores, y continúa salvando.

Salmo responsorial: 115

A pesar de mi opresión generacional, de la que parece que no me puedo librar, puedo agradecer con alabanza y cumplimiento, al Señor de la salvación, que se mantiene salvando.

Juan 6,60-69

La traición, la deserción siempre estuvieron en el horizonte vital del ministerio de Jesús. No lo ignoraba. No cerró los ojos ante esa realidad de traición y deslealtad, o de incomprensión culpable o no. Pero se mantuvo en su derrotero sin aguar ni adulterar la palabra que no le pertenecia y a la que dócilmente servía. Sus palabras nos tienen que llevar a una confrontación definitiva sobre nuestra seriedad , sí o no, de tomarlas como eternas, para que no nos autoengañemos sobre la calidad de nuestro compromiso.

DOCTORES DE LA IGLESIA



cuanto más busco más encuentro
 
Del Diálogo de santa Catalina de Siena, virgen, Sobre la divina providencia
(Cap. 167, Acción de gracias a la Santísima Trinidad: edición latina, Ingolstadt 1583, ff. 290v-291)

 

GUSTÉ Y VÍ

¡Oh Divinidad eterna, oh eterna Trinidad, que por la unión con tu divina naturaleza hiciste de tan gran precio la sangre de tu Hijo unigénito! Tú, Trinidad eterna, eres como un mar profundo, en el que cuanto más busco más encuentro, y cuanto más encuentro más te busco. Tú sacias el alma de una manera en cierto modo insaciable, ya que siempre queda con hambre y apetito, deseando con avidez que tu luz nos haga ver la luz, que eres tú misma.

Gusté y vi con la luz de mi inteligencia, ilustrada con tu luz, tu profundidad insondable, Trinidad eterna, y la belleza de tus creaturas: por esto, introduciéndome en ti, vi que era imagen tuya, y esto por un don que tú me has hecho, Padre eterno, don que procede de tu poder y de tu sabiduría, sabiduría que es atribuida por apropiación a tu Unigénito y el Espíritu Santo, que procede de ti, Padre, y de tu Hijo, me dio una voluntad capaz de amar.

Porque tú, Trinidad eterna, eres el hacedor, y yo la hechura: por esto he conocido con la luz que tú me has dado, al contemplar cómo me has creado de nuevo por la sangre del Hijo único, que estás enamorado de la belleza de tu hechura.

¡Oh abismo, oh Trinidad eterna, oh Divinidad, oh mar profundo!: ¿qué don más grande podías otorgarme que el de ti mismo? Tú eres el fuego que arde constantemente sin consumirse; tú eres quien consumes con tu calor todo amor del alma a sí misma. Tú eres, además, el fuego que aleja toda frialdad, e iluminas las mentes con tu luz, esta luz con la que me has dado a conocer tu verdad.

En esta luz, como en un espejo, te veo reflejado a ti, sumo bien, bien sobre todo bien, bien dichoso, bien incomprensible, bien inestimable, belleza sobre toda belleza, sabiduría sobre toda sabiduría: porque tú eres la misma sabiduría, tú el manjar de los ángeles, que por tu gran amor te has comunicado a los hombres.

Tú eres la vestidura que cubre mi desnudez, tú sacias nuestra hambre con tu dulzura, porque eres dulce sin mezcla de amargor, ¡oh Trinidad eterna!