domingo, 23 de junio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 12 de tiempo ordinario B

Job 38,1.8-11



REFLEXIÓN

El Señor habló a Job desde la tormenta

Desde dónde habla Dios? Hay muchas opiniones, muchas teorías, muchas experiencias y éstas son decisivas, porque implican un convencimiento sólido y un cambio en el sentido de la existencia.

Para Job se trató de la coyuntura del Dios que se transparenta en la tormenta y desde ella pronuncia un mensaje de libertad y poderío inapelable.

La tormenta, los árboles, los montes, fueron lugares mencionados como favorables al encuentro con el hoyo negro de la divinidad, aquél en el que todo cambia, porque se pierde el punto de referencia.

En cierto modo, qué más da si se trata de metáforas, imaginería popular, símbolos poéticos y demás, si al cabo lo que importa es el testimonio de una experiencia y cómo se hizo creíble.

Nuestro lugar de encuentro teofánico hoy? No se puede inventar cualquiera, aunque tampoco impedir. 

Una vez que ya vivimos en un orden de encarnación, donde el hombre nuevo, hecho carne y sangre en Jesús de Nazareth, nos gesticula y gestiona como el Padre, que ama los pequeños, y desde los pequeños expresa su grandeza y gloria, tenemos el punto de referencia de aquí en adelante, si pretendemos unirnos al hombre nuevo.

Otros podrán seguir con diversos símbolos de encuentro y experiencia. Hay para todos.

Pero nosotros, los que más nos quisiéramos señalar y adelantar en el seguimiento, no podemos ni debemos sustituir a Jesús de Nazareth.

Salmo responsorial: 106



REFLEXIÓN

Apaciguó la tormenta en suave brisa, / y enmudecieron las olas del mar

Qué decir del cambio climático controvertido, para unos dogma y para otros mera conjetura, que en sus efectos trastorna el clima del planeta?

Quienes sucumbieron a la furia del agua, la tierra y el fuego, sólo balbucean el miedo que grabaron en su intimidad, destruyendo realizaciones, metas logradas, riquezas, sustentos y vidas, adjudicándole omnipotencia destructiva.

Sin embargo, inexplicable y tercamente la Palabra da cuenta de un poder superior que domina la rebeldía de la naturaleza, que muchas veces hemos desatado con nuestro desatino.

2Corintios 5,14-17



REFLEXIÓN

Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos

Los que viven de la vida que mana del Espíritu de Jesús de Nazareth resucitado. Para donar esa vida murió. Y no simplemente murió, y con él los demás, como Adán.

Vivir para… implica dedicación, entrega, misión, sentido de vida, norte y derrotero.

Una vida nueva nos ha sido donada para un sentido nuevo.

Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado

Por lo tanto lo histórico, el pasado, requiere una visión desde una novedad.

Hoy para los creyentes creer, esperar y amar es el paso inicial del Señor en nosotros y de nosotros a Él.

Como novedad Jesús transmite con renovada eficacia la benignidad de Dios como Padre Madre, con registros insospechados.

Marcos 4,35-40



REFLEXIÓN

Él les dijo: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?”

Porque la fe disminuye y aumenta el miedo, no lo niega. Máxime cuando se alimenta del codo con codo en la vivencia de Jesús de Nazareth.

"¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!"

Cuando parecía que nada más se podía inventar en materia de dioses y portentos, apareció un hombre que lo humanizaba, y barría con los terrores que infunden otras potestades.

Somos asiduos homo-dei-faber, hacedores de dioses que meten miedo a los demás para propiciar nuestra ganancia y ahuyentar los testigos. 

La novedad consiste en un orden donde no hay miedo a la verdad, la justicia, el amor, la misericordia, la solidaridad.

Sin este reino de valores tendemos a endiosar muchas tormentas que nos oprimen.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1406583107411660801?s=20

motivaciondehoy


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Domingo 12 de tiempo ordinario B

Job 38,1.8-11

Salmo responsorial: 106

2Corintios 5,14-17

Marcos 4,35-40

SAN CARLO ACUTIS

BEATO CARLO

 BEATO CARLO


“Todos en el vecindario lo conocían. Cuando pasaba en su bicicleta se detenía a saludar a los porteros, muchos de ellos musulmanes o hindúes.(Ellos estuvieron presentes en su funeral) Les habló de sí mismo, de su fe y escucharon a este joven amable y afable, dulce y encantador. A la hora del almuerzo ponía la comida sobrante en recipientes de comida para llevar a las personas sin hogar de la zona”

contó Rajesh que fue hasta Asís para estar presente en la ceremonia de beatificación de Carlo.

24(23)

¿Quién puede subir al monte del Señor? / ¿Quién puede estar en el recinto sacro? / El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos

La pneumatización de la carne acarreada por el Espíritu en la fe agónica, tiende a volver inocentes las manos humanas, puro su corazón, y desconfiado de la sacralización de otra carne. Caminar hacia la dignidad de la persona significa ascender al monte del Señor Dios y Padre de Jesucristo.

Son varios los genios de la espiritualidad que han usado la imagen de la ascensión dificultosa para ubicarse en la trascendencia.

Pero no se puede ascender a las regiones más puras, de plena libertad del Señor, sin irse liberando del peso de los ídolos. Un ejercicio sin fin hasta coronar el monte.

Los ídolos son muchos: sexo, dinero, fama, poder. Se puede estar inocente de ellos, y no haber enturbiado el corazón con anhelos? No parece tan sencillo si se vive y sobrevive en el mundo de hoy.

Lo escuchamos y anhelamos, pero no lo obtenemos completamente. Seguimos cayendo.

Desde toda región, desde todo estrato, desde toda edad, van surgiendo los que se decantan por tal programa.

Los ídolos están a nuestro alcance, podemos interactuar con ellos, pero no debemos confiar. Cualquier realidad que se erige en nuestro absoluto y nos subyuga es el ídolo propio. El proceso de conversión implica despegarse continua y ascensionalmente.

La pureza del corazón no consiste en no tener ídolos, sino en no confiar en ellos. 

La producción de ídolos no parará en toda nuestra existencia, porque nuestro caminar constantemente anhela un absoluto y a veces claudica, por el rigor del camino.

Cualquiera que cumple con este perfil es un santo de Dios.

Los ídolos pueden revolcarnos, pero no derrotarnos, si contamos con la justicia del Señor.

Éste es el grupo que busca al Señor, / que viene a tu presencia

Siempre estamos en algún grupo: familiar, laboral, social. No necesariamente a cargo, pero en y con ellos: hombres y mujeres y niños que nos donaste conocer y amar, y que en algunos casos nos hemos equivocado al excluir con nuestras acciones y palabras. 

Y así pedimos que nos mires con amor, más allá de nuestra falta de responsabilidad.

Entrar en el misterio del Señor requiere poner aparte el propio aferramiento incluso a lo más apreciado: el propio criterio. Éste se puede constituir en un ídolo.

En el baluarte de la conciencia, a la escucha de la Palabra, la actitud más pura es la desconfianza de los ídolos y la confianza en el Señor.

Se dice pronto, pero se conjuga en la vida diaria con dolor, porque se trata de un itinerario de desapegos de las realidades, ideas y criaturas candidatas a ser idolizadas.

Ni siquiera el magisterio puede ser idolizado y pendemos sólo de la Palabra que escruta.

Si esa Palabra escudriña desde nuestra conciencia recta, verá señales para su caminar.

Porque nos salvamos en racimo.

va a entrar el Rey de la gloria

La revelación bíblica ha ido mostrando en las antiguas tradiciones israelitas al verdadero e inigualable líder: el Señor, rey de la Gloria. 

En su momento las visiones de este rey cumplían con el perfil de un guerrero imbatible. 

Eran sus necesidades de supervivencia: hacer la guerra y vencer los enemigos.

En tiempos de Jesús el perfil es de paz y no de guerra. No de paz romana, sino de justicia amorosa al pobre y al pecador. 

Una nueva dimensión de Reino y de reinar.

Los ritos y el tiempo. Los ritos proveen un significado al tiempo. Lo segmentan y aportan un sentido de etapa, que se presta para profundizar una verdad, misterio, realidad trascendente.

Como un niño frágil entra el rey de la gloria.

 -¿Quién es ese Rey de la gloria?

Jesús resignificó el combate, la lucha, la guerra. Nada de armas, ni destrucción, ni derramamiento de sangre. Solo paz y amor. 

Una gloria pacífica, pero no la paz de las drogas y la inconsciencia, ni la lujuria compartida haciéndose pasar por amor, como la distorsión de los movimientos alternativos a la cultura dominante de todas las épocas.

Los movimientos culturales arrancan con una chispa divina, pero en el camino un sub angelo lucis se cuela para degenerarlos.

Por eso en María y Jesús aprendemos un combate diferente, con armas de persuasión y vigilancia de fe.

El Señor, Dios de los ejércitos. / Él es el Rey de la gloria

Todo el sentido de aplastante victoria del Señor al estilo de un ejército victorioso se hará obsoleto y quedará sin vigencia ante la buena nueva del Reino que proclamará Jesús.