viernes, 15 de septiembre de 2023

DOCTORES DE LA IGLESIA


 
De los Sermones de san Bernardo, abad
(Sermón en el domingo infraoctava de la Asunción, 14-15: Opera omnia, edición cisterciense, 5 [1968], 273-274)


LA MADRE ESTABA JUNTO A LA CRUZ

El martirio de la Virgen queda atestiguado por la profecía de Simeón y por la misma historia de la pasión del Señor. Éste —dice el santo anciano, refiriéndose al niño Jesús— está predestinado por Dios para ser signo de contradicción; tu misma alma —añade, dirigiéndose a María— quedará atravesada por una espada.

En verdad, Madre santa, atravesó tu alma una espada. Por lo demás, esta espada no hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. En efecto, después que aquel Jesús —que es de todos, pero que es tuyo de un modo especialísimo— hubo expirado, la cruel espada que abrió su costado, sin perdonarlo aun después de muerto, cuando ya no podía hacerle mal alguno, no llegó a tocar su alma, pero sí atravesó la tuya. Porque el alma de Jesús ya no estaba allí, en cambio la tuya no podía ser arrancada de aquel lugar. Por tanto, la punzada del dolor atravesó tu alma, y por esto, con toda razón, te llamamos más que mártir, ya que tus sentimientos de compasión superaron las sensaciones del dolor corporal.

¿Por ventura no fueron peores que una espada aquellas palabras que atravesaron verdaderamente tu alma y penetraron hasta la separación del alma y del espíritu: Mujer, ahí tienes a tu hijo? ¡Vaya cambio! Se te entrega a Juan en sustitución de Jesús, al siervo en sustitución del Señor, al discípulo en lugar del Maestro, al hijo de Zebedeo en lugar del Hijo de Dios, a un simple hombre en sustitución del Dios verdadero. ¿Cómo no habían de atravesar tu alma, tan sensible, estas palabras, cuando aun nuestro pecho, duro como la piedra o el hierro, se parte con sólo recordarlas?

No os admiréis, hermanos, de que María sea llamada mártir en el alma. Que se admire el que no recuerde haber oído cómo Pablo pone entre las peores culpas de los gentiles el carecer de piedad. Nada más lejos de las entrañas de María, y nada más lejos debe estar de sus humildes servidores.

Pero quizá alguien dirá: «¿Es que María no sabía que su Hijo había de morir?» Sí, y con toda certeza. «¿Es que no sabía que había de resucitar al cabo de muy poco tiempo?» Sí, y con toda seguridad. «¿Y, a pesar de ello, sufría por el Crucificado?» Sí, y con toda vehemencia. Y si no, ¿qué clase de hombre eres tú, hermano, o de dónde te viene esta sabiduría, que te extrañas más de la compasión de María que de la pasión del Hijo de María? Éste murió en su cuerpo, ¿y ella no pudo morir en su corazón? Aquélla fue una muerte motivada por un amor superior al que pueda tener cualquier otro hombre; esta otra tuvo por motivo un amor que, después de aquél, no tiene semejante.


REFLEXIÓN
El mérito del martirio se toma en cuenta para canonizar una candidato a la santidad. Dar la sangre en la confesión de la fe es un acto de valor admirable, unido como está siempre al perdón de los verdugos. Pero las palabras de San Bernardo nos abren al sentido del martirio del corazón, padecimiento sin sangre pero no sin pena y dolor, en solitario, que vincula al martirizdo con la piedad, el amor desinteresado movido por el prójimo en su infortunio.

jueves, 14 de septiembre de 2023

PALABRA COMENTADA

 



Exaltación de la Santa Cruz(14 de septiembre)


En este día conviene pensar en la cruz, instrumento de tortura originalmente, símbolo de redención desde Jesús de Nazaret.

Es el equivalente del destino, fatum, imponderable, suerte, que le toca a cada uno asumir en su existencia.

Puede mirarse con resignación, con gozo, con paciencia, con ansiedad, como lucha.

En todas estas actitudes profundas vivenciales y existenciales se entrelazan la fe, la esperanza y el amor como fuerzas que la transforman, en diálogo con nuestra libertad, en una cruz gloriosa.

Así nos lo enseña el crucificado Jesús de Nazareth.


Números 21,4b-9



REFLEXIÓN

el pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo


Pueblo, comunidad y masa. Tres modos de referirse al grueso de la gente, a la muchedumbre, a los rasos que soportan y se conducen por donde les mandan.

Pero se puede establecer algún matiz de diferencia ya que del Pueblo proviene la voz de Dios, las necesidades sentidas, la sabiduría de vida.

La comunidad es el modo de designar cierto grado de fraternidad y conocimiento, más allá del anonimato.

La masa se encuentra al nivel de lo amorfo, de la ignorancia de su destino, de la conducta gregaria, para lo bueno o lo malo.

Pues hay un sentido de Pueblo, comunidad o masa que se opone con rebeldía al Señor, y se muestra desagradecido, e incurre en el fastidio de Dios, usando una expresión antropomórfica.

Hay evangelizadores desprevenidos que toman al Pueblo indiscriminadamente, sin caer en cuenta de estrategias pastorales diversificadas ante los diferentes niveles de conciencia popular.


Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpiente quedarán sanos al mirarla

El Señor suscita un liderazgo con mayor paciencia que se va relevando en la historia, para insistir en el anuncio del verdadero camino.

Un liderazgo que no satisface a muchos cuando no cumple ciertos deseos, pero es requerido para insistir que abogue por la misericordia ante el Señor.

Así por vía de paradoja el pararrayos se convierte por momentos en chivo expiatorio.


Salmo responsorial: 77



REFLEXIÓN

Lo adulaban con sus bocas, / pero sus lenguas mentían: / su corazón no era sincero con él, / ni eran fieles a su alianza

La verdad que viene del Señor y la sinceridad que brota por ello, son un don para disponerse a recibirlo.

Rasga nuestras distorsiones interpretativas y apreciaciones parcializadas e interesadas.

Somos cómplices de la mentira porque nos autojustificamos hasta el fin de nuestros días.

Y en el camino de la cruz, se nos ofrece la oportunidad de acercarnos e iluminarnos con la justicia de Dios, aun a pesar de nosotros mismos.

Filipenses 2,6-11



REFLEXIÓN

no hizo alarde de su categoría de Dios

Dios silente, Dios anónimo, tanto que cuesta hoy en día divinizarlo, en nuestro mundo que mitifica la materia, y la dota de rasgos divinos.

Es la que todo lo puede. Sólo es asunto de evolución y tiempo.

se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Quizás lo que pretende no es que se le tome como un Dios clásico, sino estrenar constantemente su paternidad inédita.

Tan totalmente otro es, que su pedagogía casi consiste en hacerse pasar por alguien que está de más.

Nos enseña a amar para hacernos libres, no para acaparar protagonismos ni focos.

No se ajusta a los cánones mediáticos actuales


Juan 3,13-17



REFLEXIÓN

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen el él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él."


Bajar y subir es una consideración de espacio significativo: arriba lo perfecto, abajo lo imperfecto.

Y como Moisés nosotros asignamos símbolos que nos orienten en el arriba y debajo de nuestras existencias y caminar.

Jesús de Nazareth, un hijo de hombre, toma la cruz como el signo que desde el abajamiento catapulta a la exaltación.

Llorar, lamentarse, suspirar y resignarse no es la única estrategia para hacer de la cruz ese tránsito, pues el modo de proceder de Jesús de Nazareth,torturado en la cruz, nos da visos de muchas otras actitudes de fe para elevarnos.

Eso sí, la única convicción capaz de transformar todo al modo de Jesús es la convicción del amor del Padre en su hijo entregado.

https://x.com/motivaciondehoy/status/1702275894729937357?s=20

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Números 21,4b-9

Difícil no ver la cruz que da muerte y vida intuída e inspirada a los cristianos. También el castigo cambia de sentido, porque no es Dios quien nos castiga, sino en todo caso castiga a su propio Hijo, quien para nosotros es Salvador. Es posible ante los sufrimientos y calamidades personales y colectivas dejarse fascinar por un sentido de castigo, pero se nos ofrece otros sentido de amor salvífica para superarlo.

Salmo responsorial: 77

Otro modo de ver a Dios, con el contrapeso de la misericordia y el perdón que no se cansa de otorgar, a pesar de tanta insinceridad, que raya en abuso, del creyente.

Juan 3,13-17

Jesús es vida eterna que está inmersa en nuestro espacio terrestre, al que dona un sentido novedoso: subir, ser levantado, es pasar a la dimensión de la vida que no termina, la eterna, que es elevada desde acá, desde nuestro espacio creado, humano, sufriente en Jesús. Y este giro es una muestra de la voluntad amorosa del Padre, que en Jesús salva pero no juzga.