domingo, 24 de octubre de 2021

BEATO CARLO

La creacion es un don acompañada por la sabiduria para administrarla
 
De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios
(Caps. 19, 2-20,12: Funk 1, 87-89)

DIOS HA CREADO EL MUNDO CON ORDEN Y SABIDURÍA Y CON SUS DONES LO ENRIQUECE

No perdamos de vista al que es Padre y Creador de todo el mundo, y tengamos puesta
nuestra esperanza en la munificencia y exuberancia del don de la paz que nos ofrece.
Contemplémoslo con nuestra mente y pongamos los ojos de nuestra alma en la magnitud
de sus designios, sopesando cuán bueno se muestra él para con todas sus criaturas.
Los astros del firmamento obedecen en sus movimientos, con exactitud y orden, las
reglas que de él han recibido; el día y la noche van haciendo su camino, tal como él lo ha
determinado, sin que jamás un día irrumpa sobre otro. El sol, la luna y el coro de los
astros siguen las órbitas que él les ha señalado en armonía y sin transgresión alguna. La
tierra fecunda, sometiéndose a sus decretos, ofrece, según el orden de las estaciones, la
subsistencia tanto a los hombres como a los animales y a todos los seres vivientes que la
habitan, sin que jamás desobedezca el orden que Dios le ha fijado.
Los abismos profundos e insondables y las regiones más inescrutables obedecen
también a sus leyes. La inmensidad del mar, colocada en la concavidad donde Dios la
puso, nunca traspasa los límites que le fueron impuestos, sino que en todo se atiene a lo
que él le ha mandado. Pues al mar dijo el Señor: Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí se
romperá la arrogancia de tus olas. Los océanos, que el hombre no puede penetrar, y
aquellos otros mundos que están por encima de nosotros obedecen también a las
ordenaciones del Señor.
Las diversas estaciones del año, primavera, verano, otoño e invierno, van sucediéndose
en orden, una tras otra. El ímpetu de los vientos irrumpe en su propio momento y realiza
así su finalidad sin desobedecer nunca; las fuentes, que nunca se olvidan de manar y que
Dios creó para el bienestar y la salud de los hombres, hacen brotar siempre de sus pechos
el agua necesaria para la vida de los hombres; y aún los más pequeños de los animales,
uniéndose en paz y concordia, van reproduciéndose y multiplicando su prole.
Así, en toda la creación, el Dueño y soberano Creador del universo ha querido que
reinara la paz y la concordia, pues él desea el bien de todas sus criaturas y se muestra
siempre magnánimo y generoso con todos los que recurrimos a su misericordia, por
nuestro Señor Jesucristo, a quien sea la gloria y la majestad por los siglos de los siglos.
Amén.

viernes, 22 de octubre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

VIERNES 29 DE TIEMPO ORDINARIO

Año Impar

Romanos 7,18-25a



REFLEXIÓN

si hago precisamente lo que no quiero, señal que no soy yo el que actúa, sino el pecado que habita en mí.

Llamada concupiscencia por unos, pecado por otros, esta fuerza que parece querer controlarnos a nuestro pesar y con nuestra complicidad.

La postura clásica católica es que el pecado está perdonado, su fuerza, tendencia y arrastre persiste como concupiscencia, como debilidad de un enfermo en recuperación, que si no se cuida puede recaer.

Una pulsión que se distingue de mi yo libre, bien intencionado.

Luego la ciencia de la salud mental le pondrá un nombre: el inconsciente.

percibo en mi cuerpo un principio diferente que guerrea contra la ley que aprueba mi razón, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo

Soy un campo de batalla. Un choque de fuerzas.

Soy un proceso agónico.

¿Quién me librará de este cuerpo presa de la muerte? Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, y le doy gracias.

Pero no estamos perdidos. Jesús significa la superación de esta agonía para bien.

No parece fácil salir de este problema: prisioneros de la ley del pecado que está en nuestro cuerpo.

Y nuestro cuerpo no nos abandona jamás.

Sólo Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, nos ofrece la salida. Cómo?

Es este “cómo?” la génesis de los evangelios, a su vez orientados al evangelio, la buena nueva, el cambio definitivo y radical.

Porque los creyentes en Jesucristo debieron preguntarse también y siempre: cómo? librarse del cuerpo de muerte.

Podemos dirigirnos a los evangelios con esa expectativa: el Señor Jesucristo nos muestra cómo librarnos del cuerpo de muerte.

Qué entraña el cuerpo de muerte: el bien que quiero hacer no lo hago; el mal que no quiero hacer, eso es lo que hago.

Qué pensarán de esta solución paulina otros ofrecimientos para terminar con el cuerpo de muerte, es más, que será para el mundo de hoy estar prisionero de un cuerpo de muerte?

Si la corrupción, la injusticia, el maltrato, el abuso, la opresión, la exclusión, la discriminación, el asesinato …todo ese cuerpo de muerte es el resultado de una prisión: no hay responsabilidad? No hay que dar cuentas? Es pérdida de tiempo emprender la transparencia? Es sólo asunto de creer en el señor Jesús…?

Creer de fe bíblica, no es un mero nominalismo, ni una retórica, sino un compromiso integral de seguimiento de Jesús de Nazareth, libre y procesual. Con fatiga pero sin desmayo. Hasta el límite de la existencia.

Salmo responsorial: 118



REFLEXIÓN

Enséñame a gustar y a comprender

Necesitamos una sabiduría que nos ayude a compensar esa fuerza que nos lleva a la agonía en trance débil.

Necesitamos aprender a gustarla, en su sabor contrario al gusto de muerte, que fluye de la convivencia con nuestro egoísmo.

Lucas 12,54-59



REFLEXIÓN

¡Hipócritas!: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?

Hipócrita es el adjetivo de los evangelios a una clase de seres humanos incongruentes, hábiles y capaces para juzgar de ciertas cosas pero incapaces de llegar hasta las últimas consecuencias de sus juicios, y mucho menos cambiar su conducta.

Un hipócrita es un falto de ética, incluso con bellos discursos sobre ética. Pero pervertido, es decir, que ha cambiado el fin de las cosas.

Un campesino sabe del clima para su oficio: cuándo lloverá y cuándo habrá sequía.

Por qué no se traslada esa orientación y conocimiento de señales e indicios al reino y su cercanía.? Porque nos resistimos al cambio de mente y conducta.

Discernir lo que está claro, es la excusa de la hipocresía.

Sabemos lo que hay que hacer, pero no queremos.

Estar enfermos de la decisión correcta no es excusa, si acaso un atenuante.

Porque nuestra cultura es permisiva.

¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?

Porque en todo aplicamos el juicio, como parte de nuestro protocolo de acceso a la realidad circundante.

Sin embargo nos cuesta discernir bajo el amparo de la sabiduría, que es la presencia del Absoluto Radical en lo más profundo de nuestro ser, porque rehuimos su dictamen adverso.

con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él mientras vais de camino

Será que la complejidad de las situaciones nos permite la negociación con el Señor?

Aprovechemos el tiempo y la oportunidad que se nos ofrece por señales para el cambio y dejar de ser hipócritas.

no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel.

No obstante tenemos la potencialidad de juzgarnos antes de que nos juzguen desfavorablemente.

De negociar antes que nos castiguen.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1451523094384943108?s=20