viernes, 25 de marzo de 2022

PALABRA COMENTADA

 

La Anunciación

Isaías 7,10-14;8,10



REFLEXIÓN

"Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo."

En la peregrinación de la fe, ante dilemas que plantean una decisión importante, pedimos una señal para no errar, para acertar, para alinearnos con el beneplácito del Señor, que intuímos será nuestra realización.

Ignacio de Loyola, hombre de fe, en su minucioso seguimiento de las señales del Espíritu, plasmó reglas que tampoco son evidencias absolutas, pero se pueden considerar aproximaciones a la voluntad de Dios.

En ese ensayo Ignacio daba por sentado la comunicación y comunicabilidad del Espíritu del Señor al espíritu del creyente, a la fe activa.

Y mientras mantenía su foco en las manifestaciones relevantes de la sicología humana e intentaba descodificar su signo espiritual para entender a Dios, también se esforzaba por hacerse sensible y disponible mediante el afinamiento que aporta el distanciamiento del propio amor, querer e interés.

"No la pido, no quiero tentar al Señor."

No hay regla fija, ni ubicación permantente en una actitud. Igual parecería prudente la respuesta de Acaz. Pero en esta coyuntura no lo era, porque el Señor por Isaías le manifestó su insistencia en darle una señal.

En este momento Acaz es sinónimo de hipocresía, porque una señal será el llamado para su propio compromiso y responsabilidad.

El Señor está presto a darnos muestras de su presencia amorosa, pero no sin algún tipo de involucramiento de nuestra parte en su designio.

¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal

Esa insistencia del Señor por salvarnos se propone en este texto. No está harto de nosotros porque no queramos una señal, sino por la poca fe que se resiste a aceptar la voluntad amorosa de salvación: Él sí quiere salvarnos, pero nosotros no lo dejamos!

Jesús mostrará ese cansancio o fastidio: dar señales que no llevan a un compromiso del beneficiario.

En nuestro servicio apostólico, por la construcción del Reino olvidamos que las señales que se brindan: comida,vestido, sanación, solidaridad…no son fines en sí, no son compra de conciencias ni de favores, son llamadas a un compromiso de ulterior solidaridad y conversión.

El Señor busca que su amor sea compartido fraternalmente, y no que se continúe la opresión de unos contra otros.

Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros

Pueblo de dura cerviz significa testarudo, aunque más bien debería ser testa-duro. No le gusta inclinar la cabeza, porque siente humillación, disminución.

En la historia bíblica, paradigma de una historia de salvación que hacemos todos, se da una tensión permanente entre el Designio del Señor y Padre y la testadurez de los que en principio aceptaron creer y obedecer, pero en el camino se encabritan.

Hay dos personajes en esta historia, entre otros, con los que nos quedamos en la etapa de la nueva alianza de esta historia salvífica: Jesús y María de Nazareth.

Y al enfocarnos en su fe-obediencia-colaboración con el Designio-reinado del Señor, caemos en cuenta que ellos cristalizan y consolidan expectativas y anhelos de logro de salvación en la historia.

Ellos recogen anuncios y profecías previos, para darles en su realidad toda la luminosidad y comprensión y así dar con el sentido total de la buena nueva.

Jesús y María de Nazareth son una pareja que salva, de acuerdo a la primera reflexión post-evangelios del siglo segundo. Son la re-edición de la primera pareja Adán y Eva.

Para nuestro siglo tan ávido de protagonismo femenino por encima del masculino se trata de un mensaje de colaboración, no de usurpación.

Igualmente, Jesús en su cuadrante cultural, no representó tampoco la dominancia del macho de la cultura patriarcal, sino que más bien tejió relaciones de colaboración con mujeres de su época.

Porque la colaboración es fraternización para hacer comunidad de ágape. Es el antídoto contra la dura cerviz egocéntrica.

La dinastía de David se mantendrá, es un significado inmediato.

Una mujer,María, dará a luz el mesías, Jesús de Nazareth.

Emmanuel sigue viniendo, en clave de la Palabra Encarnada, en nuestros días y en todo tiempo, porque la oferta de Salvación se mantiene y el Señor no se cansa de acudir.

También pudo haber dicho: la muchacha, la adolescente. Hoy el embarazo de adolescentes puede erigirse como señal ambivalente: por un lado muestra la erosión de la familia, en la que hijos e hijas desde temprano incursionan en el sexo fácil, que sus mayores les inculcan por no ofrecerles afecto y apoyo.

Por otro puede darnos a entender la vida desbordante que sobrepuja la muerte, a pesar de los abortos en cantidades industriales que practican nuestras sociedades.

Salmo responsorial: 39



REFLEXIÓN

Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, / y, en cambio, me abriste el oído; / no pides sacrificio expiatorio, / entonces yo digo: "Aquí estoy."

Tú quieres disponibilidad: no tanto lo que se nos ofrece, sino lo que nos inspiras y hacia lo que nos llamas.

No todo está en la Palabra escrita, porque hay que escucharla cuando se aviva en la existencia, en el prójimo, el/la/los/las que se aproximan para que les sirvamos a su salvación.

Ignacio de Loyola creador de los Ejercicios Espirituales esperaba que la mínima Compañía de Jesús fructificara apostólicamente fundada en la disponibilidad: siempre estar dispuesto para dirigirse a la obra que el acompañante superior decidiera finalmente, aunque hiciera consultas, porque en fe se tomaba esa decisión como voluntad de Dios.

Es una muestra de la colaboración con el reino del Padre, que practicaron Jesús y María de Nazareth.

Para eso son sus señales: para abrirnos el oido y hacer su voluntad.

llevo tu ley en las entrañas

Así es la ley que se adhiere a las entrañas.

he contado tu fidelidad y tu salvación, / no he negado tu misericordia y tu lealtad / ante la gran asamblea

Esto es lo mínimo: confesarlo. Esta también es la cima: seguirlo confesando hasta el final.

La liturgia como inicio de su voz y nuestra escucha como pueblo, y como final también. Como cosecha del envío a hacer su voluntad.

Hebreos 10,4-10



REFLEXIÓN

"Aquí estoy yo para hacer tu voluntad."

Antes que Jesús lo expresó María de Nazareth. Y su disponibilidad fundamentó y amamantó la disponibilidad del hijo Jesús.

Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

Nuestro hermano, la Palabra encarnada nos ha donado el Espíritu que la vivifica en nuestras entrañas.

También somos capaces de vivir el “aquí estoy para hacer tu voluntad”

Santificados, consagrados, orientados desde el fondo de nuestro ser al servicio de su voluntad, de su designio.

Como quebradas, arroyos, riachuelos y afluentes, nos vamos uniendo al gran caudal de aguas corriente abajo, hasta desembocar en el mar.

Lucas 1,26-38



REFLEXIÓN

se llamaba María

María como toda mujer que reformulará su rol en una sociedad para contribuir a la salvación.

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo

Se trata de un gozo anunciado, pero que deberá apropiarse en la vivencia y en la existencia.

Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél

El buen ángel puede turbar, incluso a personas de buen vivir, en la medida que impacta y cambia la orientación de sus vidas.

María es para nosotros desde entonces el paradigma de la sabiduría discerniente colaboradora del verbo encarnado.

Nos enseña a historizar el designio. El Señor se deja llevar por este discernimiento.

No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios

Parece un lenguaje cortesano, cuando no era cualquiera el que podía hablar al Soberano, ni obtener su atención.

Es una expresión de la dedicación amorosa de un gran Señor hacia una sierva, al modo de Ester mujer del rey persa.

¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?

Es la señal de la voluntad del Señor envuelta en circunstancias muy difíciles para María la casadera.

María, la sabia, interpela el supuesto plan de Dios, para hacerlo un designio realizable.

Pone la dosis de realismo, que transfiere cualquier sueño a la realidad de la existencia, para que no quede en una ilusión.

No ejercerá una maternidad mágica ni narcisista, que esquiva el desafío de la realidad, sino todo lo contrario.

Con ella preguntaremos siempre: Cómo será esto…? Por lo pronto ella no conoce varón.

Sabe que no se ha acostado con José ni con nadie, aunque las circunstancias externas, estar embarazada, la incriminen ante los demás.

ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible

Se le da una señal que anima su incipiente apertura de fe

El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios

para Dios nada hay imposible

Si nuestra fe es disponibilidad entonces encarna la Palabra para el mundo.

Porque en nuestra fe y obras colaboramos con la consolidación de la fraternidad.

Estamos celebrando la vida nueva de Jesús. Y recordar la encarnación es abrirnos a todo el fulgor y brillo de su Palabra como obra del Espíritu en colaboración de María.

hágase en mí según tu palabra

El sí definitivo de María, la madre creyente que hace suyo el “aquí estoy para hacer tu voluntad”, con toda su complejidad histórica.

Y se entrega al designio, a colaborarle y hacerlo vida concreta. María es así el correlato de Jesús quien en el salmo ha expresado que ha venido a hacer su voluntad.

Se presenta así la pareja que reversa una historia triste desde el principio: hombres y mujeres que no escuchan la palabra y no la ponen en práctica.

Todos los seres humanos en su diversidad cuentan para la salvación, y ninguna exclusión social, cultural, económica, política o religiosa es determinante para ello, porque la salvación es un don de amor del Padre en Jesucristo.

María es un gesto de inclusión de esa diversidad, como otros que Jesús obrará en su vida, y la comunidad de su Espíritu deberá realizar a través de la historia.

La inclusión en sus luchas debe ser discernida como un servicio de liberación que nos llama a conformar una sola fraternidad, con un solo Padre, en el paradigma de su hijo Jesús de Nazaret

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1507325097920581635?s=20&t=9-i4jd1CvQb6WetbO5_S7g

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Gregorio Magno Morales 13,21-23

El bienaventurado Job, que es figura de la Iglesia, unas veces se expresa como el cuerpo y otras veces como la cabeza, de manera que mientras está hablando en nombre de los miembros, de repente se eleva hasta tomar las palabras de la cabeza. Por esto dice: Todo esto lo he sufrido aunque en mis manos no hay violencia y es sincera mi oración. Sin que hubiera violencia en sus manos, tuvo que sufrir también aquel que no cometió pecado, ni encontraron engaño en su boca, a pesar de lo cual arrostró el dolor de la cruz por nuestra redención. Fue el único entre todos los hombres, que pudo presentar a Dios súplicas inocentes, porque hasta en medio de los dolores de la pasión rogó por sus perseguidores diciendo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. ¿Qué es lo que puede decirse o pensarse de más puro en una oración que alcanzar la misericordia para aquellos mismos de los que se está recibiendo el dolor?

REFLEXIÓN

Lo más puro, es aquí lo más contrastante, porque el que recibe daño perdona, no retalla.

Será que subrepticiamente, vilmente, busca un alivio de sus sufrimientos, dando lástima, y apareciendo víctima. Sería un pensamiento digno de una teoría de la conspiración, que mira detrás del enunciado algún secreto gusto, placer, desquite o venganza.

Pero no, en es te sentenciado la suerte está echada y no podrá conseguir ningún alivio.

Por lo tanto parece que su perdón es puro. Así vista las cosas no hay nada que parezca puro, ni que convenza, porque enfermos estamos de suspicacia.

Así, la misma sangre de nuestro Redentor, que los perseguidores habían derramado con odio, luego convertidos, la bebieron como medicina de salvación y empezaron a proclamar que él era el Hijo de Dios. De esta sangre, pues, se dice con razón: ¡Tierra, no cubras mi sangre, no encierres mi demanda de justicia! Al hombre que pecó se le había dicho: Eres polvo, y al polvo te volverás. Por ello, nuestra tierra no oculta la sangre de nuestro Redentor, ya que cada pecador que asume el precio de su redención, la confiesa y la alaba y la da a conocer a su alrededor a cuantos puede. La tierra tampoco oculta la sangre de nuestro Redentor, ya que también la Iglesia anuncia el misterio de la redención en todo el mundo. Fíjate también en lo que se añade después: No encierres mi demanda de justicia. Pues la misma sangre de la Redención que se recibe es la demanda de justicia de nuestro Redentor. Por ello dice también Pablo: La aspersión de una sangre que habla mejor que la de Abel. De la sangre de Abel se había dicho: La sangre de tu hermano me está gritando desde la tierra. Pero la sangre de Jesús es más elocuente que la de Abel, porque la sangre de Abel pedía la muerte de su hermano fratricida, mientras que la sangre del Señor imploró la vida para sus perseguidores.

REFLEXIÓN

La alabanza de la sangre como tema de salvación ha sido proscrita por la sensibilidad en el mundo de hoy. La repugnancia de los genocidios y matanzas, a manos de la humanidad en diferentes lugares y tiempos, ha revuelto el estómago y lo sigue revolviendo . Pero con mayor razón se habla de una sangre que no grita sino que perdona, y fin del conflicto. Tenemos en nuestro poder la poción mágica de la paz de las guerras: la sangre pacífica, la sangre perdonadora, la que no persuade de venganza.