jueves, 3 de septiembre de 2020

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

San León Magno Sermón sobre las bienaventuranzas 95,1-2

Amadísimos hermanos: Al predicar nuestro Señor Jesucristo el Evangelio del reino, y al curar por toda Galilea enfermedades de toda especie, la fama de sus milagros se había extendido por toda Siria, y, de toda la Judea, inmensas multitudes acudían al médico celestial. Como a la flaqueza humana le cuesta creer lo que no ve y esperar lo que ignora, hacía falta que la divina sabiduría les concediera gracias corporales y realizara visibles milagros, para animarles y fortalecerles, a fin de que, al palpar su poder bienhechor, pudieran reconocer que su doctrina era salvadora. Queriendo, pues, el Señor convertir las curaciones externas en remedios internos y llegar, después de sanar los cuerpos, a la curación de las almas, apartándose de las turbas que lo rodeaban, y llevándose consigo a los apóstoles, buscó la soledad de un monte próximo. Quería enseñarles lo más sublime de su doctrina, y la mística cátedra y demás circunstancias que de propósito escogió daban a entender que era el mismo que en otro tiempo se dignó hablar a Moisés. Mostrando, entonces, más bien su terrible justicia; ahora, en cambio, su bondadosa clemencia. Y así se cumplía lo prometido, según las palabras de Jeremías: Mirad que llegan días –oráculo del Señor– en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. Después de aquellos días –oráculo del Señor– meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones. Así, pues, el mismo que habló a Moisés fue el que habló a los apóstoles, y era también la ágil mano del Verbo la que grababa en lo íntimo de los corazones de sus discípulos los decretos del nuevo Testamento; sin que hubiera como en otro tiempo densos nubarrones que lo ocultaran, ni terribles truenos y relámpagos que aterrorizaran al pueblo, impidiéndole acercarse a la montaña, sino una sencilla charla que llegaba tranquilamente a los oídos de los circunstantes.

COMENTARIO

Hay oposiciones, manifestadas en los escritos de comentadores patrísticos de los evangelios, que otros enfoques de escritores judaizantes o de otras ideologías no aceptan sino que incluso tachan de falta de entendimiento de la cultura y la lengua hebrea o del ateísmo filosófico. Así chocan con la oposición entre la imagen de la divinidad hebrea, como más cruel, y chocan con la resignación inoculada en los que padecen la pobreza, para esperar un reino que no es de este mundo, pero donde tendrán su desquite. Según estos enfoque adversarios las oposiciones que manifiesta el evangelio han contribuído a propagar la mala imagen de los judíos a lo largo de la historia y  reducir al silencio las protestas de los desheredados de la tierra por la enajenación de bienes más allá de la materia y la historia. Conviene leer la historia de los críticos de estas oposiciones y sus argumentos, para reformular y adecuar las propias observaciones que vamos estableciendo de los evangelios, a la luz de los conocimientos actuales de historia, cultura, sociología, pensamiento y otros para permitir más un díálogo inter-religioso y cultural, que oposiciones.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles 22 de tiempo ordinario

1Corintios 3, 1-9

1Así que yo, hermanos, no pude hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2Les di a beber leche, no alimento sólido, porque todavía no podían recibirlo . En verdad, ni aun ahora pueden, 3porque todavía son carnales. Pues habiendo celos y discusiones entre ustedes, ¿no son carnales y andan como hombres del mundo ? 4Porque cuando uno dice: "Yo soy de Pablo," y otro: "Yo soy de Apolos," ¿no son como hombres del mundo ?
5
¿Qué es, pues, Apolos? ¿Y qué es Pablo? Servidores mediante los cuales ustedes han creído, según el Señor dio oportunidad a cada uno. 6Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. 7Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento. 8Ahora bien, el que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia recompensa (su propio salario) conforme a su propio trabajo. 9Porque nosotros somos colaboradores en la labor de Dios, y ustedes son el campo de cultivo de Dios, el edificio de Dios.

COMENTARIO

seguís los instintos carnales

Estamos hoy más carnales, más mundanos? Hay una dificultad globalizada para juzgar en el espíritu? La tecnología y las comunicaciones, así como el bienestar adormecedor, nos han hecho menos sensibles a su dimensión?

Mientras haya entre vosotros envidias Y contiendas, es que os guían los bajos insrintos y que procedéis como gente cualquiera

Sí hay un elitismo del espíritu: el grupo de los creyentes que se conducen con una calidad de vida fraternal. No es una selectividad de carne y sangre.

Que se dan a todo nivel. Incluso entre los que luchan contra la injusticia.

Agentes de Dios que os llevaron a la fe,

El esfuerzo por la unidad y fraternidad con hermanos de otras religiones y creencias, sería incompleto sin el esfuerzo por la unión de las tendencias dentro de la Iglesia Católica.

Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; por tanto, el que planta no significa nada ni el que riega tampoco; cuenta el que hace crecer, o sea, Dios

Nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros campo de Dios, edificio de Dios.

Lo importante es que se cumpla la misión.

 No hay espacio para protagonismos ni celotipias en la construcción del reino.

La perspectiva que somos colaboradores es un anticuerpo contra la infección de los primeros lugares y la envidia, y también es un antídoto cuando ya hemos sido contaminados y precisamos curarnos.

Las iniciativas pastorales no asumen con seriedad este espíritu colaborativo, que previene las disensiones e impedimentos que más bien se ponen entre sí.

Porque los del carisma social miran por encima del hombro y presunción a los litúrgicos o los catequizadores y así mutuamente.

Miembros y participantes de comunidades religiosas se integran poco al conjunto de los hermanos de otros grupos.

si bien cada uno recibirá el salario según lo que haya trabajado

Más bien esperarlo de sus manos generosas. Ni presionarlo ni arrebatarlo.

Nosotros somos colaboradores de Dios

Donde servimos y hemos de servir somos eso: colaboradores.

Asumirlo es costoso, pero pacificador.

Salmo responsorial: 32

COMENTARIO

el pueblo que él se escogió como heredad

Que pueblo de Dios es el convocado más allá de etnias, lenguas y fronteras es una enseñanza de la Palabra.

Un pueblo de Dios en proceso de transformación de su cultura de división y competitividad hacia la unión fraterna y colaboradora.

él modeló cada corazón, / y comprende todas sus acciones

Por la intercomunión que tenemos en el Espíritu, también nosotros debiéramos comprender algo de su propio corazón y sus acciones, para así acoger gozosamente su designio.

Decir designio más que voluntad, es entender un sentido de flexibilidad y amplitud, que consulta la orientación de los participantes y lo adapta a sus necesidades.

Este sentido es más propicio para incitar la colaboración que una obediencia ciega o mecánica.

Lucas 4, 38-44

38Levantándose, Jesús salió de la sinagoga y entró en casa de Simón (Pedro). La suegra de Simón se hallaba sufriendo con una fiebre muy alta, y Le rogaron por ella. 39Inclinándose sobre ella, Jesús reprendió la fiebre y la fiebre la dejó; al instante ella se levantó y les servía.
40
Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades se los llevaban a El; y poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. 41También de muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!" Pero, reprendiéndolos, no les permitía hablar, porque sabían que El era el Cristo (el Mesías).
42
Cuando se hizo de día, Jesús salió y se fue a un lugar solitario. Las multitudes Lo buscaban, y llegaron adonde El estaba y procuraban detener a Jesús para que no se separara de ellos. 43Pero El les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar las buenas nuevas (el evangelio) del reino de Dios, porque para esto Yo he sido enviado."
44
Y predicaba en las sinagogas de los Judíos (de Judea y Galilea).



COMENTARIO

pidieron que hiciera algo por ella. El, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó

Hoy no la increparía sino que la atacaría con antibióticos, según nuestra ciencia.

Es que su mentalidad era menos evolucionada que la nuestra y efectivamente como hombre de su tiempo y ciencia, dianosticaría con menos precisión la causa de la enfermedad?

O más bien, con mayor agudez iría a la causa más profunda, al maligno y opositor al reino de Dios, que aporta salud y bienestar?

Los sinópticos empiezan la actuación curandera de Jesús de Nazareth, con la sanación de una fiebre, de un estado febril.

Tal febrilidad bien podría ser la condición del género y cultura humanas en cualquier tiempo y lugar de la historia, hasta nuestros días, como un síntoma del malestar que nos embarga, y cómo en pos de curación apelamos a toda suerte de remedios, hasta los más estrambóticos…pero la fiebre no se va.

La fiebre como criatura que obedece a su creador, se retiró.

Es la visión de una realidad en la que se reconoce un autor por encima de todo, quien puede si quiere, cambiar el curso para bien.

Recuperada la salud, hay ánimo de servir de nuevo en la suegra de Pedro.

Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera, se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando

Jesús de Nazareth como prototipo de hombre nuevo del reino, se conduce con un estilo entregado al servicio, atento al clamor del necesitado que se le acerca, que se le aproxima.

Producía la evolución sanadora del espíritu que repercutía en el cuerpo.

Nosotros gestionamos una estrategia desde afuera sobre el cuerpo, que prescinde de la sanación de lo profundo.

Incluso cuando se busca sanar mediante terapias lo profundo del inconsciente.

Nuestra mentalidad moderna orientada a la tecnología y nuestro sentido de autonomía no dejan mucho espacio para una visión que reconoce a Jesús como sanador.

Quizás sí las culturas primitivas que presuntuosamente llamamos medicina alternativa.

De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: "Tú eres el Hijo de Dios

Como muestra de la sanación que llegaba como reino del Espíritu para el espíritu.

Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías

Porque su versión mesiánica interfería con la verdadera misión y designio del Padre.

Estaba desencadenando una resistencia que le iba a llevar a la muerte.

Y había que retrasarla para dejar el terreno preparado para el crecimiento consolidado del reino.

Mas bien sabían que El era “como un mesías”. Estaba por verse que tal mesías era.

En Jesús podría ser una estrategia pastoral, por su seguridad, más que una velación de su sello divino.

En el evangelista podría ser un recurso catequético y didáctico para ir desvelando la naturaleza inédita del mesianismo de Jesús, que pasaba por su cruz: muerte y resurrección.

Su mesianismo es de abajo hacia arriba: su importancia surge de la colaboración que practica con los humildes para que asciendan.

Todo trabajo, tarea, actividad o misión emprendida para que la persona ascienda a su mayor dignidad es un seguimiento del mesianismo al estilo de Jesús, sobretodo si se trata de personas que están por perder la esperanza.

Al hacerse de día, salió a un lugar solitario

Jesús buscaba recuperar el sentido del designio para no dejarse tentar.

Orando mantenía la sintonía y la alerta contra cualquier interferencia por sutil que pareciese.

Jesús practicaba el discernimiento como fe activa en oración. Discernimiento permanente como oración.

La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.

Como esta tentación presentada por necesitados para que se quedara.

Ya había sido bien recibido. Se le reconocía y debió sentirse gratificado.

Pero su alerta lo impulsaba a mantenerse fiel en su colaboración con el designio.

"También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado."

En Lucas este “desideratum” y este “dei” adquiere una apertura que se hará buena en el correr de la historia.

El anuncio es para los otros pueblos. No es violencia de conquista, ni imposición, ni coerción, ni venta. Es fuerza por sí mismo.

Y no necesariamente para encarnarse en una idéntica estructura eclesiástica para todos.

predicaba en las sinagogas de Judea.

No parece que Jesús ponga rancho aparte o propia carpa.Se mantiene en el judaísmo común, acude a la sinagoga y desde allí propone su reforma y restauración. O habrá que decir: revolución?

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1301120901988134912?s=20