Miércoles 1 de Cuaresma
Jonás 3,1-10
REFLEXIÓN
Vino la palabra del Señor sobre Jonás
"¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!"
Uno es
el origen, la autenticidad, la autoridad, la fuerza de la Palabra. Otro es el
agente, la voz que se presta, el emisario, portavoz, o profeta que anuncia la
misma.
Otro el
contenido, el mensaje, el significado pertinente: aquí y ahora.
Esta
conjunción de variables puede hacer todo el asunto muy complejo y demandar un
prudente discernimiento.
Porque
hoy, en la actualidad, se dan anuncios del fin del mundo que algunos atienden,
y si suceden no se sabe, ni se nota, y más bien los agentes se desprestigian.
Quizás
los significados de fin del mundo deban abrirse a otras denotaciones: fin del
mundo fìsico o universo, fin de un orden conocido, fin de una hegemonía
política, social o cultural.
En un
sentido traslaticio se van dando en la historia varios fines del mundo: fin de
la monarquía absoluta, fin de la esclavitud.
Pero
serán fines en realidad o mutaciones? Una organización u orden puede finalizar
tal y como está consituída, pero da paso a otra modalidad de poder, hasta peor.
Así ha pasado con algunas revoluciones.
Pero la
Palabra a través de su agente, cuando es auténtica, despierta una esperanza de
cambio y concita una fe sólida, que afina la intuición, para un fin del mundo
según el Espíritu.
que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia
de sus manos;
quizá se
arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no
pereceremos
Porque
no es magia, ni automatismo, ni se da por descontado que los gestos de
conversión, son en realidad conversión auténtica. Incluso en ello debe
intervenir su misericordia: en ablandar nuestro corazón.
Porque
hoy como ayer para muchos, darle espacio al Señor en la consideración de los
acontecimientos es una señal de fe débil, e interesada y hasta mágica.
Porque
se sostiene una imagen de Dios que lo mantiene distante. Amoroso pero distante.
No involucrado ni interviniente.
Hay una
mala y defectuosa reflexión del Misterio y Trascendencia del Señor.
Porque
quien parece distante también es cercano. Quien es misericordioso, también es
exigente.
Jesús
plasma con cercanía y proximidad únicas, este misterio del Padre.
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron
de saco, grandes y pequeños
Con el
terremoto, maremoto y continuas réplicas en Japón, una de sus centrales
nucleares ha estado en crisis. Tanto, que alguien ha denominado “apocalipsis” a
esta crisis que puede ser de grandes proporciones.
Hay otras
calamidades en otros lugares, y muchos ven la mano del ser humano detrás de
ellas, en una u otra forma, por irresponsabilidad, ambición, codicia,
injusticia.
Qué
decimos los creyentes? O los que así nos consideramos? Somos creyentes para
asumir estas realidades como señales para una conversión? Estamos a tiempo para
ello? Será que la conversión deba ir más allá de la exclusiva actitud
individual? Hacia una mayor equidad en las riquezas de los pueblos y
sociedades?
vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se
compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a
Nínive, y no la ejecutó.
Más que
la Palabra en oráculo del profeta, este texto y libro es una narración o
ficción de sabiduría sobre un tipo de profeta que no entiende el Misterio del
Dios de Israel y termina aprendiéndolo.
Así es
nuestra fe con esperanza, esperanza contra expectativa, que va domando nuestra
rebeldía ante el Misterio del Padre, presente en nuestra historia, hasta que lo
aprendemos a lidiar, soportar, tolerar y por fin amar.
En la
narración de Jonás, que ubica su predicción en Nínive capital del Imperio
Asirio, en su momento de poder imperial, hasta el rey termina convirtiéndose al
Dios de Israel.
No hay
trazas históricas de una tal conversión colectiva. Se trata de un sueño, de un
deseo.
Pero es
revolucionario para los tiempos en que Israel hace su reflexión sapiencial, dos
o tres siglos antes de Cristo.
Porque
habla del perdón infatigable de Dios, quien siempre apuesta por él y que éste
alcanza también a los no israelitas, a los paganos, contra toda la opinión
pública que condena a los gentiles impuros.
Jesús
muestra en los evangelios ser sensible a estas proclividades del perdón y la
apertura, porque las enfatiza en su predicación.
Puede
ser que la conversión no dure gran cosa. Pero se hace con buena voluntad y
deseo sincero.
La
debilidad dará al traste muchas veces los mejores deseos. Sin embargo lo que
debe permanecer en pie es su misericordia eterna y nuestra fe en su asistencia
permanente.
Salmo responsorial: 50
REFLEXIÓN
Misericordia, Dios mío, por tu bondad
renuévame por dentro con espíritu firme;
La
firmeza que requerimos para avanzar, siquiera un milimetro en la dirección
pertinente.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; / un corazón
quebrantado y humillado, / tú no lo desprecias
En
nuestro mundo se dan contrastes.
Unos que
se sostienen en una opinión que condena a individuos y grupos, cuyas acciones
son condenables y punibles.
Otros
que lavan su imagen hasta el extremo de no admitir sus culpas, para no verse
humillados y dar así la razón a sus oponentes.
Hay
miedo a perdonar y a pedir perdón en casos concretos. Quizá en teoría pensemos
que no es así.
Porque
al hacerlo perdemos imagen, que en nuestro ethos epocal es más importante que
la identidad.
Un fe
sólida se construye sobre la muerte permanente de la propia iniquidad e
injusticia. Sin ello no es posible un cambio verdadero.
Por el
llanto y el arrepentimiento. Pero también porque preferimos otro enfoque, otra
visión, otra lógica, otro Logos: Jesús, su crucifixión, muerte y resurrección.
Lucas 11,29-32
REFLEXIÓN
la gente se apiñaba alrededor de Jesús
En los
evangelios se dan detalles descriptivos incidentales, que revelan en su
brevedad, mucho sobre Jesús y su impacto en las personas.
A Jesús
se lo comían vivo. Se esperaba mucho de él. Las gentes adherían a su persona,
en su permanente necesidad de todo: enseñanza, pan, afecto, sanación.
Ha
pasado esta vigencia de Jesús, ha expirado? Lo que nos entrega la comunidad de
creyentes a través del tiempo no corresponde más a la descripción que ahora
leemos? Aún es tiempo y es oportuno rodearlo con nuestros anhelos y sueños, y
necesidades? Será entonces por eso menos valiosa y auténtica nuestra fe en él?
Esta generación es una generación perversa. Pide un signo,
pero no se le dará más signo que el signo de Jonás
Mucho se
le demandaba a Jesús de Nazaret con el apiñamiento alrededor suyo. Quizás hasta
se oye con gusto, a pesar de no pretender cambiar en nada.
Sólo los
que entran en el misterio pascual de Jesús: muerte y resurrección, logran
entender y sumarse al verdadero cambio.
Sin
embargo hay un caveat, cuidado. No toda adhesión es de buena ley, puede
pervertirse, si echa fuera de sí la consideración de la crucifixión, muerte y
resurrección del Señor Jesús.
En el
Señor se da mucho más que el pan y el bienestar de este mundo. Su propuesta es
una vida integral, trascendiente, completa. Un morir, entregar una vida, para
vivir otra mejor.
ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí
hay uno que es más que Jonás
Nuestra
dureza de corazón para convertirnos con la buena nueva del reino es demencial,
cuasi patológica. Causa el asombro del mismo Jesús.
La
resurrección de Jesús puede llegar a ser, cuando es creída, el sentido de la
existencia humana y la entrada en el Misterio del Padre.
Apiñarse
junto a Jesús y no cambiar de vida es un contrasentido, una perversión. Y no
prevalecerá.
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