Domingo de pascua B
Hechos de los apóstoles 10, 34a.
37-43
REFLEXIÓN
Pedro tomó la palabra y dijo
Este
apóstol de quien no se han ocultado en el evangelio sus debilidades,
fanfarronadas, cobardía y miedos, habla ahora con una seguridad nueva, sin
dejarse intimidar por las autoridades, y hace una lectura nueva de las
Escrituras, teniendo como epicentro a Jesús de Nazareth, crucificado y
resucitado.
Quizás
nos cueste evidenciar el efecto de la vida nueva en nosotros, pero podemos
dirigir nuestra acción de gracias a los cambios que advertimos se multiplican
en los seguidores del Señor, y todo aquello que dice relación al reino.
Es el
anti-reino el que se empeña en obsesionarnos con las fallas, los escándalos,
las caídas éticas y morales, los sufrimientos de tantas víctimas y excluídos
para robar el gozo del reino y nuestro compromiso con el proceso de
transformación según el Espíritu.
No lo
permitamos.
Un fruto
de la resurrección de Jesús es la transformación de Pedro, su nuevo liderazgo,
su comprensión de la historia, su reflexión de fe sobre los acontecimientos, su
apostolado.
Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza
del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el
diablo, porque Dios estaba con él.
El
efecto de la Pascua de Jesús en nosotros será como la catequesis de
Pedro:insistir en el avance del reino.
El Padre
nos necesita y envía para una misión semejante:dedicar nuestra vida nueva al
servicio de comunicar el avance del reino de Dios.
Por
nuestro positivismo y secularidad nos da pena decirlo, pero es la causa
profunda: el diablo como agente del mal y su opresión.
Si no le
damos existencia e incidencia, al menos reconocemos que nos rodea el mal, que
algunos llaman menos bien, según el relativismo.
Pero en
aquello que es favorable de la misión de Jesús queremos entender que él plantó
cara-como dicen los españoles- a la causa más estructural y más profunda del
corazón que todas: el maligno.
Jesús de
Nazaret cayó en el combate de la redención humana, pero su Padre que lo envió,
lo resucitó, lo levantó y con él una nueva creación, porque su obediencia
superó la desobediencia, su disponibilidad la rebeldía, su humildad la
soberbia, su empobrecimiento a los ídolos de la codicia, su solidaridad al
egoísmo mezquino y la ambición desmedida.
No faltó
el enfoque de la teoría de la conspiración:este grupito armó esa historia, que
en el fondo es un fraude.Si no por qué sólo ellos son testigos y no se
manifestó el supuesto resucitado a todos sin distinción?
El que
unos sean elegidos para servir a otros en la promoción de la fe en el
Resucitado, siempre será motivo de suspicacia.
Es un
orden, que como cualquier orden manifestado históricamente está sujeto a
crítica y desorden.
No hay
que sorprenderse sino contar con ello.
Pero el tiempo
que discurre acredita y separa lo que es de lo que no es.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en
Jerusalén
Hoy como
ayer los necesitamos a los tesigos del resucitado, que hayan experimentado su
muerte. Testigos congruentes, que sirven sin pretensiones de poder, sino en
fraternidad.
Lo mataron colgándolo de un madero
Ahora
tenemos la sensibilidad en la conciencia como para captar que la muerte de
Jesús en un madero tiene visos ambientalistas. Porque el poder distorsiona el
árbol para convertirse en patíbulo, cuando su vocación era colaborar con el
oxígeno de la vida terrestre.
Y así al
levantarse también lo hace el madero y con él la creación que suspira por
liberación.
Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo
el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros, que hemos
comido y bebido con él después de su resurrección
Podemos
según el hombre viejo mirar esta élite con sospecha como la conspiración de
algunos para mantener un poder.
Pero
según el hombre nuevo podemos agradecer el don de Dios que ha escogido a
testigos que vivieron con su Hijo para transmitirnos sus palabras de vida.
Se puede
poner en boca de unos testigos un testimonio que exprese algo no experimentado
como verdad? Los que comieron y bebieron con Jesús, un signo eminente de
fraternidad, no sabrían distinguir la realidad y contundencia de la comida y
bebida con el Resucitado.? EN nuestra duda por una mentalidad anti-mágica,
anti-mítica, nos llevamos por delante la seriedad y la respetabilidad de un
testimonio antiguo.
El testimonio de los profetas es unánime: que los que creen
en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados
Reciben
la más profunda de las liberaciones
Nuestra
dedicación a la Palabra debe tener este objetivo:por la fe en Jesús de Nazareth
encontrar perdón de los pecados.
Lo cual
significa encontrar la vida nueva que no se detiene, ni aun en la derrota y la
debilidad. Siempre tenemos al alcance la regeneración.
Salmo responsorial: 117
REFLEXIÓN
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra
angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente
Hemos
sido llamados a formar parte de un nuevo modo de construcción: utilizamos una
piedra que todos habían desechado.
La
fraternidad del reino que vamos construyendo con ágape utiliza los desechos del
mundo, a aquellos que nadie quiere.
Somos
como recicladores del Espíritu.
Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su
misericordia
Levantemos
nuestros ojos del suelo, donde los posamos humillados y ofendidos, hacia la
fidelidad permanente del Señor en su acogida misericordiosa, que hoy se nos
expresa radicalmente en el levantamiento de su Hijo de la muerte.
No he de morir, viviré / para contar las hazañas del Señor
Es el Señor quien lo ha hecho,
El Señor
Padre estableció en Jesús un nuevo orden, una nueva creación. Podemos atentar
contra ella. Y esto nos puede producir turbulencias. Pero desde nuestra fe
sabemos que las crisis que produzcan son de vida y no de muerte.
Son
muchos los que anhelan una nueva organización de la Iglesia. Es posible que se
haga. Es más, se ha ido haciendo, p.e con el Vaticano II y sus secuelas.
Pero
desde nuestra fe debemos estar dispuestos a reconocer las nuevas formas,
auncuando no coincidan con nuestros esquemas al pie de la letra.
1Corintios 5,6-8
REFLEXIÓN
celebremos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de
corrupción y de maldad), sino con los panes ázimos de la sinceridad y la verdad
La
celebración de la vida nueva en Jesús Resucitado consiste también en un estilo
de vida, una ética de sinceridad y verdad.
Sabemos
que esa vida nueva se agita en nosotros cuando se afirma nuestra tendencia a
vivir honestamente, sin doblez, en congruencia.
Porque
la conversión no descansa y nos mantenemos en Pascua mientras desechemos lo
viejo para dar paso a lo nuevo del hombre y la creación.
Eres tú
quien nos prepara como masa sin levadura vieja.
Los
acontecimientos de estos años hablan de una purificación de la masa y de una
ganancia en sinceridad y verdad desde ti y para contigo.
Esta intervención
a nuestros ojos sutil y acompasada, debe ser agradecida en el nombre de Jesús
el viviente.
Juan 20, 1-9
REFLEXIÓN
El primer día de la semana
El
primer día de un nuevo orden, de un nuevo tiempo, de una nueva creación.
"Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde lo han puesto."
Es la
exclamación que agitó a tantos seguidores de Jesús, para quienes su
resurrección no se contaba como una esperanza.
Muchos
ni sabían que podría significar una resurrección. A lo más lo que era revivir.
La
novedad comienza pues causando un desconcierto y desorientación.
María va
con su levadura vieja y recibe signos de una novedad, pero no sale aún de lo
viejo, no lo alcanza a descubrir en su conciencia.
vio y creyó
Este
discípulo inicia una actitud diferente: ver los signos y creer. Disponibilidad
para creer que la resurrección de Jesús planteaba un nuevo escenario.
Una
actitud que debe emerger contra nosotros mismos, contra nuestro lastre de
miedos y desconfianzas.
Ambos
también se acercan al sepulcro con lo antiguo. Pero si bien Pedro certifica que
no está, es el otro el que ante lo mismo ve lo nuevo y cree.
He aquí
dos carismas para los seguidores de Jesús: el que ve por la fe y el que
certifica por la autoridad. Debían ir juntos, pero en la historia de los
creyentes no siempre ha sido, ni es así.
no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar
de entre los muertos
Tal
comprensión es un don al que podemos aspirar y agradecer.
Se
produce la comprensión fundamental:la novedad como clave de interpretación de
las escrituras. Alinear los textos en base a un hecho de la vida es un don de
lo alto.
Los
esquemas de los allegados a Jesús, aun ubicados y funcionando para los antiguos
enfoques, para los odres viejos, van a ser renovados para que participen de
lleno como enviados a proclamar la novedad.
El
discípulo que entonces ve y cree, y entiende, es el prototipo del nuevo
creyente, del nuevo seguidor y servidor de Jesús, en la dispensación de su
misterio pascual para el mundo y la historia.
Se nos
ha concedido la clave para entender la Escritura: la resurrección de entre los
muertos de Jesús.
Se nos
envía para servir a esta nueva comprensión.
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