miércoles, 18 de mayo de 2022

BEATO CARLO


 
De la Carta a Diogneto
(Cap. 5-6: Funk 1, 317-321)

 

LOS CRISTIANOS EN EL MUNDO

 

Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.

 

Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.

 

Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida.

Los judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.

 

Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo. El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres.

 

El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar.

martes, 17 de mayo de 2022

 

Martes 5 de Pascua

Hechos 14,19-28



REFLEXIÓN

diciéndoles que hay que pasar (tlipsis: persecuciones, aflicciones, angustia, agotamiento, peligro, dolor, penuria, miseria) mucho para entrar en el reino de Dios

No se trata de un proceso simple. Porque es por fe, no por magia.

Una actitud vital que interpela el flujo de la vida y la historia, para hallar sentido de Dios, del Reino de Dios. El reino de paz, amor, justicia.

Un afrontamiento que requiere nutrir la fe con oración y sacrificio de alteridad- sin sentido masoquista o narcisista - para que no desmaye en el sendero.

Puede ser de otro modo? Que sea bravío este caminar no significa que sea infeliz y amargo. Más bien hay un gozo que desde dentro anima.

La fe es combativa, no para agredir ni conculcar, sino para afirmar la verdad del Reino, transgrediendo las ideologías.

No es un ejercicio de voluntarismo, o de terquedad y empecinamiento autoafirmativo.

Es un don que nace de lo profundo donde habita el Espíritu. Una posesión libre y suave. No pareciera que de tal sencillez brotara tamaña fortaleza.

En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído

De nuestra parte el don de la buena noticia requiere un apoyo histórico para permanecer abierto en el tiempo a las culturas. Un mínimo de organización es crucial.

Hoy se discute si el modelo de monarquía absoluta es apto aún para la comunidad de creyentes.

Tal jerarquización parece más propia de una liturgia palaciega solemne, que la convivencia fraterna de los creyentes que muestran al Señor Jesús presente en la manera como se aman.

Si como otras cosas en la historia, tal modelo pasara como un motivo de recuerdo, este mensaje sería tomado en serio entre los pueblos?

Como una luz que parece desmayar, se volvería anodina en cuanto punto de referencia para creyentes y no creyentes?

Tendría visibilidad histórica suficiente para llamar a la conciencia como testigo tenaz del Padre Madre amoroso ?

El modelo monárquico, producto de la formación cultural del Espíritu, mantiene siquiera pálidamente, el vínculo con el mensaje de Jesús de Nazaret. Por lo menos para mostrar cuán lejos se está de hacerlo vida y sangre.

El modelo así llamado monárquico es bíblico en la medida que debió reflejar la supremacía del Señor y Creador. El rostro humano a prima facie, intentó expresar la justicia y el derecho divinos. Pero la concreción histórica siempre mostró, y muestra, un déficit en esa encarnación.

Jesús también fue interpretado como rey, por propios y extraños, mas una realeza fiel al Reino del Padre Madre.

Hoy la insistencia por otros modelos no elimina de raíz el problema del déficit de toda organización humana para revelar la justicia de Dios.

les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe

Sentido de fe para ver en el discurrir de la vida del grupo, en sus emociones, sus acciones y sus palabras, lo que el Señor va construyendo, y alabarlo y darle gracias.

Lo que Dios va haciendo por caminos en los que surgen obstáculos que pueden disuadir de su derrotero, y hacer dudar de su designio.

Porque la fe que pone en práctica la salvación en la existencia va discerniendo dia a dia, paso a paso, las señales y superando las dificultades con el soporte del Espíritu.

Salmo responsorial: 144



REFLEXIÓN

proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas

La creación, habiendo salido buena de mano del Creador, alaba y señala los caminos del Señor.

Hay por eso una liturgia, como obra del pueblo de Dios, que se ofrece cuando la creación se admira, se custodia, se perfecciona y se respeta.

Y otra liturgia, en sinergia con la anterior, que se procesa cuando públicamente la comunidad creyente alaba y se regocija con las intervenciones salvíficas del Señor, en la historia.

Así Creación e Historia tienen su liturgia mediante la que se celebra e impulsa la transformación hacia el Reino de Dios.

Tal organización debe ayudar a captar la gloria del reinado del Señor.

Los políticos que interpretan las desilusiones del poder, pretenden ganarlo sin el oropel y boato de los rituales de poder. Pero una vez ganado entran en ese lenguaje de ostentación.

Es una tentación en la que ha caído la monarquía absoluta cristiana con frecuencia.

Juan 14,27-31ª



REFLEXIÓN

La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo

Nace un nuevo modo de concebir paz. Paz de Dios, del Padre, del Hijo y del Espíritu.

Paz originaria de cualquier otra, inspiración de una justicia y misericordia genuinas.

Ella late en el fondo de las frustraciones que la justicia y paz del mundo procesan.

Ella llena los ojos de lágrimas de los bienaventurados de las bienaventuranzas. Lágrimas para acelerar la llegada de la Paz del Señor.

Por eso ha quedado entre nosotros la Paz propia de Jesús de Nazareth, el hijo de Dios.

Porque en alguna forma la tenemos y echamos de menos su desarrollo pleno.

Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde

Hay temblores involuntarios. Pero la convicción del corazón es territorio de la fe en el Señor. Esa no debe temblar.

Cómo no alegrarse con el hermano mayor, con nuestra estirpe, coronada a la diestra del Padre? Porque allí con él estamos todos.

Una paz que expulsa el temor de los esclavos por el patrón.

se acerca el Príncipe del mundo

Ese no se ha ido y hay que contar con él y sus estrategias.

Pero hasta él volverá a tener su oportunidad de reconciliación, porque si no el guión no estaría completo.

Jesús descendió a los infiernos para vaciarlo. Es parte de la obra total de salvación. Setenta veces siete, es decir siempre, es la oferta de salvación.

Ese principado malévolo es delegado. A su sombra se ofrece el amor del Padre, quien por encima vigila. Forma parte de su designio amoroso. Le está subordinado.

Solo que no nos acostumbramos a verlo así y nos mete temor o nos seduce su poder, aun subordinado. Es como el mal administrador, que se emborracha y golpea a los demás servidores.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1526524245613989889?s=20&t=z1wvhiGsHXVpcIC0OrCcKw