Miércoles 31 de tiempo ordinario
Filipenses 2, 12-18
12Así que, amados míos, tal como
siempre han obedecido, no sólo en mi presencia, sino ahora mucho más en mi
ausencia, ocúpense en su salvación con temor y temblor. 13Porque Dios es quien obra en
ustedes tanto el querer como el hacer, para Su buena intención.
14Hagan todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones, 15para que sean irreprensibles y
sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y
perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo, 16sosteniendo firmemente la
palabra de vida, a fin de que yo tenga motivo para gloriarme en el día de
Cristo, ya que no habré corrido en vano ni habré trabajado en vano. 17Pero aunque yo sea derramado
como libación (ofrenda líquida) sobre el sacrificio y servicio de su fe, me
regocijo y comparto mi gozo con todos ustedes. 18Y también ustedes, les ruego,
regocíjense de la misma manera, y compartan su gozo conmigo.
COMENTARIIO
seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios
quien activa en vosotros el querer y la
actividad para realizar su designio de amor.
Podemos
parafrasear este mensaje en esta otra forma:
Porque es
Dios quien activa en nosotros el querer y la actividad para realizar su
designio de amor, seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor.
Y cuál
sería la diferencia? El énfasis práctico se pondría en lo que está de último:
actuar con temor y temblor.
De parte
de la Palabra la revelación nos confirma que el Señor activó, que ya tomó la
iniciativa de llamarnos y hacernos capaces, que su Espíritu está con nosotros.
Pero si
nos conocemos y tenemos alguna experiencia de nosotros mismos, deberemos tener
conciencia de nuestra debilidad para secundar ese llamamiento y esa gracia.
De ahí
el temor y temblor. No en cuanto al Señor, sino en cuanto a nosotros, porque
nuestra libertad herida nos puede fallar.
Es un
mensaje tradicional cristiano que arranca desde el evangelio: orad y velad para
no caer en tentación, porque el espíritu está pronto pero la carne es débil.
El
espíritu es activado por la Palabra pero nuestra debilidad puede interferir con
esa activación y abortarla. Por eso hay que trabajar con temor y temblor, sin
fiarnos completamente de nosotros mismos.
La
ciencia sicológica nos ha confirmado cuán sutil es nuestro autengaño diario y
conocernos es una conquista que se debe ir haciendo con discernimiento y
sabiduría humana y espiritual.
Se trata
de entablar una colaboración que se desarrolla en el tiempo justo para que se
den los efectos salvíficos oportunos.
Tal
colaboración no está automáticamente armonizada sino que se desarrolla
históricamente, en el tiempo de las contingencias.
sea sin protestas ni discusiones
Que
diría hoy el evangelizador Pablo a la reacción que parece más y más común: la
protesta. La protesta es moda.
en medio de una gente torcida y depravada,
entre la cual brilláis como lumbreras del mundo, mostrando una razón para vivir
Como en
todas las épocas de la historia los hombres y mujeres han ido encontrando metas
sociales y personales que les dan una razón para vivir.
Y
también muchos quedan en las cunetas del camino de la vida cuando esas razones
se desinflan por diferentes circunstancias.
Pero si
vivimos con temor y temblor, vigilantes y confiados en la Palabra, nos
mantendremos como luz en medio de las culturas. Y podremos apoyar para que los
desviados recuperen un sentido de vida más veraz.
En el diálogo
entre gracia y libertad humana, aquella funciona como principio activo al que
ésta ofrece condiciones de posibilidad para su despliegue.
Será un
testimonio para un sentir que cunde incluso entre los que han hecho profesión
de obediencia.?
Salmo responsorial: 26
COMENTARIO
mi luz y mi salvación
porque
le das dimensión y perspectiva a las realidades creadas.
El Señor es la defensa de mi vida, / ¿quién
me hará temblar?
El único
que me debería hacer temblar soy yo mismo en mi debilidad. Me haré más fuerte mientras
más lo reconozca.
Lucas 14, 25-33
25Grandes multitudes acompañaban a Jesús; y El, volviéndose, les dijo: 26"Si alguien viene a Mí, y
no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas,
y aun hasta su propia vida, no puede ser Mi discípulo. 27"El que no carga su cruz
y Me sigue, no puede ser Mi discípulo. 28"Porque, ¿quién de
ustedes, deseando edificar una torre, no se sienta primero y calcula el costo,
para ver si tiene lo suficiente para terminarla? 29"No sea que cuando haya
echado los cimientos y no pueda terminar, todos los que lo vean comiencen a
burlarse de él, 30diciendo: 'Este hombre comenzó
a edificar y no pudo terminar.' 31"¿O qué rey, cuando sale
al encuentro de otro rey para la batalla, no se sienta primero y delibera si
con 10,000 hombres es bastante fuerte para enfrentarse al que viene contra él
con 20,000? 32"Y si no, cuando el otro
todavía está lejos, le envía una delegación y pide condiciones de paz. 33"Así pues, cualquiera de
ustedes que no renuncie a todas sus posesiones, no puede ser Mi discípulo.
COMENTARIO
mucha gente acompañaba a Jesús;
Lo mismo vosotros: el que no renuncia a
todos sus bienes, no puede ser discípulo mío
Jesús
arroja una bomba para desalentar a los seguidores falsos, ingenuos,
oportunistas y calculadores.
Siempre
estará así: zarandeando para que despertemos de nuestro seguimiento falso y nos
enfrentemos a la decisión de seguirlo en serio. Dando garantías con sinceridad
y entrega.
Nos
libera de nuestras falsedades y poses.
Quien no lleve su cruz detrás de mí, no
puede ser discípulo mío
Por eso
muchos que acompañaban a Jesús no eran discípulos, no llevaban su cruz.
No
caminaban con temor y temblor por la conciencia de su debilidad.
Nuestro
mundo está eufórico con la experiencia de libertad renovada generacionalmente.
Una
libertad con poca conciencia de su herida y debilidad.
Por eso
las decisiones débiles de esa libertad son sancionadas como afirmación de una
libertad eximida.
La cruz
implica asumir la libertad tal como se ha de vivir en la carne débil, y
preservarla y vigilarla para mantenerse en el designio del amor que nos ha
donado el Espíritu.
el que no renuncia a todos sus bienes, no
puede ser discípulo mío
La cruz
que carguemos y que nos hace discípulos de Jesús, consiste en renuncia a los
apegos. Esta renuncia opera a medida que amamos al prójimo.
Esto
purifica nuestra libertad para el amor auténtico. Le da alas.
Nos
fortalece en medio del temor y temblor que significa nuestra debilidad probada.
Qué
esperamos entonces? Amemos.
Jesús arroja una bomba para desalentar a los seguidores
falsos, ingenuos, oportunistas y calculadores. Siempre estará así: zarandeando
para que despertemos de nuestro seguimiento falso y nos enfrentemos a la
decisión de seguirlo en serio y dando garantías de sinceridad y entrega.
Nos
libera de nuestras falsedades y poses fingidas, destinadas a la imagen que ambicionamos
sirva para el consumo
https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1323948878933184518?s=20
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