sábado, 15 de enero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 1 de tiempo ordinario

Año Par

1Samuel 9, 1-19



REFLEXIÓN

Cuando Samuel vio a Saúl, el Señor le avisó: "Ese es el hombre de quien te hablé; ése regirá a mi pueblo

La elección del Señor es su decisión comunicada mediante un vocero. No es una canonización sino una oportunidad de darle gloria. En el desempeño de su misión puede fallar y quedar lejos del objetivo.

La llamada no es un blindaje contra los ataques a la misión, porque al elegido no se le ahorran trabajos y penas. Sólo se le dará fortaleza para sufrir y seguir adelante. Incluso se le pedirá cuenta de su infidelidad.

Quién puede trabajar por un Señor así, que no da seguridad de nada y la vida prometida es sólo eso: promesa?

No es fácil responder, antes mejor es callar y reflexionar de cara a la vocación a la que hemos sido llamados.

Pero quienes han completado su carrera y se han entregado a la misión, no se cambian por nada ni nadie. Y su gloria, su satisfacción se concreta en haber sido fieles a pesar de todo.

Salmo responsorial: 20



REFLEXIÓN

Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida y se la has concedido, años que se prolongan sin término

Es solamente una cara de la moneda, pero no toda la moneda. También hay frustraciones y fracasos en la misión. Sobretodo hoy cuando la autoridad que tradicionalmente se veía elegida por Dios, ha caído en descrédito y desprestigio y no se le guarda respeto.

Marcos 2,13-17



REFLEXIÓN

Jesús salió de nuevo a la orilla del lago

En el pequeño entorno en el que se desenvolvía Jesús, ni siquiera parecido a la gran cantidad de kilómetros que caminarán sus apóstoles.

Nunca una proporción tan pequeña produjo un impacto tan grande que llega hasta nosotros hoy.

Da que pensar lo lejos que llega el Señor desde nuestra insignificancia.

la gente acudía a él, y les enseñaba

Jesús está siempre disponible a recibir, atender y enseñar. Hay mucha simplicidad y falta de solemnidad, por contraste, en su modo de interactuar con todos.

Los fariseos eran los más letrados de su tiempo de modo que tenían prestigio y popularidad por su ciencia, ejerciendo un gran influjo en la gente.

Sin embargo se ve que Jesús tenía un algo más o un diferencial que le hacía congregar en torno a sí multitudes.

Cómo no levantar celos, resquemores, envidias así no hubieran motivos políticos en el acecho de escribas y fariseos.

Nosotros podemos hacer la prueba: vivamos dedicados y consagrados a una misión solidaria y experimentaremos la agitación del anti-reino en forma de conspiraciones, rumores, envidias, recelos, malos entendidos y prejuicios.

Porque el buen obrar siempre levantará una  oposición que lo intenta silenciar.

Jesús procede como un profesional terapeuta integral: explica y procede con la técnica. Pero se asegura de ser entendido, o al menos abrir horizontes de comprensión. No funciona como hechicero que oculta sus mañas, ni como brujo, que opera con un halo de tenebroso misterio. Su misterio o enigma es para abrir a la comprensión y la inteligibilidad. Habla a humanos que pueden comprender, si quieren. Y no se desvincula de lo que puede salir de esa comprensión: más bien insiste en que hay que sacar conclusiones para la vida.

vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: "Sígueme."

Jesús mira y rescata un potencial para el reino que para otros pasa desapercibido.

Con eso cumple a la perfección el modo de actuar del Padre que no hace acepción de personas.

En este relato vocacional tenemos una selección que se fija en una persona desprestigiada, despreciada por la población, y posiblemente bajo sospecha, sobre su honradez con el dinero. Un cobrador de impuestos era un colaboracionista que podía hacer fortuna, como comisión del cobro.

Qué diríamos hoy de una elección de un candidato moralmente indigno? Qué dirían los reclutadores de seminarios y comunidades religiosas, si hoy se criba al máximo para que no se cuele gente con malas recomendaciones, como pasa con los homosexuales? Una campaña que se ha radicalizado, porque ellos son el chivo expiatorio de los pedófilos, en la Iglesia?

Algunos letrados fariseos, al ver que comía con recaudadores y otra gente de mala fama, les dijeron a los discípulos: "¡De modo que come con recaudadores y pecadores!"

Comer era una acto de aceptación íntimo de un huésped, quien al participar de la mesa de su anfitrión, gozaba de una inmunidad como la de un santuario. Estaba protegido!

Jesús sembraba signos de contradicción y provocaba escándalo en las etiquetas de los grupos que definían quién era santo y justo, y quién no.

Hoy vivimos una época de rebeldía frente a los convencionalismos que dividen. Parece un influjo del mensaje de la buena nueva evangélica, que promueve un Reino de hermanos. Sólo que no hagamos de la capa un sayo, pretextando la justicia de la equidad e igualdad, si mantenemos la propia iniquidad.

Casta inferior, vitandos de la sociedad ejemplar: enfermos de VIH, gente de bajo los puentes, antisociales de diferente tipo, mujeres fáciles y embarazadas solteras. Todo aquél que represente un desafío porque requiere algo de solidaridad. Lo despreciable del mundo, como dijo Pablo, ha sido elegido. Para Gloria de Dios. Porque esos huesos se recubrirán con carne y espíritu.

Porque la envidia del buen obrar no descansa hasta encontrar una supuesta criminalidad o falta que desacredite la bondad.

Nuestro tiempo excedido en la dimensión mediática se nutre constantemente de escándalos, entre los cuales destacan las supuestas malas acciones de personas que se dedican al bien obrar.

El resultado ha sido la desconfianza de todo el que se dedique a la buena obra, porque se ve como refugio de criminales, hipócritas y depredadores.

La mentalidad de sospecha, la teoría de la conspiración, nos hace en este momento más meritorio hacer el bien

No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores

Es mejor afiliarse a esta categoría si queremos participar del don de Dios. Como cuando le dijo a Pedro, quien no se dejaba lavar los pies: Si no te dejas, no tendrás parte conmigo.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1482318575511773184?s=20

BEATO CARLO


 
De la carta de san Clemente primero, papa, a los Corintios
                                       (Cap. 31-33: Funk 1, 99-103)


POR LA FE DIOS JUSTIFICÓ A TODOS DESDE EL PRINCIPIO

Procuremos hacernos dignos de la bendición divina y veamos cuáles son los caminos que nos conducen a ella. Consideremos aquellas cosas que sucedieron en el principio. ¿Cómo obtuvo nuestro padre Abraham la bendición? ¿No fue acaso porque practicó la justicia y la verdad por medio de la fe? Isaac, sabiendo lo que le esperaba, se ofreció confiada y voluntariamente al sacrificio. Jacob, en el tiempo de su desgracia, marchó de su tierra, a causa de su hermano, y llegó a casa de Labán, poniéndose a su servicio; y se le dio el cetro de las doce tribus de Israel.

El que considere con cuidado cada uno de estos casos comprenderá la magnitud de los dones concedidos por Dios. De Jacob, en efecto, descienden todos los sacerdotes y levitas que servían en el altar de Dios; de él desciende Jesús, según la carne; de él, a través de la tribu de Judá, descienden reyes, príncipes y jefes. Y en cuanto a las demás tribus de él procedentes, no es poco su honor, ya que el Señor había prometido: Multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo. Vemos, pues, cómo todos éstos alcanzaron gloria y grandeza no por sí mismos ni por sus obras ni por sus buenas acciones, sino por el beneplácito divino. También nosotros, llamados por su beneplácito en Cristo Jesús, somos justificados no por nosotros mismos ni por nuestra sabiduría o inteligencia ni por nuestra piedad ni por las obras que hayamos practicado con santidad de corazón, sino por la fe, por la cual Dios todopoderoso justificó a todos desde el principio; a él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

¿Qué haremos, pues, hermanos? ¿Cesaremos en nuestras buenas obras y dejaremos de lado la caridad? No permita Dios tal cosa en nosotros, antes bien, con diligencia y fervor de espíritu, apresurémonos a practicar toda clase de obras buenas. El mismo Hacedor y Señor de todas las cosas se alegra por sus obras. El, en efecto, con su máximo y supremo poder, estableció los cielos y los embelleció con su sabiduría inconmensurable; él fue también quien separó la tierra firme del agua que la cubría por completo, y la afianzó sobre el cimiento inamovible de su propia voluntad; él, con sólo una orden de su voluntad, dio el ser a los animales que pueblan la tierra; él también, con su poder, encerró en el mar a los animales que en él habitan, después de haber hecho uno y otros.

Además de todo esto, con sus manos sagradas y puras, plasmó al más excelente de todos los seres vivos y al más elevado por la dignidad de su inteligencia, el hombre, en el que dejó la impronta de su imagen. Así, en efecto, dice Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.» Y creó Dios al hombre; hombre y mujer los creó. Y, habiendo concluido todas sus obras, las halló buenas y las bendijo diciendo: Creced y multiplicaos. Démonos cuenta, por tanto, de que todos los justos estuvieron colmados de buenas obras, y de que el mismo Señor se complació en sus obras. Teniendo semejante modelo, entreguémonos con diligencia al cumplimiento de su voluntad, pongamos todo nuestro esfuerzo en practicar el bien.