jueves, 21 de abril de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


San Cirilo de Jerusalén Catequesis de Jerusalén 20, Mystagogica 2,4-6

Fuisteis conducidos a la santa piscina del divino bautismo, como Cristo desde la cruz fue llevado al sepulcro. Y se os preguntó a cada uno si creíais en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Después de haber confesado esta fe salvadora, se os sumergió por tres veces en el agua y otras tantas fuisteis sacados de la misma: con ello significasteis, en imagen y símbolo, los tres días de la sepultura de Cristo. Pues así como nuestro Salvador pasó en el seno de la tierra tres días y tres noches, de la misma manera vosotros habéis imitado con vuestra primera emersión el primer día que Cristo estuvo en la tierra, y, con vuestra inmersión, la primera noche. Porque como el que anda durante el día lo percibe todo, del mismo modo en vuestra inmersión, como si fuera de noche, no pudisteis ver nada; en cambio al emerger os pareció encontraros en pleno día; y en un mismo momento os encontrasteis muertos y nacidos, y aquella agua salvadora os sirvió a la vez de sepulcro y de madre.

REFLEXIÓN

La catequesis mistagógica, pedagogía del misterio, nos da pistas mediante alusiones a imágenes y símbolos, de realidades ocultas a la evidencia de nexos causales positivos, históricos, legales, lógicos.

Más se acerca la poesía, como dicho que invoca realidades y las presenta por gratificaciones estéticas, que se nos hacen presentes y amadas.

Incluso el rito bautismal occidental para infantes, muestra tres chorros de agua sobre su cabecita, invitándonos a traer a la memoria la inmersión y emersión, entrada de muerte en el agua y salida de vida por el Espíritu, todo bajo el conjuro de la Palabra, que no pasa, como la humana.

 Por eso os cuadra admirablemente lo que dijo Salomón, a propósito de otras cosas: Tiempo de nacer, tiempo de morir; pero a vosotros os pasó esto en orden inverso: tuvisteis un tiempo de morir y un tiempo de nacer, aunque en realidad un mismo instante os dio ambas cosas, y vuestro nacimiento se realizó junto con vuestra muerte. ¡Oh maravilla nueva e inaudita! No hemos muerto ni hemos sido sepultados, ni hemos resucitado después de crucificados, en el sentido material de estas expresiones, pero, al imitar estas realidades en imagen hemos obtenido así la salvación verdadera.

REFLEXIÓN

Se trata de la Imitatio: copia o aproximación a  un original, en este caso Jesús de Nazareth. La copia en una etapa de la antigua retórica, que debe producir un discurso no plagiado sino propio, pero que arranca con la copia.

Cristo sí que fue realmente crucificado y su cuerpo fue realmente sepultado y realmente resucitó; a nosotros, en cambio, nos ha sido dado, por gracia, que, imitando lo que él padeció con la realidad de estas acciones, alcancemos de verdad la salvación. ¡Oh exuberante amor para con los hombres! Cristo fue el que recibió los clavos en sus inmaculadas manos y pies, sufriendo grandes dolores, y a mí, sin experimentar ningún dolor ni ninguna angustia, se me dio la salvación por la comunión de sus dolores. No piense nadie, pues, que el Bautismo fue dado sólamente por el perdón de los pecados y para alcanzar la gracia de la adopción, como en el caso del bautismo de Juan, que confería sólo el perdón de los pecados; nuestro bautismo, como bien sabemos, además de limpiarnos del pecado y darnos el don del Espíritu es también tipo y expresión de la Pasión de Cristo. Por eso Pablo decía: ¿Es que no sabéis que los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo Jesús fuimos incorporados a su muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte.

REFLEXIÓN

Tipo o figura, que representa misteriosamente, como en anticipo, de forma incompleta.

miércoles, 20 de abril de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Miércoles de la octava de Pascua

Hechos 3,1-10



REFLEXIÓN

subían al templo Pedro y Juan, a la oración de media tarde

La práctica piadosa de los discípulos se mantuvo cerca de la matriz judía, que habían conocido desde antes. En vida Jesús no los había impulsado a desgajarse o separarse del creyente judío común, aun cuando en el judaísmo de entonces, como en el de ahora, se entrecruzaran varias corrientes y estilos de fe y vida.

Las circunstancias históricas y también las provocadas por la misma evangelización apostólica, irán modificando el escenario de su existencia ordinaria, hasta llegar al punto de la separación entre cristianos y judíos.

Podemos reflexionar en modo semejante con amplitud y tolerancia de las divisiónes que se han ido dando en la historia de la comunidad cristiana.

Sin embargo hoy sentimos la necesidad histórica y de fe en promover y procurar la unión de las divisiones, para restaurar la buena nueva del reino en su integridad, y que todos seamos uno como el Señor Jesús y el Padre.

para que pidiera limosna a los que entraban

La perspectiva del inválido era la limosna pero el Señor fue más allá

Pedro, con Juan a su lado, se le quedó mirando y le dijo: "Míranos."

Pedro es hombre de acción. Con Juan forman el paradigma del amor perfecto: contemplativos operantes. No es contemplar primero para luego dar, que es un modo. Sino en el dar contemplar ignaciano.

"No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar."

Pero más allá de la división y la confrontación por razones de credo el Espíritu de Jesús les inspiraba su misericordia para sanar, fuera quien fuera.

Ese mismo Espíritu que sigue hoy haciendo confluir personas de toda raza, credo y nación en las buenas obras, sobretodo para quienes más vulnerables son y menos esperanza pueden tener.

A partir de ahora, con la presencia del Jesús viviente en el Espíritu, el Reino se hace en su nombre.

El lisiado mendigo pensaba hacer ese día lo de siempre. Pero se acordó el Señor de él, y a través de los apóstoles, en nombre de Jesús, fue curado. No lo esperaba, no lo pidió. El Señor se le atravesó.

El Señor también se atraviesa hoy, en nuestro tiempo, y hace falta abrir los ojos para reconocerlo. Podría ser una lección de Pascua: Jesús vivo deambula por la existencia humana y se muestra salvador en muchas coyunturas. Solo hay que abrir los ojos y alabarlo por su intervención.

Es su voluntad intervenir, ni siquiera hay que hacer cola, ni rogativas, ni esforzarse hasta la extenuación para que lo haga.

Lo suyo es intervenir, sanar, curar, hacer vivir a plenitud, amar.

Y cuando no es así, qué pasa? Debe tener un sentido, que hay que develar con su ayuda. Y aún en ello alabarlo, porque es su intervención-no intervención amorosa.

Agarrándolo de la mano derecha lo incorporó

Pedro no se anda con chiquitas. Quiere estar seguro de que Jesús va a confirmar su ímpetu de curar. Un poco como en las bodas de Caná cuando María dijo sencillamente a los sirvientes: hagan lo que les diga. En la confianza que Jesús no la dejaría mal. Porque no trabajaban para sí y su gloria, sino para extender el reino.

Al instante se le fortalecieron los pies y los tobillos, se puso en pie de un salto, echó a andar y entró con ellos en el templo por su pie, dando brincos y alabando a Dios

Es todo un proceso de curación, sin sensacionalismos mágicos.

Esto es pascua de resurrección: ver su intervención y poderla leer en los acontecimientos de la historia. Leer, gustar, acatar y promover la historia de salvación en la historia a secas.

Salmo responsorial: 104



REFLEXIÓN

Gloriaos de su nombre santo, / que se alegren los que buscan al Señor. / Recurrid al Señor y a su poder, / buscad continuamente su rostro. R.

Alabarle y darle gracias debe ser como respirar: debe darse aunque no nos demos cuenta.

Él es La relación: la más fundamental, la más básica, la más amorosa.

En esta relación la importancia está más allá de lo que da, porque Él es el Totalmente Otro insustituíble.

buscad continuamente su rostro

Es nuestra tarea diaria y constante: buscar su rostro en todo.

él gobierna toda la tierra

El testimonio de fe y confianza en este gobierno es necesario para un mundo cerrado en su poder y un hacer, incluso bien intencionado, pero que no se abre a la posibilidad de Alguien que interviene para mejor.

Se acuerda de su alianza eternamente

Él no olvida, a pesar de nuestros olvidos.

ES firme en su presencia salvadora y favorable.

Lucas 24,13-35



REFLEXIÓN

iban comentando todo lo que había sucedido

En el proceso de comunicación humana, que busca sentido a la realidad circundante de la que somos parte, no siempre damos con un significado definitivo. Más bien nos paralizamos en el estupor, el asombro, la incertidumbre.

Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos

La presencia de Jesús no requiere de invitación expresa: se da entre quienes se juntan en su nombre, asi sea para echar de menos su ausencia. O lo que llamamos ausencia.

La presencia de Jesús no siempre es una voz interna que puede ser la propia. Es una densidad, una fortaleza del mi mismo que ya no se siente solo. Es como un cambio en el ser, asi sea temporalmente percibido.

Él se acerca sin ser invitado e interviene, para dar sentido acabado y pleno a las inquietudes levantadas en el diálogo de los discípulos.

Es su ofrecimiento abierto: ser clave de interpretación de toda realidad como puente al sentido salvífico, que le dé salida a la existencia humana, y la arranque de las tinieblas.

sus ojos no eran capaces de reconocerlo

Los discípulos creían que ya no tenían maestro y discutían sin reconocerlo. No habían tenido la última lección: el maestro en novedad de existencia convivía con ellos para seguirlos guiando en la lectura de la historia.

Una analogía nos puede iluminar sobre la peculiaridad de esta etapa de la historia de la salvación.

Los padres, maestros, tutores, guías y líderes de alguna especie no son necesarios para siempre: se internalizan mediante la educación y la reflexión, de tal manera que después están presentes, en otra forma, sus criterios para seguir decidiendo con madurez.

Ignacio  en sus Ejercicios y en la vida toda de sus asociados, recomendaba el reflexionar y sacar provecho, para incoar y fortalecer la interior ley de la caridad que debía conducir al religioso por la madurez evangélica, aun con la ausencia física de su superior.

Así Jesús de Nazareth, en el desapego de su presencia física pero en la novedad de apego de su existencia en el Espíritu, se internalizaba en sus seguidores.

Él les preguntó: "¿Qué?"

En boca de Jesús se muestra una pedagogía básica y necesaria: aunque pueda saber lo que pasó, se desea escuchar cómo lo percibe la gente. Porque más que la información importa la percepción, las emociones y expectativas asociadas. No siempre son fieles los hermanos  a esta metodología por presunción o por fastidio u otra causa. Se cree saber lo que pasa, sin importar cómo lo percibe el hermano.

profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo

Se podría decir que se sienten decepcionados de lo que parecía ser Jesús, y lo que acarrearía a los que le acompañaban y creían en él, y cómo eso se fue a pique para él y para ellos. Se manifiesta una frustración, un proyecto truncado o destruído, un plan y significado de vida abortado, una desorientación por el futuro en base al fracaso del presente.

Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel.

Todo un proyecto-país que se derrumbó. Sin la suficiente fe en Dios, los hombres carecen de la distancia necesaria respecto a sus ambiciones más caras, incluso las que camuflan sus intereses personales. Esa falta de distancia crítica, la ausencia de autocrítica, los hace vulnerables, ciegos o miopes, guias ciegos de otros ciegos.

Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron."

Unos lo ven y otros no, aun siendo espectadores del mismo hecho: no estaba en la tumba. Ver lo profundo es don del Señor.

Como el suceso de las torres gemelas en Nueva York el 11 de setiembre tuvo varios escenarios: las torres, el pentágono, el avión que se estrelló en otro lugar, también secuestrado.

Así el acontecimiento de la Resurrección del Señor tuvo varias apariciones al parecer simultáneas en diferentes escenarios y con diferentes testigos. En la confluencia de testimonios entendieron que era un asunto verdadero, de dimensiones incalculables.

¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?

La clave de la historia salvífica que Jesús aprendió con lágrimas, la dona a sus seguidores: la “necesidad” de la cruz para la gloria. Pablo de Tarso también expresara, así de claro, este novedoso evangelio.

Con esta comprensión se recorre la historia de Israel y la propia de la comunidad creyente, unificando el designio del Padre.

La aporía o callejón sin salida que se presenta en el drama humano constantemente, a la vez que es la experiencia límite de la impotencia, desde nuestra debilidad de carne(nefesh), es la certeza de fe, frágil en vasos de barro, sobre la salida que se podrá dar desde la salvación del Señor. A pesar de las apariencias, sí hay salida! sí hay salvación!

les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.

Una de las señales del que ve, es la clave hermenéutica de las escrituras, en el misterio pascual de Jesús.

El acompañamiento que Jesús viviente hace es el de la unificación de la palabra de Dios en su persona y en su misión.

"Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída."

Otra es la vivencia de compañía que alienta y levanta el deseo positivo de vivir.

A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron

El encuentro camino, la eucaristía camino, la presencia de Jesús el resucitado camino. Si es Jesús, potencia su seguimiento y el trabajo por el Reino.

Hasta que se da una plena y feliz identificación. Un proceso que puede llevar tiempo.

"¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?"

Ese ardor del corazón cuando leemos las escrituras es nuestra afirmación escatológica, nuestra señal gratuita, de una compañía del Espíritu de Jesús. Una señal del buen espíritu.

Es una señal de la Palabra cuando se comunica con nuestra profundidad que escucha. Nos dispone a un seguimiento.

al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros

Se invierte la tendencia al aislamiento y el apartamiento para buscar de nuevo la comunidad.

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