Lunes 4 de Cuaresma
Isaías 65,17-21
REFLEXIÓN
"Mirad: yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva: de lo pasado no habrá recuerdo ni vendrá
pensamiento, sino que habrá gozo y
alegría perpetua por lo que voy a crear. Mirad: voy a transformar a Jerusalén
en alegría, y a su pueblo en gozo; me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi
pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues
será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por
maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus
frutos."
Qué
proclama política de líderes contemporáneos, por decir algunos, vivos o
muertos, puede equipararse ínfimamente a la propuesta espectacular de la
Palabra?
Porque
la novedad- no la innovación que nos ufanámos en etiquetar a nuestras obras
cuando las queremos remozar- del Señor es tabula rasa de cualquier germen de
antigëdad, vejez u obsolescencia que pueda contaminar lo nuevo.
Se trata
de algo inédito, sin estrenar- sin que nada mediático pueda perforarlo por
alguna filtración- para comunicar la primicia de la Palabra de Dios.
El gozo
igualmente nace de la contemplación que esta misma revelación nos otorga con su
comunicación, porque se trata de un
contraste agudo con nuestra cansada y rutinaria realidad envejecida, donde todo
nos parece ya visto.
Nuestro
lenguaje humano no está hecho por defecto para transmitir tal realidad, a menos
que recurra la negación de nuestras tristes realidades: gemidos y lágrimas,
enfermedad de niños, muerte prematura.
La
contemplación silente de la novedad de la Palabra es la única capaz de inspirar
el conocimiento adecuado a nuestra comprensión.
Como en
el momento de postración de Israel, durante su ruina en el destierro, cuando
todo lo acumulado se perdió, el consuelo de su Dios, el que nos ha elegido para
amarnos, desafía la sabiduría que brota del sentido común ordinario, y llama a
un horizonte consolador.
Se
requiere una fe profunda, animada por el Espíritu, para aceptar esa promesa en
medio del dolor. La cual también es don del mismo Espíritu y hay que
solicitarla.
Salmo responsorial: 29
REFLEXIÓN
al atardecer nos visita el llanto; / por la mañana, el
júbilo
Cuando
llega su liberación, cuando llega su consolación, toda la noche oscura queda
atrás y casi parece que no existió.
Cambiaste mi luto en danzas
Es el
único que transforma, no cambia simplemente.
Porque
un cambio puede ser una sencilla re-distribución de lo que siempre hay, una
reforma.
La
transformación del Señor va más allá de la venerada revolución para muchos, que
termina siendo en un cambio de unos por otros.
Lo que
está en juego para la Palabra, su desafío es el siguiente: creemos en esta
novedad?
Juan 4,43-54
REFLEXIÓN
El hombre creyó en la palabra de Jesús
Se
propuso este modulo de creyente porque como funcionario real tenía un nivel de
poder, como alguien al que no se le podía echar cuentos y fantasear.
Y éste
termina creyendo en la novedad de Jesús de Nazareth, en su palabra sobre la
curación de su hijo.
Porque
eso es creer en Jesús: abrirse y contemplar la novedad de la creación que nos
transmite. En ella no subsiste contaminación alguna de lo antiguo nuestro.
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