lunes, 5 de septiembre de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 


Lunes, XXIII semana

San León Magno Sermón sobre las bienaventuranzas 95,8-9

 Con toda razón se promete a los limpios de corazón la bienaventuranza de la visión divina. Nunca una vida manchada podrá contemplar el esplendor de la luz verdadera, pues aquello mismo que constituirá el gozo de las almas limpias será el castigo de las que estén manchadas. Que huyan, pues, las tinieblas de la vanidad terrena y que los ojos del alma se purifiquen de las inmundicias del pecado, para que así puedan saciarse gozando en paz de la magnífica visión de Dios. Pero para merecer este don es necesario lo que a continuación sigue: Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios. Esta bienaventuranza, amadísimos, no puede referirse a cualquier clase de concordia o armonía humana, sino que debe entenderse precisamente de aquella a la que alude el Apóstol cuando dice: Estad en paz con Dios, o a la que se refiere el salmista al afirmar: Mucha paz tienen los que aman tus leyes, y nada los hace tropezar. Esta paz no se logra ni con los lazos de la más íntima amistad ni con una profunda semejanza de carácter, si todo ello no está fundamentado en una total comunión de nuestra voluntad con la voluntad de Dios.

REFLEXIÓN

La voluntad de Dios, es el santo grial de la espiritualidad. La brújula del peregrinaje de fe hacia el absoluto. Todo esfuerzo será poco para ubicar en todo momento de la existencia la voluntad de Dios. Así como un buscador de posición satelital ubica donde sea la presencia del objetivo seguido, así la sensibilidad creyente amaestrada por la influencia del Espíritu de Dios, ubica la señal de es voluntad de Dios. Quizás los más a través de los mandamientos y leyes entendemos del grueso o de esa voluntad, los avanzados vibran con las señales en mínimas evidencias, sutiles insinuaciones, gestos imperceptibles que brinda el Misterio de Dios para que nos le acerquemos. Jesús fue el sumo maestro del hallazgo de es voluntad del Padre, cuando en el Huerto de los Olivos, en medio de una angustia profunda exclamó: no se haga lo que yo sino lo que tú. Y cuando al cabo de todo cerró el ciclo de su vida fiel declarando: todo se ha cumplido.

EJERCICIOS ESPIRITUALES

 

[110] LA SEGUNDA CONTEMPLACION ES DEL NASCIMIENTO.

Oración. La sólita oración preparatoria.

REFLEXIÓN

[110] Se anuncia la segunda contemplación.

[111] 1º preámbulo. El primer preámbulo es la historia: y será aquí cómo desde Nazaret salieron nuestra Señora grávida quasi de nueve meses, como se puede meditar píamente asentada en una asna, y Joseph y una ancila, levando un buey, para ir a Bethlém, a pagar el tributo que César echó en todas aquellas tierras, núm. [264].

REFLEXIÓN

. [111] Hoy es importante la verdad histórica, teniendo por tal el texto evangélico, sin glosas devocionales o novelescas.

[112] 2º preámbulo. El 2º: composición viendo el lugar; será aquí con la vista imaginativa ver el camino desde Nazaret a Bethlém, considerando la longura, la anchura, y si llano o si por valles o cuestas sea el tal camino; asimismo mirando el lugar o espelunca del nacimiento, quán grande, quán pequeño, quán baxo, quán alto, y cómo estaba aparejado.

REFLEXIÓN

[112] En la medida de lo posible ayuda ilustrarse un poco sobre los lugares santos en Israel, para una composición de lugar más arraigada a la geografía.

[113] 3º preámbulo. El 3º será el mismo y por la misma forma que fue en la precedente contemplación.

[114] 1º puncto. El primer puncto es ver las personas, es a saber, ver a nuestra Señora y a Joseph y a la ancila y al niño Jesú después de ser nascido, haciéndome yo un pobrecito y esclavito indigno, mirándolos, contemplándolos y sirviéndolos en sus neccessidades, como si presente me hallase, con todo acatamiento y reverencia possible; y después reflectir en mí mismo para sacar algún provecho.

[115] 2º puncto. El 2º: mirar, advertir y contemplar lo que hablan; y reflitiendo en mí mismo, sacar algún provecho.

[116] 3º puncto. El 3º: mirar y considerar lo que hacen, así como es el caminar y trabajar, para que el Señor sea nascido en summa pobreza, y a cabo de tantos trabajos, de hambre, de sed, de calor y de frío, de injurias y afrentas, para morir en cruz; y todo esto por mí; después reflitiendo sacar algún provecho spiritual.

REFLEXIÓN

[113] [114] [115] [116] Zambullirse en la posible realidad y animarla con la imaginación proporcionada a los datos del relato y otras fuentes respetuosas de la verdad histórica.

[117] Coloquio. Acabar con un coloquio, así como en la precedente contemplación y con un Pater noster.

REFLEXIÓN

[117] Un coloquio es una conversación suave y serena, con afectos, que aviva la relación única que experimentamos ante la presencia del Señor. Entonces podemos hacer conciencia que se trata esta relacíón – fuera de serie- de algo más que pedir y solicitar. Con el corazón en la mano, como hablan los amigos, las parejas, en una intimidad donde sabemos que no cabe la evasión o el disimulo. Esta relación de centro a centro, es un don y una gracia cuando se da entre los hermanos y hermanas de la fe, cuánto más cuando se trata del Padre Celestial, de su Hijo amado, Jesús de Nazareth, de su Espíritu de Amor y de la Madre de Jesús, tan cercana y amada por la Sma.Trinidad.