domingo, 7 de noviembre de 2021

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 32 de tiempo ordinario

1Reyes 17, 10-16



REFLEXIÓN

Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos

La solidaridad de lo que le hace falta, de esta mujer sin el sostén del marido y con un hijo a quien cuidar, es la imagen del desprendimiento que recoge también el evangelio cuando pone de ejemplo a una viuda que da limosna de lo único que le queda para vivir, en comparación a quienes dan de lo que les sobra.

Hemos de reconocer que nos la pone difícil la Palabra en cuanto a la actitud que espera de nuestra conversión al reino. Sin generosidad no es posible la equidad y la fraternidad.

Ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías

Mientras no hagamos la experiencia del desprendimiento y la generosidad, no veremos las señales que el Señor multiplica a nuestro alrededor mediante las cuales nos da a entender que estamos en sus manos, que no nos desampara, que cuida de nosotros, que no temamos.

Salmo responsorial: 145



REFLEXIÓN

que hace justicia a los oprimidos

La justicia del Señor tal como nos la revela la Palabra, no se reduce a un desquite, de manera que el que estaba abajo pasa a estar arriba, en venganza de sus antiguos opresores.

Tal parece que aun dispensadores de la Palabra se empantanan en un esquema de la revolución, sangrienta o no, que da paso a un cambio social en el que campea el resarcirse.

La justicia del Señor implica más allá de eso y a pesar de eso una experiencia de familiaridad con el Señor, que pone en efecto un reino de fraternidad y buena voluntad.

Hemos de saludar con esperanza los cambios sociales, pero con discernimiento, para que no se conviertan en meros desquites, y hemos de alegrarnos por toda iniciativa de pacificación, pero con vigilancia, para que no sean subterfugios de más impunidad.

Hebreos 9, 24-28



REFLEXIÓN

imagen del auténtico

En la concepción bíblica imagen no es una mera fiel copia de algo, sino una alusión enigmática, que produce una percepción compleja, y no meramente cognitiva. Es como una adivinanza, un desafío a la comprensión, una afectación a la emocionalidad y libertad.

La imagen pretende transmitir un conocimiento de algo o alguien pero como una vibración que desconcierta. Quizá la parábola sea el género más representativo de la imagen según la mentalidad semítica bíblica.

al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo

Con la saga Jesús de Nazareth somos introducidos en un ámbito o dimensión vital que representa el final de la historia como la conocemos: Jesús es un evento de la historia que se vuelve paradigma para siempre.

De allí nuestra conciencia de simultaneidad con el hecho Jesús de Nazaret, muerto y resucitado. En todo momento, en toda época, su historia será contemporánea a nosotros todo el tiempo.

Un nuevo sentido del tiempo, un nuevo sentido de la historia, un nuevo sentido de la creación, como nueva creación en Jesús.

Por ello Jesús nos puede alentar a descubrirlo en sus imágenes, en sentido bíblico, en el pobre, por ejemplo.

De ahí también que la destrucción del pecado esté en la historia realizada pero simultáneamente en nuestra historicidad abierta, en la que consolidamos esa destrucción con nuestra propia conversión y fraternidad.

Marcos 12, 38-44



REFLEXIÓN

Éstos recibirán una sentencia más rigurosa

En la era de la información, poseer el dominio de la misma, y con ello aprovecharse del que no sabe, es otra forma de injusticia, y merece una sentencia más rigurosa.

Y esto puede suceder a escalas diversas: desde el individuo solitario hasta las grandes corporaciones, pasando por diversas clases de organización.

Quizás a la luz de esta iniquidad podamos entender como oposición, la reacción, también de la misma sociedad de la información, que viola todo secreto para distribuir mejor la información. Es un nuevo género de rebeldía.

Incluso sucede en las familias, en las que los secretos de hechos vergonzosos o menos dignos salen a  la luz, quebrando la armonía y la unidad, pero también purificando la comunicación.

Una contribución a un mundo más justo podría pasar por dedicarse a abrir la información a todo el que la necesite, como una forma de compartir solidariamente lo que se tiene, incluso lo poco que se tenga, como la viuda del evangelio.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1457336205847240705?s=20

BEATO CARLO

 

ACRISOLO SU SENTIDO DE VIDA POR OTROS EN EL PADECER COMO JESÚS

DOMINGO 32 DE TIEMPO ORDINARIO

Comienza la homilía de un autor del siglo segundo
(Caps. 1,1-2, 7: Funk 1,145-149)

CRISTO QUISO SALVAR A LOS QUE ESTABAN A PUNTO DE PERECER

Hermanos: Debemos mirar a Jesucristo como miramos a Dios, pensando que él es el
juez de vivos y muertos; y no debemos estimar en poco nuestra salvación. Porque, si
estimamos en poco a Cristo, poco será también lo que esperamos recibir. Aquellos que, al
escuchar sus promesas, creen que se trata de dones mediocres pecan, y nosotros
pecamos también si desconocemos de dónde fuimos llamados, quién nos llamó y a qué fin
nos ha destinado y menospreciamos los sufrimientos que Cristo padeció por nosotros.
¿Con qué pagaremos al Señor o qué fruto le ofreceremos que sea digno de lo que élnos dio? ¿Cuántos son los dones y beneficios que le debemos? Él nos otorgó la luz, nos
llama, como un padre, con el nombre de hijos, y, cuando estábamos en trance de perecer,
nos salvó. ¿Cómo, pues, podremos alabarlo dignamente o cómo le pagaremos todos sus
beneficios? Nuestro espíritu estaba tan ciego que adorábamos las piedras y los leños, el
oro y la plata, el bronce y todas las obras salidas de las manos de los hombres; nuestra
vida entera no era otra cosa que una muerte. Envueltos, pues, y rodeados de oscuridad,
nuestra vida estaba recubierta de tinieblas, y Cristo quiso que nuestros ojos se abrieran de
nuevo, y así la nube que nos rodeaba se disipó.

Él se compadeció, en efecto, de nosotros y, con entrañas de misericordia, nos salvó,
pues había visto nuestro extravío y nuestra perdición y cómo no podíamos esperar nada
fuera de él que nos aportara la salvación. Nos llamó cuando nosotros no existíamos aún y
quiso que pasáramos de la nada al ser.
Alégrate, la estéril, que no dabas a luz; rompe a cantar de júbilo, la que no tenías
dolores: porque la abandonada tendrá más hijos que la casada. Al decir: Alégrate, la
estéril, se refería a nosotros, pues, estéril era nuestra Iglesia, antes de que le fueran
dados sus hijos. Al decir: Rompe a cantar, la que no tenías dolores, se significan las
plegarias que debemos elevar a Dios, sin desfallecer, como desfallecen las que están de
parto. Lo que finalmente se añade: Porque la abandonada tendrá más hijos que la casada,
se dijo para significar que nuestro pueblo parecía al principio estar abandonado del Señor
pero ahora, por nuestra fe, somos más numerosos que aquel pueblo que se creía posesor
de Dios.
Otro pasaje de la Escritura dice también: No he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores. Esto quiere decir que hay que salvar a los que se pierden. Porque lo grande y
admirable no es el afianzar los edificios sólidos, sino los que amenazan ruina. De este
modo, Cristo quiso ayudar a los que perecían y fue la salvación de muchos, pues vino a
llamarnos cuando nosotros estábamos ya a punto de perecer.