lunes, 10 de enero de 2022

BEATO CARLO


SE PREOCUPÓ DE LOS MÁS VULNERABLES DESDE PEQUEÑO

 De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios
(Cap. 59, 2--60, 4; 61, 3: Funk 1, 135-141)

 

EL VERBO DE DIOS FUENTE DE SABIDURÍA CELESTIAL

 

No cesamos de pedir y de rogar para que el Artífice de todas las cosas conserve íntegro en todo el mundo el número de sus elegidos, por mediación de su amado siervo Jesucristo, por quien nos llamó de las tinieblas a la luz, de la ignorancia al conocimiento de la gloria de su nombre. Haz que esperemos en tu nombre, tú que eres el origen de todo lo creado; abre los ojos de nuestro corazón, para que te conozcamos a ti, el solo altísimo en las alturas, el santo que reposa entre los santos; que terminas con la soberbia de los insolentes, que deshaces los planes de las naciones, que ensalzas a los humildes y humillas a los soberbios, que das la pobreza y la riqueza, que das la muerte, la salvación y la vida, el solo bienhechor de los espíritus y Dios de toda carne; tú que sondeas los abismos, que ves todas nuestras acciones, que eres ayuda de los que están en peligro, que eres salvador de los desesperados, que has creado todo ser viviente y velas sobre ellos; tú que multiplicas las naciones sobre la tierra y eliges de entre ellas a los que te aman por Jesucristo, tu Hijo amado, por quien nos has instruido, santificado y honrado.

 

Te pedimos, Señor, que seas nuestra ayuda y defensa. Libra a aquellos de entre nosotros que se hallan en tribulación, compadécete de los humildes, levanta a los caídos, socorre a los necesitados, cura a los enfermos, haz volver a los miembros de tu pueblo que se han desviado; da alimento a los que padecen hambre, libertad a nuestros cautivos, fortaleza a los débiles, consuelo a los pusilánimes; que todos los pueblos de la tierra sepan que tú eres Dios y no hay otro, y que Jesucristo es tu siervo, y que nosotros somos tu pueblo, el rebaño que tú guías.

 

Tú has dado a conocer la ordenación perenne del mundo, por medio de las fuerzas que obran en él; tú, Señor, pusiste los cimientos de la tierra, tú eres fiel por todas las generaciones, justo en tus juicios, admirable por tu fuerza y magnificencia, sabio en la creación y providente en el gobierno de las cosas creadas, bueno en estos dones visibles y fiel para los que en ti confían, benigno y misericordioso; perdona nuestras iniquidades e injusticias, nuestros pecados y delitos.

 

No tomes en cuenta todos los pecados de tus siervos y siervas, antes purifícanos en tu verdad y asegura nuestros pasos, para que caminemos en la piedad, la justicia y la rectitud de corazón, y hagamos lo que es bueno y aceptable ante ti y ante los que nos gobiernan.

 

Más aún, Señor, ilumina tu rostro sobre nosotros, para que gocemos del bienestar en la paz, para que seamos protegidos con tu mano poderosa, y tu brazo extendido nos libre de todo pecado y de todos los que nos aborrecen sin motivo.

 

Da la concordia y la paz a nosotros y a todos los habitantes del mundo, como la diste a nuestros padres, que piadosamente te invocaron con fe y con verdad. A ti, el único que puedes concedernos estos bienes y muchos más, te ofrecemos nuestra alabanza por Jesucristo, pontífice y abogado de nuestras almas, por quien sea a ti la gloria y la majestad, ahora y por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

domingo, 9 de enero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Domingo Bautismo del Señor C

Isaías 42, 1-4. 6-7



REFLEXIÓN

Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero.

La Palabra nos llega por medio de los seguidores de Isaías, que predicaron a los cautivos israelitas en Babilonia hacia el siglo VI a.C.

La postración y desolación de este asentamiento, arrancado de sus raíces, motivó a una Palabra de Dios de consuelo y ánimo.

La esperanza que comunica es la promesa de una elección: se trata de un siervo, servidor o esclavo, figuración de un individuo o un grupo, cuyo perfil se detalla como pacífico, hacedor de justicia, firme pero compasivo, capaz de traer alivio a los más vulnerables: ciegos, encarcelados.

Los cristianos de las primeras comunidades apropiaron para Jesús de Nazareth, ya muerto y resucitado, el título de Siervo de Yavé porque su vida, enseñanza y muerte ponía en efecto lo vaticinado.

Cuando los cristianos hicieron esto no sólo era una forma de profundizar en la identidad de su maestro, sino también de actualizar en sus vidas de cada día el seguimiento y la fe.

A su ejemplo nosotros podemos inspirarnos para continuar en nuestro cuadrante de espacio y tiempo esa misión que sostiene el Señor.

Salmo responsorial: 28



REFLEXIÓN

La voz del Señor sobre las aguas,

el Señor sobre las aguas torrenciales

El Señor se sienta por encima del aguacero

El agua es un elemento vital. Somos el planeta azul, de agua. Somos humedad ambulante con nuestros cuerpos formados por el mayor porcentaje de agua.

El agua también es un elemento mortal. Fuera de cauce, en los diluvios, excesiva en nuestro cuerpo, puede amenazar nuestra vida.

Como criatura de Dios es bendita, pero como calentamiento global o hidropesía, en parte por nuestra responsabilidad, puede ser maldición.

Nuestra esperanza es que domine su beneficio y su autor nos mantenga la bendición sobre la maldición.

Hechos de los apóstoles 10, 34-38



REFLEXIÓN

Conocéis lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él."

Juan Bautista encabezaba un movimiento cuya acción principal era bañarse como signo de lavarse de los pecados, con la aspiración de pasar a formar el grupo que celebraría la venida definitiva de Dios.

Se piensa que esta iniciativa la había tomado de comunidades retiradas de Jerusalén, a orillas del Mar Muerto, que formaban parte de un estilo de vida Esenio. En estas comunidades los baños de purificación eran comunes.

También Jesús según el evangelio de Juan, participó del movimiento de Juan Bautista y hasta bautizaba.

O sea que las primeras comunidades cristianas tenían motivos suficientes para incorporar el baño de perdón y purificación a su fe en Jesús de Nazaret, ya muerto y resucitado.

Lucas 3, 15-16. 21-22



REFLEXIÓN

y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías

Para nuestro gusto histórico actual resulta promitente pensar que Jesús también, dentro del movimiento de Juan Bautista, su pariente, se preguntaría si era el mesías.

Pero este mismo evangelista es uno de los que incorpora los evangelios de la infancia, como dando a entender que la identidad mesiánica de Jesús ya le era conocida por tradición familiar, de parte de sus padres.

En todo caso podría ser que Jesús aguardara una señal para iniciar la misión de su Padre Dios de salvación del pueblo.

Jesús también se bautizó.

Entretanto Jesús aguardaba la señal, se mantenía en las actividades apropiadas y se formaba. Aprendía y discernía, para estar preparado.

mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espiritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto."

Jesús es confirmado. Su Espíritu es el del Señor. La teofanía intenta expresar algo inenarrable en forma escueta y sencilla. Jesús de su oración y de las aguas como recién nacido al Espíritu, emerge como el preferido Siervo de Yavé profetizado.

Los cristianos lectores de Lucas, se motivaban al escuchar de su maestro, sobre el sentido de su propio bautismo cristiano. Todos como Jesús se sentían hijos predilectos ahora en una recién estrenada vida del Espíritu.

Para ellos el agua ganaba en sentido bendito, con capacidades de regeneración, más allá de la muerte que podía infligir.

Como la muerte de su maestro Jesús, cuya muerte no pudo contener la vida definitiva que se adueñó de él para siempre.

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