sábado, 4 de junio de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Sábado 7 de Pascua

Hechos 28,16-20.30-31



REFLEXIÓN

tuve que apelar al César; aunque no es que tenga intención de acusar a mi pueblo

enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbos

El imperio de por sí no es el imperialismo, sino que se puede prestar tanto a mal como a la expansión del Reino, porque por encima está el Señor de la historia.

Ni tampoco el error de los dirigentes, y coyunturalmente del pueblo significa la condenación de un pueblo que es potencialmente superior en sus reservas de buena voluntad.

Pablo pudo ser censurado por sus compatriotas por acudir, aunque legalmente, a la autoridad romana, para dirimir una querella solo judía, al parecer.

por la esperanza de Israel llevo encima estas cadenas

Sin embargo a la postre, su proceder le permitió extender la misión hasta el final de su vida y seguir proclamando el reino de Jesús.

Un discurso que es una inspiración para la convivencia ecuménica e interreligiosa.

A los judíos de Jerusalén se contraponen los de Roma que parecen acudir donde Pablo y al menos escuchar sus intenciones.

Era lo común entonces entre los judíos de Jerusalén y de la diáspora, cierta diferencia en cuanto a la guarda estricta de la fe.

Los judíos de la diáspora como lo fue Pablo, eran más flexibles y cosmopolitas, habituados a tratar con otras ideas y mentalidades diferentes.

Los de Jerusalén, en cierta forma provincianos, eran más ortodoxos y rígidos, por ser la sede del poder teocrático, celosos guardianes de la soberanía del templo.

Hoy podríamos ver judíos más ortodoxos y más abiertos. Con éstos el cristianismo puede convivir pacíficamente, y buscar juntos la promesa que el Señor hizo a nuestros padres.

Igualmente con otros credos, más flexibles que los integristas y fundamentalistas, podemos armonizar, basados más en lo que nos une que en lo que nos separa.

Pablo intenta hacer ver a judíos de Roma que la esperanza de Israel es Jesús de Nazaret, el Cristo, y que denunciar a los judíos de Jerusalén contribuye al mejor interés de Israel.

Una situación difícil, con circunstancias que aparentan traición a la patria y los padres de la promesa.

Frente a ello una resolución valiente y clara de Pablo, cuya conciencia no le reprocha deslealtad sino cumplimiento del Designio.

predicándoles el reino de Dios y enseñando lo que se refiere al Señor Jesucristo con toda libertad

Pablo muestra hasta el final su misión, aunque cambie de trinchera: mientras haya voz dar testimonio de la fe en Jesús.

Salmo responsorial: 10



REFLEXIÓN

al que ama la violencia él lo odia. / Porque el Señor es justo y ama la justicia: / los buenos verán su rostro

Hoy en día la convivencia pluralista de religiones, enfocadas más en lo que une que en lo que separa, se muestra como el camino real hacia la justicia del Señor, y así evitar la violencia de cualquier tipo, en particular, la que pretende violentar las conciencias.

Este es un camino de Espíritu Santo, que persuade los corazones desde dentro, sin violentarlos.

El creyente cabal y justo deberá discernir cuál es el camino más apto para vivir esta justicia del Espíritu.

Discernimiento que debe apartar de cualquier fundamentalismo que niegue centrarse más en lo que une que en lo que separa.

Hoy en día entre los católicos, ante la cantidad de creyentes que migran hacia iglesias evangélicas pentecostales, se da la tentación de la apologética fundamentalista, centrada en afirmar, más verbalmente que en la práctica, una supuesta ortodoxia.

Incluso cuentan con líderes eclesiásticos y laicos que se dejan tentar por esta corriente.

Por este camino podemos terminar violentando las conciencias y formando alianzas con extremismos políticos que degeneran en guerras.

Debe evitarnos entrar en el camino de la violencia y padecerla, a menos que podamos dar testimonio de nuestra fe en Jesús, el hijo.

Cuando revisamos la historia de nuestras plegarias y las intenciones que hemos puesto en ellas, descubrimos cómo ha ido el Señor dando respuesta a la vez que mostrando su camino.

Juan 21,20-25

REFLEXIÓN

Al verlo, Pedro dice a Jesús: "Señor, y éste ¿qué?

De acuerdo a algunos estudiosos este versículo entre otros parecidos es un vestigio de la rivalidad temprana de las iglesias fundadas por los apóstoles. En particular de las petrinas y las joaneas.

Desde el principio del camino se dio la diversidad de expresiones de fe y carismas, en principio para beneficio y bendición del pueblo de Dios.

Asi como en el principio de la creación, el enemigo del reino de la nueva creación se presentó para dañar y sembrar cizaña, suscitando competencia, emulación y envidias.

Por eso la diversidad que representa el reflejo de la multiforme riqueza de la Palabra se puede prestar para la división y los mezquinos egoísmos.

Hoy en día, vivimos un momento de comunicación en el que se recurre a discrepar para dialogar. Es una peculiar dialéctica de comunicación.

Puede prestarse a discrepar por amor a la verdad que debemos buscar entre todos, o a la competencia, envidia y descalificación de cualquier otro que no sea yo.

Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué? Tú sígueme

Esta Palabra nos aprovecha en ese sentido. Porque si asumimos nuestro destino y misión, y respetamos su viabilidad en otros, lograremos una unidad mayor, basados en lo que nos une.

no le dijo Jesús que no moriría, sino: "Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?

Probablemente a la muerte del discípulo amado su comunidad debió aclarar el sentido del dicho de Jesús.

Más bien habría que subrayar en el contexto de una cultura de lo social y colectivo, que la vocación es individual, y se refiere a una decisión personal.

No deberíamos desdibujar, ni minimizar esta realidad para no debilitar la importancia de nuestras decisiones y compromisos personales.

Pedro no es el discípulo amado, se llame Juan o en otra forma. Cada uno tiene su relación propia con Jesús, y eso hace de la misión algo único e irrepetible.

Un rumor no es necesariamente una verdad. Buscar y aguardar por ella es un signo de nuestra pertenencia a la Verdad, Jesús de Nazaret. De que su Espíritu está con nosotros.

Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero

Nuestra garantía en la fe, es la cadena testimonial que va confirmando un camino.

Así el evangelista, apóstol o no, es certificado por unos seguidores, que también tienen otros y así se va haciendo la cadena de gracia en la historia humana, disponible para el que crea.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1533042176057303040?s=20&t=LMEr8Cf8eBRSeoUK--R2CA

BEATO CARLO



 De los Sermones de un autor africano del siglo sexto
                       (Sermón 8, 1-3: PL 65, 743-744)


LA UNIDAD DE LA IGLESIA SE MANIFIESTA EN LA PLURALIDAD DE LENGUAS

Los apóstoles se pusieron a hablar en todas las lenguas. Así quiso Dios, por aquel entonces, significar la presencia del Espíritu Santo, haciendo que todo el que lo recibía hablase en todas las lenguas. Hay que entender, queridos hermanos, que se trata del Espíritu Santo por el cual el amor de Dios se derrama en nuestros corazones.

Y, ya que el amor había de congregar a la Iglesia de Dios, extendida por todo el orbe de la tierra, del mismo modo que entonces cada persona que recibía el Espíritu Santo podía hablar en todas las lenguas, así ahora la unidad de la Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, se manifiesta en la pluralidad de lenguas.

Por tanto, si alguien nos dice: «Has recibido el Espíritu Santo, ¿por qué no hablas en todas las lenguas?», debemos responderle: «Hablo ciertamente en todas las lenguas, ya que pertenezco al cuerpo de Cristo, esto es, a la Iglesia, que habla en todas las lenguas. Lo que Dios quiso entonces significar por la presencia del Espíritu era que la Iglesia, en el futuro, hablaría en todas las lenguas.» De este modo se cumplió lo que había prometido el Señor: Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, sino que se ha de echar en odres nuevos; así se conservan las dos cosas.

Con razón algunos, al oír que los apóstoles hablaban en todas las lenguas, decían: Están llenos de mosto. Es que se habían convertido ya en odres nuevos, renovados por la gracia santificadora, para que, llenos del vino nuevo, esto es, del Espíritu Santo, hablaran llenos de ardor en todas las lenguas, prefigurando así, por aquel evidentísimo milagro, la catolicidad de la Iglesia, que había de abarcar a los hombres de toda lengua.

Celebrad, pues, este día, conscientes de que sois miembros del único cuerpo de Cristo. No lo celebraréis en vano, si procuráis ser lo que celebráis, viviendo unidos a la Iglesia, a la cual el Señor, llenándola del Espíritu Santo, reconoce como suya, a medida que se va esparciendo por todo el mundo, Iglesia que, a su vez, lo reconoce a él como su Señor. Como el esposo no abandona a su propia esposa ni admite que sea sustituida por otra. A vosotros, hombres de todas las naciones, que sois miembros de Cristo, que constituís el cuerpo de Cristo, la Iglesia de Cristo, la esposa de Cristo, os dice el Apóstol: Sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos por mantener la unidad del Espíritu, con el vinculo de la paz.

Fijaos que al precepto de la mutua tolerancia añade la mención del amor, y cuando habla de la solicitud por la unidad hace referencia al vínculo de la paz. Tal ha de ser la casa de Dios, edificada con piedras vivas, para que el padre de familia se complazca en habitar en ella, y sus ojos no tengan que contemplar con disgusto su división y su ruina.