VIERNES 8 DE TIEMPO
ORDINARIO
Año Impar
Eclesiástico 44,1.9-13
REFLEXIÓN
Una sabiduría del Señor es
preventiva. Nos enseña el camino a seguir y según el cual nos irá bien.
Sin embargo, nadie en el mundo
desde el principio vive en una sabiduría preventiva, sino como aprendizaje de
haber vivido en una falta de sabiduría, en el error, en la desviación, en el
pecado.
Así todos aprendemos de la nueva
oportunidad que nos da la misericordia del Señor, que es otra sabiduría: la del
perdón, la de la conversión del corazón.
Y entonces se hará un camino que
no siempre será un lecho de rosas sin espinas.
Jesús es la otra sabiduría de
Dios, que muestra el perdón a través del que expía las desviaciones de otros,
porque él mismo ha sido sabio y prudente.
El sufrimiento del justo rasga
el misterio de las entrañas misericordiosas en extremo del Señor que involucra
a su justo sufriente como prueba de amor del Padre por sus hijos descarriados.
Hagamos el elogio de los hombres de bien
Como
se da una corriente contaminada de perjuicios y daños por nuestras iniquidades,
también una de bienes y bendiciones originada en nuestra buenas acciones.
Salmo responsorial: 149
REFLEXIÓN
el Señor ama a su pueblo
adorna con la victoria a los humildes
Si
la derogación de una ley de minería o la construcción de una hidroeléctrica se
pueden considerar victoria de los humildes y socialmente invisibles indígenas, deja abierta otras interrogantes,
como la del uso de las vías de hecho, con el consiguiente daño a terceros, para
obtener ciertos fines.
O
se puede decir, más bien, que se muestra la superioridad de la vía del diálogo?
O
que la vía de hecho abre la vía al diálogo?
O
que la vía de hecho es el recurso propio de legítima defensa ,de las víctimas
que no son escuchadas?
Marcos 11,11-26
REFLEXIÓN
no era tiempo de higos
para ver si encontraba algo
para ver si encontraba algo;
A
sabiendas que no es el tiempo Jesús busca higos en el árbol.
Nunca jamás como nadie de ti
Un
dicho a contrapelo de nuestra lógica, como otros atribuídos a Jesús.
La
analogía con los actos proféticos de los profetas de Dios haría pensar en que
se trata de un símbolo, un llamado o mensaje a sus discípulos, para que se abra
un sentido nuevo en medio de su escándalo por esta maldición tan ocurrente.
Es
un dicho que recuerda al discurso de parábolas que son dichas para que ni oigan
ni entiendan.
Puede
tratarse de una profecía ex eventu: una vez que se conoce el rechazo de los
judíos a Jesús y su reconocimiento como Mesías, caen en cuenta que estaba
escrito: como una higuera en su verdor, Jerusalén será maldita para no dejar
frutos.
"¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de
oración para todos los pueblo"? Vosotros, en cambio, la habéis convertido
en cueva de bandidos."
No
obstante su esplendor, el Templo se ha pervertido en su finalidad original,
como tantas cosas desvíadas del propósito inicial del Señor.
El
templo como la higuera no dará frutos ni cuando le toque.
Hasta
este punto la enigmática e incluso injustificable búsqueda de fruto en la
higuera fuera de estación, opera como un acto profético anticipatorio para la
enseñanza de la fe, que todo lo obtiene si está convencida de lo que pide.
Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado
Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte:
"Quítate de ahí y tírate al mar
no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo
obtendrá
Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han
concedido, y la obtendréis
En
mi oración con fe debo pensar que se ha concedido el bien integral de aquellos
por quienes ruego.
Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra
otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas.
La
reiteración de una de las peticiones programáticas del Padrenuestro recuerda la
correlación de la fe orante y la fraternidad.
La
fe y oración individuales, para su eficacia espiritual aunque no mágica, no
pueden desconectarse de la convivencia fraterna, que se construye, entre otras
cosas, con el perdón mutuo.
La
fe se necesita para secar la higuera en su lozanía. Para arrojar los corruptos
del Templo.
La
fe puede revertir todo esto y regenerar todo por la oración si perdona como el
Padre perdona.
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Eclesiástico 44,1.9-13
La sabiduría
de la misericordia, para otorgarla por el perdón, para implorarla con la
humildad, recrea la alineación apropiada con el dominio del Padre Nuestro de
los Cielos. Nuestra lógica terrestre mortífera, genocida, de lesa humanidad, de
insulto maldiciente, que apuntala poder en toda clase de tamaños produce
división y guerra. Actos de suicidios colectivos, encequecidos por la soberbia
que implica no recapacitar, ni retractarse.
Salmo responsorial: 149
La victoria
de la protesta de los humildes es un desafío a nuestra lógica del deber ser.
Abona el cambio de actitud que tiende al perdón y la misericordia, como nuestro
Padre del Cielo, y Jesús nuestro caminar.
Marcos 11,11-26
El que Jesús
maldiga a la pobre higuera, inocente porque no le tocaba dar fruto, desafía
nuestra lógica del deber ser. La naturaleza como orden, también está
desequilibrada a causa de muchas decisiones nuestras, mal tomadas. Como
administradores abusivos que se apropian de lo ajeno y común. Somos malos
socios en esta colaboración con Jesús y el Reino, pues nos alzamos con el santo
y la limosna, con lo que no nos pertenece,
y dejamos a los otros viendo al vacío. Nuestro juega vivo desde
chiquitos, acarrea higueras impotentes que fructifican poco, mal y a destiempo.
Pero podemos enderezar esto con la fe y la oración de fe, que nos cambia para
cambiar, y revertir el daño causado. Nos prepara para la lógica del perdón y la
misericordia.