jueves, 25 de julio de 2024

SAN CARLO ACUTIS DE ASÍS

BEATO CARLO



 De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san Mateo
(Homilía 65, 2-4: PG 58, 619-622)


PARTICIPES DE LA PASIÓN DE CRISTO

Los hijos de Zebedeo apremian a Cristo, diciéndole: Haz que se siente uno a tu derecha y otro a tu izquierda. ¿Qué les responde el Señor? Para hacerles ver que lo que piden no tiene nada de espiritual y que, si hubieran sabido lo que pedían, nunca se hubieran atrevido a hacerlo, les dice: No sabéis lo que pedís, es decir: «No sabéis cuán grande, cuán admirable, cuán superior a los mismos coros celestiales es esto que pedís.» Luego añade: ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo que beber o recibir el bautismo con que yo he de ser bautizado? Es como si les dijera: «Vosotros me habláis de honores y de coronas, pero yo os hablo de luchas y fatigas. No es éste tiempo de premios, ni es ahora cuando se ha de manifestar mi gloria; la vida presente es tiempo de muertes, de guerra y de peligros.»

Pero fijémonos cómo la manera de interrogar del Señor equivale a una exhortación y a un aliciente. No dice: «¿Podéis soportar la muerte? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?», sino que sus palabras son: ¿Podéis beber el cáliz? Y, para animarlos a ello, añade: Que yo tengo que beber; de este modo, la consideración de que se trata del mismo cáliz que ha de beber el Señor había de estimularlos a una respuesta más generosa. Y a su pasión le da el nombre de «bautismo», para significar con ello que sus sufrimientos habían de ser causa de una gran purificación para todo el mundo. Ellos responden: Sí, podemos. El fervor de su espíritu les hace dar esta respuesta espontánea, sin saber bien lo que prometen, pero con la esperanza de que de este modo alcanzarán lo que desean.

¿Qué les dice entonces el Señor? En efecto, mi cáliz lo beberéis y recibiréis el bautismo que yo he de recibir. Grandes son los bienes que les anuncia, esto es: «Seréis dignos del martirio y sufriréis lo mismo que yo, vuestra vida acabará con una muerte violenta y así seréis partícipes de mi pasión. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mi otorgarlo; es para quienes lo ha reservado mi Padre.» Después que ha levantado sus ánimos y ha provocado su magnanimidad, después que los ha hecho capaces de superar el sufrimiento, entonces es cuando corrige su petición.

Los otros diez se disgustaron contra los dos hermanos. Ya veis cuán imperfectos eran todos, tanto aquellos que pretendían una precedencia sobre los otros diez, como también los otros diez que envidiaban a sus dos colegas. Pero -como ya dije en otro lugar- si nos fijamos en su conducta posterior, observamos que están ya libres de esta clase de aspiraciones. El mismo Juan, uno de los protagonistas de este episodio, cede siempre el primer lugar a Pedro, tanto en la predicación como en la realización de los milagros, como leemos en los Hechos de los apóstoles. En cuanto a Santiago, no vivió por mucho tiempo; ya desde el principio se dejó llevar de su gran vehemencia y, dejando a un lado toda aspiración humana, obtuvo bien pronto la gloria inefable del martirio.

miércoles, 24 de julio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 16 de tiempo ordinario

Jeremías 1, 1. 4-10



REFLEXIÓN

"Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles."

Fundamento teológico bíblico para respetar la vida humana desde la concepción.

Frente a esto la opinión de que el ser humano sólo se muestra como tal dentro del útero cuando adquiere una configuración humana, porque antes es sólo un amasijo de células.

Y todavía más, que la intervención contra el embrión, en quien ya se reconoce configuración humanoide si representa algún grado de riesgo para la madre.

No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte

Somos cobardes y cómodos en defender nuestra posición en puntos debatibles. 

Cuando por lo menos se puede hacer pensar en otros enfoques alternativos.

Mira: yo pongo mis palabras en tu boca

Esta calidad de fe nos falta cuando debemos exponer la buena nueva del reino.

No sólo en los ámbitos clericales sino sobretodo en los laicos.

Salmo responsorial: 70



REFLEXIÓN

A ti, Señor, me acojo: / no quede yo derrotado para siempre; / tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo

El debate por la verdad es como un juicio, que puede quedar en una mera victoria de palabras y agudezas, pero no en hacer pensar la posición alternativa contraria.

Mateo 13, 1-9



REFLEXIÓN

Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. 

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó de seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. 

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. 

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. 

El que tenga oídos que oiga

No debía sembrar con más cuidado, todo en tierra buena? El sembrador hace lo que puede.

Pero el redactor parece enfocarse sobretodo en la contingencia de lo sembrado, de lo que no se puede escapar a nadie: la responsabilidad de dar fruto. 

Procurar dar fruto como buena tierra, aunque no sea el cien por ciento, es una motivación para el crecimiento del reino.

A dar fruto!!!

El que tenga oídos que oiga

Conocemos del Reino por la realidad a nuestro alcance, vivida cotidianamente.Las faenas comunes nos iluminan los significados más trascendentes. 

La parábola del sembrador y las clases de semillas y tierras, nos ilustra sobre la diversidad de actitudes para el reino.

Diversidad en la acogida, diversidad en el compromiso y diversidad en el resultado. 

Estamos bastante lejos de una realidad única, unívoca, exclusiva. Sino más bien diversa, rica en matices y abierta a la libertad y generosidad humana.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1549715341995134977?s=20&t=uzAIszDzobNckD8xrx7WEg

motivaciondehoy


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Miércoles 16 de tiempo ordinario

Jeremías 1, 1. 4-10

Salmo responsorial: 70

Mateo 13, 1-9