miércoles, 31 de julio de 2024

SAN IGNACIO DE LOYOLA

SAN IGNACIO DE LOYOLA, presbítero. (MEMORIA)


Nació el año 1491 en Loyola, en las provincias vascongadas de España; su vida transcurrió primero entre la corte real y la milicia; luego se convirtió y estudió teología en París, donde se le juntaron los primeros compañeros con los que había de fundar más tarde, en Roma, la Compañía de Jesús. Ejerció un fecundo apostolado con sus escritos y con la formación de discípulos, que habían de trabajar intensamente por la reforma de la Iglesia. Murió en Roma el año 1556.

De los hechos de san Ignacio recibidos por Luis Goncalves de labios del mismo santo
(Cap. 1, 5-9: Acta Sanctorum Iulii 7 [1868], 647)



EXAMINAD SI LOS ESPÍRITUS PROVIENEN DE DIOS


Ignacio era muy aficionado a los llamados libros de caballerías, narraciones llenas de historias fabulosas e imaginarias. Cuando se sintió restablecido, pidió que le trajeran algunos de esos libros para entretenerse, pero no se halló en su casa ninguno; entonces le dieron para leer un libro llamado Vida de Cristo y otro que tenía por título Flos sanctorum, escritos en su lengua materna.

Con la frecuente lectura de estas obras, empezó a sentir algún interés por las cosas que en ellas se trataban. A intervalos volvía su pensamiento a lo que había leído en tiempos pasados y entretenía su imaginación con el recuerdo de las vanidades que habitualmente retenían su atención durante su vida anterior.

Pero entretanto iba actuando también la misericordia divina, inspirando en su ánimo otros pensamientos, además de los que suscitaba en su mente lo que acababa de leer. En efecto, al leer la vida de Jesucristo o de los santos, a veces se ponía a pensar y se preguntaba a sí mismo: «¿Y si yo hiciera lo mismo que san Francisco o que santo Domingo?» Y, así, su mente estaba siempre activa. Estos pensamientos duraban mucho tiempo, hasta que, distraído por cualquier motivo, volvía a pensar, también por largo tiempo, en las cosas vanas y mundanas. Esta sucesión de pensamientos duró bastante tiempo.

Pero había una diferencia; y es que, cuando pensaba en las cosas del mundo, ello le producía de momento un gran placer; pero cuando, hastiado, volvía a la realidad, se sentía triste y árido de espíritu; por el contrario, cuando pensaba en la posibilidad de imitar las austeridades de los santos, no sólo entonces experimentaba un intenso gozo, sino que además tales pensamientos lo dejaban lleno de alegría. De esta diferencia él no se daba cuenta ni le daba importancia, hasta que un día se le abrieron los ojos del alma y comenzó a admirarse de esta diferencia que experimentaba en sí mismo, que, mientras una clase de pensamientos lo dejaban triste, otros, en cambio, alegre. Y así fue como empezó a reflexionar seriamente en las cosas de Dios. Más tarde, cuando se dedicó a las prácticas espirituales, esta experiencia suya le ayudó mucho a comprender lo que sobre la discreción de espíritus enseñaría luego a los suyos.

OREMOS

Señor Dios, que suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio de Loyola para que extendiera más la gloria de tu nombre, concédenos que, a imitación suya y apoyados en su auxilio, libremos también en la tierra el noble combate de la fe, para que merezcamos ser coronados juntamente con él en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

martes, 30 de julio de 2024

PALABRA COMENTADA

PALABRA COMENTADA

 

Martes 17 de tiempo ordinario

Año Par

Jeremías 14, 17-22



REFLEXIÓN

Salgo al campo: muertos a espada; entro en la ciudad: desfallecidos de hambre; tanto el profeta como el sacerdote vagan sin sentido por el país

La desolación de la guerra, sobre todo para los inocentes, es eso: desolación. Experiencia amarga del fin del mundo.

Así es la guerra, cualquiera y en dondequiera. Llegar a ella-plaga apocalíptica- es la consecuencia final de nuestros egoísmos y nuestra iniquidad, construídos en un proceso que arranca de la pequeñez de las cosas y los gestos, pero crece como un anti-reino cuyas tinieblas opacan el reino.

Se espera la paz, y no hay bienestar, al tiempo de la cura sucede la turbación

La paz es una consolación, es don del Padre al que hay que disponerse en autocrítica. No es lo común en los discursos y actuaciones de los líderes de todo tipo.

Si ellos no saben de paz, cómo la van a procurar a otros?

Señor, reconocemos nuestra impiedad, la culpa de nuestros padres, porque pecamos contra ti

Hasta que no logremos una confesión de una calidad como la que nos sugiere la Palabra, la paz será un sol poniente y su luz un ocaso.

Salmo responsorial: 78



REFLEXIÓN

que tu compasión nos alcance pronto, / pues estamos agotados

líbranos y perdona nuestros pecados / a causa de tu nombre

Perdona sobretodo aquello que ni miramos en nosotros pues damos por descontado que es nuestro derecho.

Es preciso alcanzar del Señor la gracia de tener todo por gracia, por iniciativa amorosa de Él, quien comparte con nosotros la vida.

Tal perspectiva nos inspira una existencia en acción de gracias, venga lo que venga.

Mateo 13,36-43



REFLEXIÓN

Jesús dejó a la gente y se fue a casa

Jesús regresa a su hogar(oikos). Su refugio, su base. Allí donde se supone que puede restaurar sus fuerzas.

Los discípulos se le acercaron a decirle:

Pero no lo dejan quieto sino que le siguen para que sigan instruyendo, aclarando, compartiendo su sabiduría.

En estos pequeños detalles se capta el servicio entregado de Jesús a la Palabra del Padre. Hasta copar su privacidad.

la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo

El maligno es como el autor intelectual de un anti-designio, del sabotaje al designio, para lograr que el mismo no culmine. 

Hay una guerra, se dan batallas, entre las mediaciones que siembran cizaña y los seguidores del Reino.

arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados

Cada vez se enardece más la ira de los que protestan contra la corrupción rampante en todos los países. 

Es una oleada cuyo fragor hace temer un tsunami.

los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre

Benditos entonces quienes no se hacen oídos sordos, autoridades y no autoridades, y ponen de su parte para salirse de la gran corrupción.

La corrupción por sexo, por codicia y por soberbia. Cadenas que atan la libertad de hombres y mujeres, denunciadas por los ejercicios espirituales ignacianos como el terreno de la bandera enemiga, al que Jesús convoca a derrotar.

Sí, se trata de una batalla sin cuartel, hasta que se extinga la vida terrena y es mejor hacerse la idea que en esa dimensión no hay descanso permanente.

Para quienes toman en serio el proceso de justificación por la Palabra, al que podemos identificar como un proceso de discernimiento, imparable mientras se vive, estas palabras de reconocimiento en el reino del Padre son un estímulo y aliciente.

Porque el mundo no se cansa de descalificar una existencia entregada al proceso de justificación, como una inversión vana.

Los creyentes que perfeccionemos nuestro proceso de discernimiento tenemos un premio: brillar en el reino del Padre.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1551901170293153796?s=20&t=W-5N2Ba2Ar1DrQuT_o52ig

motivaciondehoy


COMPARTIR LA PALABRA

Martes 17 de tiempo ordinario

Año Par

Jeremías 14, 17-22

Salmo responsorial: 78

Mateo 13,36-43