Lunes 5 de tiempo ordinario
Génesis 1,1-19
REFLEXIÓN
Al principio creó Dios el cielo y la tierra
Desde
una lectura interpersonal hay que añadir: para uds. Porque el destino de la
creación, con evolución o sin ella, es el ser humano como cuidador. Se nos da
una misión y responsabilidad, no una
herencia para que hagamos lo que caprichosamente queramos.
La tierra era un caos informe; sobre la faz
del abismo, la tiniebla.
Esta
informidad caótica, elemento de una cosmología antigua, nos advierte que sigue
estando próxima, como se advierte en la tendencia a la desorganización y ruina
que se da en diferentes partes del planeta, con y sin intervención humana.
Por eso
es una naturaleza creada pero en riesgo. La regresión al caos es un riesgo
sistémico. Y el ser humano alguien desafiado por el riesgo del caos a cada
paso.
Una
señal de los tiempos sobre el caos que puede sobrevenir es la fuerza emotiva,
hoy tan destacada y enfatizada, que igual que motiva a cosas sublimes, nos
lanza al desastre.
Parecen
términos semejantes a los de la ciencia sobre el inicio del universo o de la
tierra. Solo que desde el principio del texto se plantea una creación por parte
de un Ser Supremo.
Y separó Dios
El caos
se va domando por las sucesivas separaciones: luz, agua, tierra, especies del
mar, del suelo y del aire. Luces abajo y luces arriba en el cielo. Separación
pero no destrucción del contrario, de las tinieblas, del caos, el cual está
retenido solamente.
Y
asomará de tiempo en tiempo para dar a entender que el orden no es absoluto. El
cuidador ha de dormir siempre con un ojo abierto, en vigilancia.
De ahí
el constante asedio del caos por doquier, para tentar nuestra confianza en el
Creador y su obra.
Y vio Dios que era bueno
La
Palabra viene en nuestra ayuda para darnos confianza en la obra del Señor y
alabarlo por la seguridad que nos dona. Una seguridad en el orden que se afirma
históricamente, y nos revela que estamos en las manos de su designio de
salvación.
Salmo responsorial:
103
REFLEXIÓN
¡Dios mío, qué grande eres!
La
lectura teleológica del universo y la creación como don del Señor hacia
nosotros, es un don para nuestro razonar razonable y afectivo? Es un don para
la libertad en el reconocimiento del Creador? La alabanza por esta
magnificencia es un don del Señor que nos llama a la unión agradecida y
amorosa?
la luz te envuelve como un manto
Uno de
los elementos más nombrados en relación al ser y presencia del Señor.
Una luz
increada que buscamos anhelosamente desde todos los puntos, en todas las
culturas, las ciencias, los conocimientos y
sabidurías, y que la Palabra nos dona gratuitamente a los que vivimos de
fe en fe.
Cuántas son tus obras, Señor, / y todas las
hiciste con sabiduría;
Las
obras del Señor son buenas, se mantienen en un rumbo benefactor mientras no son
desquiciadas. El agente que pervierte es el humano, que sabe lo que hace y
piensa más en sí y los suyos que en los demás
Marcos 6, 53-56
REFLEXIÓN
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos,
terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret, y atracaron. Apenas
desembarcados, algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la
comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los
enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a
los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de
su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos
Es como
alentar la magia y el materialismo de la curación. Pero eso no está rechazado,
antes lo contrario, en el evangelio. Acercarse al Señor por necesidad no es
desdeñable. Quizás sí reducir la relación con él a eso solamente.
Se trata
de un relato que expresa un tipo, una generalidad para perfilar una actuación
de Jesús de Nazaret por un tiempo indeterminado y la acogida de la gente a su
sanación. Pasó haciéndolo bien.
Según
los entendidos un resumen o recapitulación en el relato evangélico es una
ficción técnica para cubrir un espacio de tiempo y espacio con las actividades
de Jesús y su repercusión.
Nos da
la imagen de un incesante predicador itinerante y curador cuya fama se va
ampliando en las aldeas.
Nos da a
entender la intensidad de la entrega a una tarea asumida para establecer un
reino, un dominio, una creación.
Está
Jesús enmendando la creación de Dios? Si advertimos que nunca el caos ha
desaparecido sino que amenaza y aparece aleatoriamente, sabremos que la misión
de Jesús no carece de necesidad y su pretensión se justifica.
Se busca
una nueva creación, un orden más acabado, una seguridad definitiva, una
colaboración humana más decidida en su responsabilidad de cuidar la creación.
Jesús
nos enseña y guía para reparar y recrear infatigablemente, sin dejarnos vencer
por el asomo de caos y tinieblas, con las arras del Espíritu de la nueva vida
inaugurada en su Resurrección.
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1358739344396324865?s=20
No hay comentarios:
Publicar un comentario