lunes, 7 de junio de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Lunes 10 de tiempo ordinario

Año Impar

2Corintios 1,1-7





REFLEXIÓN

Él nos alienta(parakaleo:convocar) en nuestras luchas(flipsei:tribulaciones) hasta el punto de poder(dunaszai:empoderar) nosotros alentar a los demás en cualquier lucha, repartiendo con ellos el ánimo que nosotros recibimos de Dios

Un indicio de la vida del Espíritu del Señor en nosotros es la capacidad de recuperarnos y superarnos en nuestra agonía de la existencia, en nuestra tensión por el reino.

Pero aún más, en la capacidad que desarrollamos y mostramos de convocar a otros para que también lo hagan.

Es la esencia de la vida apostólica, del ágape fraterno.

Nos dais firmes motivos de esperanza, pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo

Como familia de Dios por y con su Espíritu nos vamos cohesionando, mutuamente animándonos a perseverar en el peregrinaje del reino.

Mutuamente nos nutrimos para sacar fuerzas de nuestra debilidad.

Salmo responsorial: 33





REFLEXIÓN

 

que los humildes lo escuchen y se alegren

La convocatoria es para ellos, para que los humildes perseveren como familia de Dios.

Los pobres en un sentido histórico-salvífico son quienes muestran tal capacidad de desprendimiento que esperan del Señor su salvación, y proceden a compartir esa esperanza con los demás.

Porque el pan que se comparte con el hambriento, el vestido con el desnudo, el tiempo con el enfermo y encarcelado, y toda obra buena llevan el profundo significado de potenciar para la esperanza.

A su vez el favorecido por la obra buena, clava el significado del sentido del Espíritu de Dios en la propia vida, llevando a relativizar todo lo que no sea Él.

Mateo 5,1-12



REFLEXIÓN

al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles

Los ojos del evangelistas comunican su visión aceptable a sus lectores de comunidades judeocristianas, formados en la cultura de la ley mosaica.

Jesús asume el aura de un nuevo Moisés, cuya autoridad es imprescindible para moldear la antigua Ley en nuevos moldes, con Espíritu nuevo.

No nos imaginamos esos auditorios, tan radicales como hoy en ciertas convicciones religiosas, aceptando este cambio si no hubiera un fundamento en la realidad de las cosas.

"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros."

No deberíamos seguir reduciendo el sentido del pobre a las condiciones materiales socio-económicas.

Pero tampoco deberíamos atenuar la fuerza que tienen las condiciones materiales de la pobreza para llamarnos a la conversión por el reino.

La nueva legislación de Jesús, nuevo Moisés, se enfoca en los pobres, sufridos, los que se activan por la justicia íntegra, pero también misericordiosos, los transparentes desde el corazón, los que se esfuerzan por pacificar, los acosados y perseguidos por el prejuicio, la suspicacia, por el miedo a perder el poder y la riquezas acumulados.

Todos ellos son pobres de espíritu. Pobres de Dios. Pobres con autenticidad, en verdad.

Y de pobres como éstos es el reino, hacen el reino de los cielos.

Quien tome esta pobreza como transitoria, para salirse de ella en cuanto pueda, no es para el reino de los cielos.

Este reino esta constituido por verdaderos pobres siempre.

Quizás así podamos penetrar en el sentido del dicho del Señor, que nos suena enigmático, que afirma que a los pobres siempre los tendremos con nosotros.

Es que las felicidades del reino tienen un sentido global, que abarca desde el pobre no asido al bien material, con codiciosa posesión, hasta el activo testigo que da fe de la justicia en la persecución, pasando por el pacificador misericordioso que rehúye violentar conciencias.

Luego también el favor del Señor se prodiga para quienes padecen persecución, como Elías, por buscar la justicia de Dios.

Muchos perseguidos por el brazo político de regímenes intolerantes, hacen gala de entereza, estoicismo, sacrificio incluso de su vida personal, y así dan testimonio de la actuación del Espíritu del Señor a favor de la causa de los pobres y vulnerables. No obstante la vida regalada de algunos, llegada la hora, se apasionan por un valor que los lleva a dejarlo todo, para arriesgar su seguridad por un mensaje mesiánico que ayude a muchos.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1401870983464730629?s=20

BEATO CARLO

 BEATO CARLO




31(30)

ven aprisa a librarme

Que el dominio eterno se nos haga

asimilable por la prontitud de la

respuesta de salvación del Señor.

tú que eres mi roca y mi baluarte

Si este fuera el eco de la meditación

del rey David, quien como guerrero

buscaba dónde ponerse a salvo de sus

perseguidores, se podría entender la

roca como el lugar de refugio que lo

protegería.

El genio religioso de este pueblo les

permite encontrar realidades concretas y

operativas como señales de la presencia

activa y dinámica del Señor en sus

circunstancias vividas y en los escenarios

geográficos concretos.

En esto también la palabra es nuestra

maestra, para que aprendamos a leer y

descifrar su presencia en las realidades

de nuestra existencia, que actúan como

señales de su intervención constante.

Sácame de la red que me han tendido, / porque

tú eres mi amparo. / A tus manos encomiendo mi

espíritu: / tú, el Dios leal, me librarás

Es Jesús quien ora en la cruz porque

sigue esperando. Plegarias como ésta tienen sentido en

el corazón de Jesús, cuando temía en

vísperas de la crucifixión.

Eran oraciones para encontrar

fortaleza y esperanza. Confiar con todas

las fuerzas y dejar en manos de su Padre

su suerte. La liberación puede ser en el

ofrecimiento de una cautividad presente

y activa.

Jesús en su última hora no desistía de

abandonarse en su Padre, como clave

definitiva de todo el horror que vivía.

Aprendemos con Jesús que en todo y

sobre todo, en su Padre podemos

confiar.

Pero yo confío en ti, Señor,

La resistencia de Jesús, en la prueba de

chivo expiatorio, estuvo en su apoyo en

el Padre y la confianza en su designio.

Soy la burla de todos mis enemigos, / la irrisión

de mis vecinos, / el espanto de mis conocidos; / me

ven por la calle, y escapan de mí. / Me han olvidado

como a un muerto, / me han desechado como a un

cacharro inútil.

Esta es la cautividad en la que existe la

esperanza de ser librado.

Qué bondad tan grande, Señor, / reservas para

tus fieles, / y concedes a los que a ti se acogen / a la

vista de todos

Este testimonio del Padre sobre su hijo

debió ser conocido, para ser creído

libremente, sino no hubiera podido darse

la corriente de agua viva, que salta hasta

la vida definitiva.

En el asilo de tu presencia los escondes / de las

conjuras humanas

Efectivamente, en la presencia por fe

del Señor hallamos, la reciedumbre y la

inmunidad, frente a las acechanzas que

buscan perjudicarnos, en la lucha por la

vida.

Y si son nuestra responsabilidad, nos

llevan a una mayor conciencia de ella,

para no llegar a proyectar nuestras

culpas a otros.

Los perdedores para el mundo

requieren de una energía que los afirme

y estabilice para soportar la conjura de

los ganadores.

Y así el acompañamiento fraterno

consistirá en promover esa energía que

no se compra ni se vende, sino que el

Señor dona.

Entonces los vulnerables podrán hacer

frente a la conjura y caminar con la

cabeza alta y la mirada enfocada en la

consumación. Los perdedores para el mundo

requieren de una energía que los afirme

y estabilice para soportar la conjura de

los ganadores.

Sed fuertes y valientes de corazón, / los que

esperáis en el Señor

Es la fortaleza que sentimos cuando

pedimos en oración, creyendo que

nuestra salvación tarda, por nuestro

modo de vivir el tiempo, y nos abrimos al

paso del Señor que tiene su propio

tiempo.

La espiritualidad que acompañó la

conquista y colonización de América,

propia del siglo de oro español, hizo un

fuerte énfasis en el sufrimiento y la

resignación.

Nos acostumbramos a mirar y ser

víctimas impotentes, que utilizaban la

paciencia para sobrevivir, y hacer de la

obligación virtud.

Es una distorsión del sufrimiento, que

siempre existirá por nuestra limitada y

contingente condición humana.

Jesús vive el sufrimiento como

resistencia, que es su misión a cumplir.

Es el gesto de quien no transige con el

pecado, la mala voluntad, la injusticia.

Es el salario del justo, no del corrupto.Sufre quien no hace las paces con la

iniquidad y se rehúsa a formar parte de

ella.

No es un ejercicio de aguante, sino de

confianza en el Señor, fuerza nuestra.

Amad al Señor, fieles suyos; / el Señor guarda a

sus leales, / y a los soberbios les paga con creces

Lo que importa es que nos guarda, y lo

secundario cómo pagan los soberbios

que conspiran. Eso queda en las manos

del Señor.

Así nos alejamos de la sed de

venganza y la ansiedad del resentimiento

se evapora