BEATO CARLO
El Beato Carlo y los pobres que amó
Al igual que el santo, Carlo Acutis provenía de una familia
adinerada, pero pese a ello hizo una renuncia a los bienes y lo transformó en
una sensibilidad hacia los últimos
Su madre Antonia me dijo que era una lucha convencer a Carlo
para que se comprara ropa: no le interesaba el lujo ni las marcas. Al
contrario: regañaba a su madre cuando compraba cremas caras. Sus amigos de la
escuela se burlaban de él porque, aunque podía permitirse unas vacaciones
exóticas, decidía ir a Asís. En cuanto a la paga de sus padres, se la daba a
los pobres asistidos por los capuchinos de la Ópera San Francesco”, recuerda el
postulador.
Su renuncia al dinero y su tiempo para los pobres iban de la
mano. Nicola Gori señala que Carlo Acutis “a menudo convencía a su madre para
que lo acompañara a la estación central (de Milán). Una vez encontraron a dos
personas sin hogar en un banco. Al ver que uno estaba muy enfermo, Carlo obligó
a su madre a llevarlo al hospital. Una vez curado, fue alojado en un pequeño
apartamento familiar. A la luz de elementos como estos, el hecho de que hoy su
cuerpo descanse en el santuario del Despojo en Asís se vuelve muy
significativo”.
“en el funeral de Carlo había muchos porteros filipinos e
indios del elegante barrio en el que vivía. Los conocía porque a menudo hablaba
con ellos en la calle. No sólo eso: gracias a su ejemplo, la persona que
trabajaba en la casa de la familia Acutis, un hindú, eligió ser bautizado. Sin
embargo, Carlo no hizo propaganda alguna, sino que dio testimonio de vida”.
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