Deuteronomio 4,32-34.39-40
REFLEXIÓN
Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es
el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro
Guarda los preceptos y mandamientos que
yo te prescribo hoy
para que seas feliz, tú y tus hijos
después de ti, y prolongues tus días
en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.
Moisés pide una captación, un conocer,un
aprender (yada) y en paralelismo lo amplía como (shub):volverlo, devolverlo,
reflexionarlo en lo profundo del ser la UNICIDAD del Señor:su carácter único y
peculiar, su identidad propia e inconfundible, su presencia salvífica y
liberadora.
El signo es una conducta:(shamar)preservar,
guardar, observar, cuidar lo debido, los límites, lo estatuído.(choq)y los
mandamientos, las obligaciones (mitzvah)
La consecuencia de este intercambio es la
felicidad, el ir bien (yatab).
Así el reconcimiento profundo desde el
núcleo de la persona motiva una conducta respetuosa y observante de los límites
y mandatos lo cual desemboca en una vida placentera, en un ir bien en la vida.
Una ecuación sencilla que captamos como
simple y disfrutamos como dichosa cuando
al Señor nos lo hace sentir.
Pero que se complejiza y experimenta cuesta
arriba cuando el corazón traba lucha con las simulaciones y desafíos a la
unicidad y originalidad del Señor.
Salmo
responsorial: 32
REFLEXIÓN
él
ama la justicia y el derecho, / y su misericordia llena la tierra
Quien integra justicia y derecho con
misericordia es el reflejo único del Dios único. Es lo que confesamos de Jesús
de Nazareth.
en los que esperan
en su misericordia, / para librar sus vidas de la muerte / y reanimarlos en
tiempo de hambre
Se puede asentar el criterio que el Señor
cuida de todos, aun cuando no pueda más ayudar, superando la impotencia y
limitación. Sólo pide de nosotros hacer lo que podamos con nuestros recursos.
Romanos 8,14-17
REFLEXIÓN
Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios,
ésos son hijos de Dios
espíritu de hijos
adoptivos, que nos hace gritar: "¡Abba!" (Padre).
Ese Espíritu y
nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios
Eso produce la culpa morbosa: un hiato, una
separación de espíritus para quitar la concordia y la vivencia de hijos que
claman Abba. Un enemigo que envidia esa concordia, esa filiación y labora por
echarla a perder.
Mateo 28,16-20
REFLEXIÓN
algunos vacilaban
Nuestra cultura laicista vacila en el
reconocimiento de Jesús como epifanía del absoluto. No sólo por esquemas
mentales, que supuestamente, no pueden hacerse cargo de mitologías.
haced discípulos de
todos los pueblos
Pero también por esquemas de la voluntad y
del amor, que no quieren comprometerse con un programa de justicia y
misericordia, que requiere discernimiento y agonía.
bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo
lo que os he mandado
Antes que un rito el bautismo es un proceso
de reconocimiento de la unicidad y originalidad del Señor, un compromiso de
conducta que guarda los límites y mandamientos, en un servicio de justicia y
misericordia. Y así vivenciar la dicha.
Y sabed que yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."
Dios está aquí y somos su prioridad.
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