Viernes 21ª de tiempo ordinario
1Corintios 1, 17-25
17Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio (anunciar
las buenas nuevas), no con palabras elocuentes, para que no se haga vana la
cruz de Cristo.
18Porque la palabra de la cruz es necedad para los que se pierden, pero para
nosotros los salvos es poder de Dios.
19Porque está escrito: "DESTRUIRE LA SABIDURIA DE LOS SABIOS, Y EL
ENTENDIMIENTO DE LOS INTELIGENTES DESECHARE."
20¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el que sabe
discutir en este siglo (mundo)? ¿No ha hecho Dios que la sabiduría de este mundo
sea necedad? 21Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por medio
de su propia sabiduría, agradó a Dios mediante la necedad de la predicación
salvar a los que creen. 22Porque en verdad los Judíos piden señales (milagros) y los Griegos buscan
sabiduría; 23pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, piedra de tropiezo para los
Judíos, y necedad para los Gentiles. 24Sin embargo, para los llamados, tanto Judíos como Griegos, Cristo es poder
de Dios y sabiduría de Dios.
25Porque la necedad de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de
Dios es más fuerte que los hombres
COMENTARIO
no con sabiduría de palabras, para no hacer
ineficaz la cruz de Cristo
Es Jesús
el que salva: su vida, sus palabras, su pasión, muerte y resurrección. Todo su
misterio de Palabra encarnada.
Anunciarlo
más que bautizarlo como sentido de misión era para Pablo su prioridad. Bautizar
era mantenerse al tanto de una comunidad permanentemente, preparar a los que
iban a ser bautizados.
Pablo
siente que debe rápidamente anunciar a Jesús hasta el fin del mundo para
acelerar la venida del reino. Un sentido de urgencia apostólico, que no da
tregua ni descanso, como el Maestro que no tenía donde reclinar la cabeza.
Y así
muchos que han mordido el sabor del evangelio y no pueden dejar de propagarlo
como un bien común.
El mensaje de la cruz es necedad para los
que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de
salvación-para nosotros- es fuerza de Dios
Hay que
contar con esto: el mundo carece de sentidos para entender que la fuerza del
Señor no es prepotencia.
Las
diferentes ciencias que diganostican la realidad que somos y en la que nos
movemos se ufanan de la causas que van descubriendo, siempre más. Su orgullo es
su conocimiento y técnica.
quiso Dios valerse de la necedad de la
predicación, para salvar a los creyentes
Aun el
predicador del evangelio puede hacerlo al estilo prepotente de la sabiduría y
ciencia del mundo pero sin la fuerza del Señor.
Mucho
habría que preguntarse por qué los predicadores oficiales de las diversas
iglesias parecen mostrar poca fuerza de Dios, visto que el mundo sigue
albergando al anti-reino.
los judíos exigen signos, los griegos
buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para
los judíos, necedad para los gentiles
El creyente
en Jesús de Nazaret, está llamado a la contra-cultura: una especie de
anormalidad viviente porque le toca ir contra corriente en toda cultura humana
que se construya. Porque la cultura humana si bien es producto de la libertad
posible humana, también es una sabiduría que pretende competir con la del
Señor.
Los
judíos que se mencionan y los gentiles son los auditorios en tiempos de Pablo,
a quienes anunciaba y confrontaba.
Pero son
los paradigmas de toda cultura que se invente: busca signos para poder creer,
busca sabiduría para poder entender, pero se escandaliza de que la ignominia de
la cruz pueda proceder de Dios, y pueda enseñarse como sabiduría.
Una
enfermedad, una injusticia, una situación de pobreza y miseria son para el
mundo señales de desgracia y fracaso.
Pues lo necio de Dios es más sabio que los
hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres
Se
requiere la iluminación por el Espíritu
del sentido de fuerza de Dios que conlleva toda cruz para ir contra cultura, en
paz.
Salmo responsorial: 32
COMENTARIO
el plan del Señor subsiste por siempre, /
los proyectos de su corazón, de edad en edad.
El
designio del Señor provee una estabilidad que no puede otorgar el mundo a su
realidad no obstante su técnica.
Esta
convicción sólo puede llegar a serlo cuando es probada, saboreada, hecha
sabiduría de la cruz.
Mateo 25, 1-13
1"Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que
tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio. 2"Y cinco de ellas eran insensatas, y cinco prudentes. 3"Porque las insensatas, al tomar sus lámparas, no tomaron aceite
consigo, 4pero las prudentes tomaron aceite en frascos juntamente con sus lámparas. 5"Al tardarse el novio, a todas les dio sueño y se durmieron. 6"Pero a medianoche se oyó un clamor: '¡Aquí está el novio! Salgan a
recibirlo.' 7"Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus
lámparas. 8"Y las insensatas dijeron a las prudentes: 'Dennos de su aceite,
porque nuestras lámparas se apagan.' 9"Pero las prudentes respondieron: 'No, no sea que no haya suficiente
para nosotras y para ustedes; vayan más bien a los que venden y compren para
ustedes.' 10"Mientras ellas iban a comprar, vino el novio, y las que estaban
preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. 11"Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: 'Señor,
señor, ábrenos.' 12"Pero él respondió: 'En verdad les digo que no las conozco.' 13"Velen (Estén alerta), pues no saben ni el día ni la hora.
COMENTARIO
"Por si acaso no hay bastante para
vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis"
La
prudencia puede adquirise como una sabiduría humana, que consiste en la capacidad
de preveer consecuencias de ciertas causas, para evitarlas o asumirlas.
La
necedad de la cruz no puede confundirse con la ausencia de prudencia, sino con
atribuir ciertas consecuencias a ciertas causas y despreciarlas o
escandalizarse.
Como atribuir
la pobreza de un pobre a causas que nos lleven al escándalo o desprecio y no
hacer nada por solidarizarnos. Eso es desconocimiento de la sabiduría de la
cruz. Porque el pobre es un clamor del Señor, independientemente de las causas
que lo condujeron a ese estado.
Y así
podemos ir repasando diferentes situaciones humanas individuales y colectivas,
que claman nuestra compasión y solidaridad. Si entendiéramos todos la sabiduría
de la cruz, el reino aceleraría su instalación perfecta entre nosotros.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora
Hay que saber velar. No ir a buscar aceite para la
lámpara cuando puede venir el esposo. Sino llevar suficiente aceite para que dure hasta que llegue.
Puesto que hay que velar, hay que hacerlo como las
vírgenes prudentes.
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