Viernes 7 de tiempo ordinario
Santiago 5,9-12
REFLEXIÓN
No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser
condenados
Un
tejido social constituído por elementos constantemente inconformes sin asomo de
paciencia no permite la convivencia pacífica y armoniosa, y nutre la violencia
fratricida.
ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que
hablaron en nombre del Señor
Es
sencillo decir cosas en nombre del Señor, atribuyéndose su inspiración, pero
sólo la vida ejemplar logra la credibilidad suficiente.
Llamamos dichosos a los que tuvieron constancia
Se trata
de la bienaventuranza y bendición que proporciona el Señor a sus siervos fieles
que cooperan con su designio caminando en la escucha de su Palabra.
vuestro sí sea un sí y vuestro no un no, para no exponeros a
ser juzgados.
El
discurso ordinario entre nosotros para convencer a otros suele nutrirse de gran
cantidad de palabras y matices. En eso mismo delata la falta de sinceridad en
la intención.
Salmo responsorial: 102
REFLEXIÓN
Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades;
/ él rescata tu vida de la fosa / y te colma de gracia y de ternura
Culpa,
enfermedad y fosa es el diagnóstico de la palabra sobre la condición básica de
los humanos en su tránsito histórico.
Perdona,
cura y rescata para una plenitud de gracia y ternura es la esperanza que nos
proveyó para salir adelante y coronar.
no está siempre acusando / ni guarda rencor perpetuo
Su
trascendencia es absoluta sobre todos nuestros constructos contaminados de
culpa.
Marcos 10,1-12
REFLEXIÓN
otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según
costumbre les enseñaba
Abierto
al encuentro con los demás durante su caminar, sin exclusiones, ni rechazos.
Una conducta que hace de Jesús un ser dispuesto y receptivo, que no se reserva
sino que se entrega para ayudar.
Son
muchos los que lo han seguido y continúan siguiendo, aun calladamente, porque
su ímpetu se mantiene inspirando energías generosas para colaborarle a los
otros en sus carencias.
Esta
actitud llevada a un límite suficiente, haría del planeta un lugar más
habitable para todos y todas, un lugar de fraternidad.
Lo que Dios ha unido, que no lo separe
el hombre
Jesús
distingue y profundiza. Una cosa es la concesión a la terquedad o dureza de
corazón, otra el designio de Dios, torcido por el hombre.
Porque
hay etapas cerriles en la evolución de la madurez espiritual humana en las que
el Señor es permisivo, esperando la conversión más profunda.
Nuestro
proceso es histórico, ni simultáneo, ni instantáneo, ni inmediato, de
ordinario.
"Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra,
comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se
casa con otro, comete adulterio."
Ambos
son tercos y comenten adulterio, en el sentido profundo de ir contra el
designio del Señor. Porque el adulterio como infidelidad y deslealtad a la
pareja es la dramatización de la infidelidad y deslealtad con el Señor, que nos
amó primero.
El
adulterio puede manifestarse como una debilidad carnal, para seres que no
remontan sus raíces evolutivas desde el animal, y en ese sentido inconscientes
e irresponsables.
Pero
puede ir más allá al convertirse en humillación, ofensa, maltrato e injusticia
con la pareja agraviada. Entonces muestra toda su malicia pervertida.
La
terquedad es empecinarse en el propio amor, querer e interés.
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