viernes, 28 de enero de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

LAS OVEJAS REBAÑO DE JESÚS ERAN MOTIVO DE AFAN PARA CARLO

Viernes III semana

De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50, 480-484)

Pablo, encerrado en la cárcel, habitaba ya en el cielo, y recibía los azotes y heridas con un agrado superior al de los que conquistan el premio en los juegos; amaba los sufrimientos no menos que el premio, ya que estos mismos sufrimientos, para él, equivalían al premio; por esto, los consideraba como una gracia.

REFLEXIÓN

La gracia más bien, y motivo de acción de gracias, es poder descodificar el sufrimiento de la persecución por la fe, como una bendición y señal del agrado del Padre. Sólo una gracia trastorna nuestra repugnancia al sufrimiento y la humillación, en un gozo que no queda a disposición de ninguna circunstancia adversa y mudable.

Sopesemos bien lo que esto significa. El premio consistía ciertamente en partir para estar con Cristo; en cambio, quedarse en esta vida significaba el combate; sin embargo, el mismo anhelo de estar con Cristo lo movía a diferir el premio, llevado del deseo del combate, ya que lo juzgaba más necesario.
Comparando las dos cosas, el estar separado de Cristo representaba para él el combate y el sufrimiento, más aún, el máximo combate y el máximo sufrimiento. Por el contrario, estar con Cristo representaba el premio sin comparación; con todo, Pablo, por amor a Cristo, prefiere el combate al premio.
Alguien quizá dirá que todas estas dificultades él las tenía por suaves, por su amor a Cristo. También yo lo admito, ya que todas aquellas cosas, que para nosotros son causa de tristeza, en él engendraban el máximo deleite. Y ¿para qué recordar las dificultades y tribulaciones? Su gran aflicción le hacía exclamar: ¿Quién sufre angustias sin que yo las comparta? ¿Quién es impugnado por el enemigo sin que esté yo en ascuas?

REFLEXIÓN

Es verdad. Muchos creyentes comprometidos con la evangelización en alguna de sus modalidades sienten mucha atracción por el trabajo que hacen en favor de la Iglesia, de las comunidades, de las personas. Y para nada piensan en premios o descansos, porque le urge atender a los más que pueda. No se les aplica aquello de que la religión es opio.

Os ruego que no sólo admiréis, sino que también imitéis este magnífico ejemplo de virtud: así podremos ser partícipes de su corona.
Y si alguien se admira de esto que hemos dicho, a saber, que el que posea unos méritos similares a los de Pablo obtendrá una corona semejante a la suya, que atienda a las palabras del mismo Apóstol: He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, que el Señor, justo juez, me otorgará aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que hayan esperado con amor su venida. ¿Te das cuenta de cómo nos invita a todos a tener parte en su misma gloria?
Así pues, ya que a todos nos aguarda una misma corona de gloria, procuremos hacernos dignos de los bienes que tenemos prometidos.
Y no sólo debemos considerar en el Apóstol la magnitud y excelencia de sus virtudes y su pronta y robusta disposición de ánimo, por las que mereció llegar a un premio tan grande, sino que hemos de pensar también que su naturaleza era en todo igual a la nuestra; de este modo, las cosas más arduas nos parecerán fáciles y llevaderas y, esforzándonos en este breve tiempo de nuestra vida, alcanzaremos aquella corona incorruptible e inmortal, por la gracia y la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén

jueves, 27 de enero de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Jueves 3 de tiempo ordinario

Año Par

2Samuel 7,18-19.24-29



REFLEXIÓN

"¿Quién soy yo, mi Señor, y qué es mi familia, para que me hayas hecho llegar hasta aquí?

Nuestra identidad, nuestra misión, nuestro sentido o propósito o proyecto de vida, desde la fe es una vocación. Un llamamiento del Señor. Una potencialidad de colaboración en el servicio a la creación.

No está reservada a notables exclusivamente, sino que es la herencia de cada ser humano antes, ahora y después, generación tras generación.

has hecho a la casa de tu siervo una promesa para el futuro, mientras existan hombres, mi Señor!

Cruza la individualidad en el aquí y ahora para proyectarse en la posteridad. Somos responsables de las futuras generaciones de hombres y mujeres.

La sensibilidad por la conservación de la naturaleza rescata en parte esta responsabilidad. porque nos recuerda que la fuentes de vida no son exclusivamente de la generación presente.

Has establecido a tu pueblo Israel como pueblo tuyo para siempre

El Israel de David se acercó como ninguno al sueño de la patria unida en torno a Yavé Rey, y a su vocación-misión mesiánica.

Una bendición para ese pueblo mientras mantuviera la orientación de siervo servidor y no de ideología monárquica.

Ahora, mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo

Nos tomará la existencia entera aprender a descifrar la promesa. en nuestras circunstancias históricas concretas y conocer la presencia permanente del Señor y su Espíritu, entre nosotros.

Salmo responsorial: 131



REFLEXIÓN

tenle en cuenta a David / todos sus afanes

Eso anhelamos y esperamos: que se nos tengan en cuenta los afanes por el reino, y no se nos juzgue como lo hace el mundo, por meras apariencias y circunstancias.

hasta que encuentre un lugar para el Señor

Nuestra buena voluntad deficitaria y precaria se orienta a buscarle lugar al Señor, sin darse cuenta de la necesidad de convertirse a encontrar la casa que el Señor ha dispuesto para nosotros. Esta gloria le pertenece a Él.

Marcos 4,21-25



REFLEXIÓN

Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz.

Cómo se puede descubrir lo que se hace a ocultas: solamente lo que se hace por solidaridad, pues en su momento brillará.

No por vanagloria sino por Espíritu de edificación.

La buena obra del reino se puede hacer con sigilo para evitar la presunción y la búsqueda de vanagloria, pero deja huella que acaba por darse a conocer.

No nos damos gloria pero el Señor nos cubre con la suya.

al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene

Tener y no tener qué? entrega, generosidad, solidaridad.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1486657396399382528?s=20