viernes, 2 de junio de 2023

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 8 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Eclesiástico 44,1.9-13



REFLEXIÓN

Una sabiduría del Señor es preventiva. Nos enseña el camino a seguir y según el cual nos irá bien.

Sin embargo, nadie en el mundo desde el principio vive en una sabiduría preventiva, sino como aprendizaje de haber vivido en una falta de sabiduría, en el error, en la desviación, en el pecado.

Así todos aprendemos de la nueva oportunidad que nos da la misericordia del Señor, que es otra sabiduría: la del perdón, la de la conversión del corazón.

Y entonces se hará un camino que no siempre será un lecho de rosas sin espinas.

Jesús es la otra sabiduría de Dios, que muestra el perdón a través del que expía las desviaciones de otros, porque él mismo ha sido sabio y prudente.

El sufrimiento del justo rasga el misterio de las entrañas misericordiosas en extremo del Señor que involucra a su justo sufriente como prueba de amor del Padre por sus hijos descarriados.

Hagamos el elogio de los hombres de bien

Como se da una corriente contaminada de perjuicios y daños por nuestras iniquidades, también una de bienes y bendiciones originada en nuestra buenas acciones.

Salmo responsorial: 149



REFLEXIÓN

el Señor ama a su pueblo

adorna con la victoria a los humildes

Si la derogación de una ley de minería o la construcción de una hidroeléctrica se pueden considerar victoria de los humildes y socialmente invisibles  indígenas, deja abierta otras interrogantes, como la del uso de las vías de hecho, con el consiguiente daño a terceros, para obtener ciertos fines.

O se puede decir, más bien, que se muestra la superioridad de la vía del diálogo?

O que la vía de hecho abre la vía al diálogo?

O que la vía de hecho es el recurso propio de legítima defensa ,de las víctimas que no son escuchadas?

Marcos 11,11-26



REFLEXIÓN

no era tiempo de higos

para ver si encontraba algo

para ver si encontraba algo;

A sabiendas que no es el tiempo Jesús busca higos en el árbol.

Nunca jamás como nadie de ti

Un dicho a contrapelo de nuestra lógica, como otros atribuídos a Jesús.

La analogía con los actos proféticos de los profetas de Dios haría pensar en que se trata de un símbolo, un llamado o mensaje a sus discípulos, para que se abra un sentido nuevo en medio de su escándalo por esta maldición tan ocurrente.

Es un dicho que recuerda al discurso de parábolas que son dichas para que ni oigan ni entiendan.

Puede tratarse de una profecía ex eventu: una vez que se conoce el rechazo de los judíos a Jesús y su reconocimiento como Mesías, caen en cuenta que estaba escrito: como una higuera en su verdor, Jerusalén será maldita para no dejar frutos.

"¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblo"? Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos."

No obstante su esplendor, el Templo se ha pervertido en su finalidad original, como tantas cosas desvíadas del propósito inicial del Señor.

El templo como la higuera no dará frutos ni cuando le toque.

Hasta este punto la enigmática e incluso injustificable búsqueda de fruto en la higuera fuera de estación, opera como un acto profético anticipatorio para la enseñanza de la fe, que todo lo obtiene si está convencida de lo que pide.

 

Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado

Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: "Quítate de ahí y tírate al mar

no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá

Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis

En mi oración con fe debo pensar que se ha concedido el bien integral de aquellos por quienes ruego.

Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas.

La reiteración de una de las peticiones programáticas del Padrenuestro recuerda la correlación de la fe orante y la fraternidad.

La fe y oración individuales, para su eficacia espiritual aunque no mágica, no pueden desconectarse de la convivencia fraterna, que se construye, entre otras cosas, con el perdón mutuo.

La fe se necesita para secar la higuera en su lozanía. Para arrojar los corruptos del Templo.

La fe puede revertir todo esto y regenerar todo por la oración si perdona como el Padre perdona.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1664751821359833088?s=20

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Eclesiástico 44,1.9-13

La sabiduría de la misericordia, para otorgarla por el perdón, para implorarla con la humildad, recrea la alineación apropiada con el dominio del Padre Nuestro de los Cielos. Nuestra lógica terrestre mortífera, genocida, de lesa humanidad, de insulto maldiciente, que apuntala poder en toda clase de tamaños produce división y guerra. Actos de suicidios colectivos, encequecidos por la soberbia que implica no recapacitar, ni retractarse.

Salmo responsorial: 149

La victoria de la protesta de los humildes es un desafío a nuestra lógica del deber ser. Abona el cambio de actitud que tiende al perdón y la misericordia, como nuestro Padre del Cielo, y Jesús nuestro caminar.

Marcos 11,11-26

El que Jesús maldiga a la pobre higuera, inocente porque no le tocaba dar fruto, desafía nuestra lógica del deber ser. La naturaleza como orden, también está desequilibrada a causa de muchas decisiones nuestras, mal tomadas. Como administradores abusivos que se apropian de lo ajeno y común. Somos malos socios en esta colaboración con Jesús y el Reino, pues nos alzamos con el santo y la limosna, con lo que no nos pertenece,  y dejamos a los otros viendo al vacío. Nuestro juega vivo desde chiquitos, acarrea higueras impotentes que fructifican poco, mal y a destiempo. Pero podemos enderezar esto con la fe y la oración de fe, que nos cambia para cambiar, y revertir el daño causado. Nos prepara para la lógica del perdón y la misericordia.

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Gregorio Magno Tratados morales sobre Job 10,47-48

 El que es el hazmerreír de su vecino, como lo soy yo, llamará a Dios, y éste lo escuchará. Muchas veces nuestra débil alma, cuando recibe por sus buenas acciones el halago de los aplausos humanos, se desvía hacia los goces exteriores, posponiendo las apetencias espirituales, y se complace, con un abandono total, en las alabanzas que le llegan de fuera, encontrando así mayor placer en ser llamada dichosa que en serlo realmente. Y así, embelesada por las alabanzas que escucha, abandona lo que había comenzado. Y aquello que había de serle un motivo de alabanza en Dios se le convierte en causa de separación de él. Otras veces, por el contrario, la voluntad se mantiene firme en el bien obrar, y, sin embargo, sufre el ataque de las burlas de los hombres; hace cosas admirables, y recibe a cambio desprecios; de este modo, pudiendo salir fuera de sí misma por las alabanzas, al ser rechazada por la afrenta, vuelve a su interior, y allí se afinca más sólidamente en Dios, al no encontrar descanso fuera. Entonces pone toda su esperanza en el Creador y, frente al ataque de las burlas, implora solamente la ayuda del testigo interior; así, el alma afligida, rechazada por el favor de los hombres, se acerca más a Dios; se refugia totalmente en la oración, y las dificultades que halla en lo exterior hacen que se dedique con más pureza a penetrar las cosas del espíritu. Con razón, pues, se afirma aquí: El que es el hazmerreír de su vecino, como lo soy yo, llamará a Dios, y éste lo escuchará, porque los malvados, al reprobar a los buenos, demuestran con ello cuál es el testigo que buscan de sus actos. En cambio, el alma del hombre recto, al buscar en la oración el remedio a sus heridas, se hace tanto más acreedora a ser escuchada por Dios cuanto más rechazada se ve de la aprobación de los hombres.

REFLEXIÓN

En algún momento de nuestro caminar de fe y actuar ético se nos hará la prueba sobre la clase de sabiduría que nos inspira. La de los hombres o la de la fe en Jesús de Nazareth, pavimentada por los  testigos que nos anteceden. Una que prodiga alabanzas a los que piensan igual, otra que se afinca en lo que se cree por fe, a pesar de cualquier persecución o burla.