Ascensión del Señor C
Hechos de los apóstoles 1, 1-11
REFLEXIÓN
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí de todo lo que
Jesús fue haciendo y enseñando hasta el día en que dio instrucciones a los
apóstoles, que había escogido, movido
por el Espíritu Santo, y ascendió al cielo.
Jesús es
un modelo de persona que exhibe la complacencia del Padre, porque acepta ser
movido por su Espíritu Santo, y espera por eso su gloria, la que comparte el
Padre con él.
El
espacio tiempo que vivimos se enorgullece en muchos cuya gloria se manifiesta
en una autosuficiencia y autonomía radical, que no permite ser movida por
nadie.
Una
forma nueva de agradar al Padre y seguir a Jesús? Se descarta el modelo de
Jesús para continuar con los viejos Adán y Eva?
Se les presentó
después de su pasión, dándoles numerosas
pruebas de que estaba vivo, y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les
habló del reino de Dios.
También
es un testimonio que será desechado y descartado por varios en todos los
tiempos, para quienes Jesús murió sin remedio, y lo que siguió es una patraña.
Hay
quienes nunca creerán y hasta dejarán de creer, hasta que les llegue su hora
del juicio de conciencia.
Una vez que comían
juntos,
La vida
corriente del Jesús resucitado continuó compartiendo actos de fraternidad entrañable
porque comían juntos.
Enseñaba
lo primordial de una comunidad que se agrupaba en su nombre: el ágape fraterno,
reflejo del ágape divino.
les recomendó: "No os alejéis de Jerusalén;
Son
alentados a permanecer en Jerusalén, aunque otras fuentes subrayan Galilea.
Preferencia de autores? Discrepancia de testimonios? Simultaneidad de acciones
gloriosas de Jesús?
aguardad que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que yo os he hablado. Juan bautizó con
agua, dentro de pocos días vosotros seréis bautizados
con Espíritu Santo."
Siglos
antes en la época profética se había popularizado la creencia sobre un tiempo
en el futuro cuando sobrevendría el Espíritu de Yavé sobre todos como una nueva
alianza.
Se
anuncia pues el cumplimiento de esa promesa mediante el bautismo en el
Espíritu, que se contrapone y supera el de agua.
En qué o
cómo lo supera? La pista puede venir de la promesa profética: se distribuirá un
Espíritu que cambie el corazón de piedra, inclinado a la dureza, por un tierno
corazón de carne. Para convertir los creyentes en seres con entrañas, que aman
entrañablemente a otros.
Ellos lo rodearon preguntándole: "Señor, ¿es ahora
cuando vas a restaurar el reino de Israel?"
La
novedad de los acontecimientos vividos no alcanza a disipar ciertas inquietudes
humanas naturales propias de cualquier movimiento por el cambio social.
Son
muchos los que al prestarse con cierta generosidad a contribuir en una nueva
construcción más cerca del ideal de sociedad, retienen la inquietud sobre lo
que les tocará en suerte, como pago a sus servicios.
Así los
discípulos esperarían este momento como el anhelado para quedar asegurados en
sus beneficios.
Los
beneficios de la restauración de un reino como el de David donde ellos tendrían
una posición de importancia.
Incluso
en la versión ignaciana de las dos banderas el llamamiento del Señor conlleva
una promesa de gloria, después de padecer con él por el reino.
Cuál es
el imaginario de la gloria personal en el que sueña cada creyente, ejercitante,
seguidor de Jesús de Nazareth?
Porque
son muchos los que enuncian su gloria como la propia del triunfo de una causa,
diluyéndose aparentemente sus ambiciones en una glorificación colectiva.
Serán
sinceros y honestos? Habrán depuestos sus ambiciones individuales? O se
silencia ese aspecto para no desprestigiar la utopía proclamada?
Es la
simulación clásica de la clase política en muchos lugares hoy en día. Incluso
la de otros políticos que denuncian esas ambiciones, pero esconden las propias.
Jesús contestó: "No os toca a vosotros conocer los tiempos y las fechas que el
Padre ha establecido con su autoridad. Cuando el Espíritu Santo descienda sobre
vosotros, recibiréis fuerza para ser mis testigos en Jerusalén, en toda Judea,
en Samaria y hasta los confines del mundo."
Bautizarse
en el Espíritu es crucial también para identificarse con el tiempo del Padre, y
renunciar al aislamiento del propio tiempo.
Porque
el nuestro a lo más que llega hoy en día es a concebirlo como relatividad.
El del
Padre es eterno.
Sólo su
Espíritu nos enseña a adecuarnos. Salir de la urgente relatividad y
orientarnos a la plenitud de eternidad.
Dicho esto, lo vieron levantarse,
hasta que una nube se lo quitó de la vista. Mientras miraban fijos al
cielo, viéndolo irse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que
les dijeron: "Galileos, ¿qué hacéis
ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir
al cielo volverá como le habéis visto
marcharse."
Ha
llegado el momento del desapego. Tras el duelo habrá que retomar la demandante
cotidianidad. Es parte de la misión del Espíritu movernos hacia esos objetivos.
Por eso
nos ayuda en nuestro discernimiento a desengañarnos de nuestras concepciones
cíclicas sobre el cielo, la gloria, el allá arriba, que pueden resultar
evasiones de la cotidianidad y su intransigente ritmo.
Pero
también ese Espíritu nos susurra al corazón una esperanza sobre la venida del
amado y su nueva presencia entre nosotros.
Llegó el
momento de crecer.
Salmo responsorial: 46
REFLEXIÓN
Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de
trompetas
El salmo
puede reflejar una coyuntura específica: la peregrinación del arca a Jerúsalén
cuando no había templo.
Se
trataba de la experiencia de una divinidad en movimiento, llevada y acompañada
por el pueblo, que descansaba en su presencia la seguridad de saberse defendido
de los enemigos.
Re
editada esta imagen en el relato de la ascensión puede conservar algunos rasgos
que importa.
La
divinidad que se asome en Jesús no es como la de un templo, estática y silente,
a la espera de homenajes y sacrificios.
Es
alguien diferente, capaz de compartirse en comidas, y pertenecer a otro eón sin
perder contacto.
Puede
vivir su gloria sin olvidarse de los que aún peregrinan. Lo cual mueve a
reflexión porque los grandes de este mundo olvidan los más pequeños sin gloria.
Hebreos 9, 24-28; 10, 19-23
REFLEXIÓN
sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios,
intercediendo por nosotros
Para los
neo cristianos se trataba de una propuesta imprescindible para posicionar su fe
con un carácter definitivo y radical.
No es
cualquier cielo el que alcanza Jesús de Nazareth cuando asciende, sino el
mismísimo habitáculo del Dios de Dioses, y Señor de Señores.
Y no es
sólo que importe para acreditar la excelencia de la nueva fe, sino que que
además le aporta al creyente lo que ninguna otra creencia podrá: la intercesión
salvífica infalible de un mediador insustituíble.
para destruir el pecado
Por lo
tanto el pecado tampoco retoñará. Ha sido segado de raíz tras esa intervención
definitiva y absoluta de Dios en Jesús.
La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a
los que lo esperan, para salvarlos
La
segunda venida tiene la importancia de la coronación de una obra en
construcción: el reino de Dios. Y este proyecto ya dejó por fuera el pecado,
porque no es un material apto.
Lucas 24, 46-53
REFLEXIÓN
se volvieron a Jerusalén con gran alegría
Todo
desapego, toda separación, todo duelo será superado por su elección y su
misión.
Sabernos
amados y enviados para la construcción de su reino de fraternidad puede
llenarnos de gozo, mientras peregrinamos en la historia.
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