domingo, 9 de octubre de 2022

DOCTORES DE LA IGLESIA

 

Domingo, XXVIII semana

San Cirilo de Alejandría Comentario sobre el libro del profeta Ageo 14

La venida de nuestro Salvador en el tiempo fue como la edificación de un templo sobremanera glorioso; este templo, si se compara con el antiguo, es tanto más excelente y preclaro cuanto el culto evangélico de Cristo aventaja al culto de la ley o cuanto la realidad sobrepasa a sus figuras. Con referencia a ello, creo que puede también afirmarse lo siguiente: El templo antiguo era uno solo, estaba edificado en un solo lugar, y sólo un pueblo podía ofrecer en él sus sacrificios. En cambio, cuando el Unigénito se hizo semejante a nosotros, como el Señor es Dios: él nos ilumina, según dice la Escritura, la tierra se llenó de templos santos y de adoradores innumerables, que veneran sin cesar al Señor del universo con sus sacrificios espirituales y sus oraciones

REFLEXIÓN

Que haya templos que veneran y adoran a Cristo es una maldición? Hoy así parece. Más bien que el celo por los templos oculte la realidad del Cristo en la víctima, si es una aberración. Que la desviación de algo bueno, incurra en algo no tan bueno, es para corregir, no para destruir. Los templos y sus comunidades, ayudan en medio de las sociedades a hacer memoria del mensaje de salvación que consiste en la fraternidad, la justicia, el amor y la paz. Y con ello a oponerse al mensaje de guerra y opresión. Mucho pero sería sin ellos, sin quitar que siempre hay que purificarlos de toda corrupción, y a sus ministros y a sus comunidades.


EJERCICIOS ESPIRITUALES

 


REGLAS-1ªSEMANA

[313] REGLAS PARA EN ALGUNA MANERA SENTIR Y COGNOSCER LAS VARIAS MOCIONES QUE EN LA ANIMA SE CAUSAN: LAS BUENAS PARA RESCIBIR Y LAS MALAS PARA LANZAR; Y SON MAS PROPIAS PARA LA PRIMERA SEMANA.

REFLEXIÓN

[313] La primera semana es un momento de conversión espiritual y tiene mucho que ver con la propia e intransferible conciencia de responsabilidad frente al modo como se ha ido viviendo la oferta de la gracia y la misericordia del Señor, en la realización del decálogo, los sacramentos, consigo y los demás, por acción u omisión. 

[314] 1ª regla. La primera regla: en las personas que van de peccado mortal en peccado mortal, acostumbra comúnmente el enemigo proponerles placeres aparentes, haciendo imaginar delectaciones y placeres sensuales, por más los conservar y aumentar en sus vicios y peccados; en las quales personas el buen spíritu usa contrario modo, punzándoles y remordiéndoles las consciencias por el sindérese de la razón.

REFLEXIÓN

[314] La autocomplacencia frente al dolor de corazón. Hay que tomar en cuenta que vivimos un momento de confusión y desafío a lo tradicional, y para las nuevas generaciones se impone una pastoral previa, sobre que les ayude a clarificar su responsabilidad ética: fortalezas y debilidades.

[315] 2ª regla. La segunda: en las personas que van intensamente purgando sus peccados, y en el servicio de Dios nuestro Señor de bien en mejor subiendo, es el contrario modo que en la primera regla; porque entonces propio es del mal espíritu morder, tristar y poner impedimentos inquietando con falsas razones, para que no pase adelante; y propio del bueno dar ánimo y fuerzas, consolaciones, lágrimas, inspiraciones y quietud, facilitando y quitando todos impedimentos, para que en el bien obrar proceda adelante.

REFLEXIÓN

[315] Para much@s el camino de bien en mejor consiste en preocuparse por los demás, en particular de los más vulnerables y la dimensión estructural del pecado, y en segundo lugar, toda la problemática sexual, que consideran en muchos sentidos algo menos importante, a menos que se dañe a otra persona: p.e: abuso de menores, violaciones, ofensas a la mujer. En cierta forma la ponderación de lo mortal y lo venial se ha modificado, para algunos convenientemente, en la apreciación de l@s creyent@s de las nuevas generaciones.  

[316] 3ª regla. La tercera de consolación spiritual: llamo consolación quando en el ánima se causa alguna moción interior, con la qual viene la ánima a inflamarse en amor de su Criador y Señor, y consequenter quando ninguna cosa criada sobre la haz de la tierra puede amar en sí, sino en el Criador de todas ellas. Assimismo quando lanza lágrimas motivas a amor de su Señor, agora sea por el dolor de sus peccados, o de la passión de Christo nuestro Señor, o de otras cosas derechamente ordenadas en su servicio y alabanza; finalmente, llamo consolación todo aumento de esperanza, fee y caridad y toda leticia interna que llama y atrae a las cosas celestiales y a la propia salud de su ánima, quietándola y pacificándola en su Criador y Señor.

REFLEXIÓN

[316] Como espíritus encarnados una moción interior se dará a conocer- de ordinario- por medio de nuestra conciencia, que involucra nuestra sicología. De ahí la cautela antes de tomar por consolación un fenómeno que se reduce a un estímulo sicológico.

[317] 4ª regla. La quarta de desolación spiritual: llamo desolación todo el contrario de la tercera regla; así como escuridad del ánima, turbación en ella, moción a las cosas baxas y terrenas, inquietud de varias agitaciones y tentaciones, moviendo a infidencia, sin esperanza, sin amor, hallándose toda perezosa, tibia, triste y como separada de su Criador y Señor. Porque así como la consolación es contraria a la desolación, de la misma manera los pensamientos que salen de la consolación son contrarios a los pensamientos que salen de la desolación.

REFLEXIÓN

[317] Cabe igual precaución.

[318] 5ª regla. La quinta: en tiempo de desolación nunca hacer mudanza, mas estar firme y constante en los propósitos y determinación en que estaba el día antecedente a la tal desolación, o en la determinación en que estaba en la antecedente consolación. Porque así como en la consolación nos guía y aconseja más el buen spíritu, así en la desolación el malo, con cuyos consexos no podemos tomar camino para acertar.

REFLEXIÓN

         [318] Se trata de una distinción básica y suficiente, para los que inician un itinerario espiritual a conciencia, es decir, en la etapa de conversión inicial, mientras nos ocupamos de purificar nuestros crasos errores y fallas en nuestra fidelidad a las líneas gruesas de nuestro peregrinaje: los mandamientos la alianza, nuestra afrenta al amor a Dios y al prójimo.

[319] 6ª regla. La sexta: dado que en la desolación no debemos mudar los primeros propósitos, mucho aprovecha el intenso mudarse contra la misma desolación, así como es en instar más en la oración, meditación, en mucho examinar y en alargarnos en algún modo conveniente de hacer penitencia.

REFLEXIÓN

[319] Mudarse contra la desolación y los consejos u orientaciones que fluyen de allí, es una lucha a la que se nos convoca para no decaer en el bien obrar.

[320] 7ª regla. La séptima: el que está en desolación, considere cómo el Señor le ha dexado en prueba en sus potencias naturales, para que resista a las varias agitaciones y tentaciones del enemigo; pues puede con el auxilio divino, el qual siempre le queda, aunque claramente no lo sienta; porque el Señor le ha abstraído su mucho hervor, crecido amor y gracia intensa, quedándole tamen gracia sufficiente para la salud eterna.

REFLEXIÓN

[320] La pedagogía ignaciana trabaja en el tesón para tal lucha. Se trata de ir ganando una mayor adultez en el caminar de la fe, la esperanza y la caridad o ágape, más orientada a trabajar por convicción, aun sin devoción.

[321] 8ª regla. La octava: el que está en desolación, trabaxe de estar en paciencia, que es contraria a las vexaciones que le vienen, y piense que será presto consolado, poniendo las diligencias contra la tal desolación, como está dicho en la sexta regla.

REFLEXIÓN

[321] La paciencia frente a la adversidad, incluso interna, es una lucha a favor del bien obrar.

[322] 9ª regla. La nona: tres causas principales son porque nos hallamos desolados: la primera es por ser tibios, perezosos o negligentes en nuestros exercicios spirituales, y así por nuestras faltas se alexa la consolación spiritual de nosotros; la segunda, por probarnos para quánto somos, y en quánto nos alargamos en su servicio y alabanza, sin tanto estipendio de consolaciones y crescidas gracias; la tercera, por darnos vera noticia y cognoscimiento para que internamente sintamos que no es de nosotros traer o tener devoción crescida, amor intenso, lágrimas ni otra alguna consolación spiritual, mas que todo es don y gracia de Dios nuestro Señor, y porque en cosa ajena no pongamos nido, alzando nuestro entendimiento en alguna soberbia o gloria vana, attribuyendo a nosotros la devoción o las otras partes de la spiritual consolación.

REFLEXIÓN

[322] Como en otras cosas de la vida corriente, vivida espiritualmente con fe, hay que asumir la responsabilidad que nos quepa, humildemente, para seguir creciendo hacia la adultez de fe.

[323] 10ª regla. La décima: el que está en consolación piense cómo se habrá en la desolación que después vendrá, tomando nuevas fuerzas para entonces.

REFLEXIÓN

  [323] En nuestro peregrinaje no todo es llano y nivelado, sino con subidas y bajadas. La expectativa del camino que falta, debe ser realista, para preparar nuestra fortaleza.

[324] 11ª regla. La undécima: el que está consolado procure humiliarse y baxarse quanto puede, pensando quán para poco es en el tiempo de la desolación sin la tal gracia o consolación. Por el contrario, piense el que está en desolación que puede mucho con la gracia sufficiente para resistir a todos sus enemigos, tomando fuerzas en su Criador y Señor.

REFLEXIÓN

[324] Afincarse en el terreno conocido de mi yo verdadero, sin falsearse. La adultez de la fe requiere madurez síquica, ordinariamente.

[325] 12ª regla. La duodécima: el enemigo se hace como muger en ser flaco por fuerza y fuerte de grado, porque así como es propio de la muger, quando riñe con algún varón, perder ánimo, dando huída quando el hombre le muestra mucho rostro; y por el contrario, si el varón comienza a huír perdiendo ánimo, la ira, venganza y ferocidad de la muger es muy crescida y tan sin mesura; de la misma manera es propio del enemigo enflaquecerse y perder ánimo, dando huída sus tentaciones, quando la persona que se exercita en las cosas spirituales pone mucho rostro contra las tentaciones del enemigo haciendo el oppósito per diametrum; y por el contrario, si la persona que se exercita comienza a tener temor y perder ánimo en sufrir las tentaciones, no hay bestia tan fiera sobre la haz de la tierra como el enemigo de natura humana, en prosecución de su dañada intención con tan crecida malicia.

REFLEXIÓN

  [325] La comparación con la mujer sólo es posible en una cultura machista. Sobran ejemplos de otras sicologías que ayuden a entender que, frente a la seducción de la tentación, la vacilación no ayuda a la fortaleza y determinación frente a ella. Solo que tal energía frente a una idea o afecto recurrente, se hace obsesiva. Por eso es sano el consejo de hacer lo contrario para desterrar la complicidad y mantenerse, frente a la añoranza de las “ollas y pucheros de Egipto”, en alusión a la condición previa al Éxodo liberador del Pueblo de Dios. Es importante unir esta regla a la anterior en cuanto a la fe en la asistencia suficiente del Señor, aunque no se sienta consolado.

[326] 13ª regla. La terdécima: assimismo se hace como vano enamorado en querer ser secreto y no descubierto: porque así como el hombre vano, que hablando a mala parte requiere a una hija de un buen padre, o una muger de buen marido, quiere que sus palabras y suasiones sean secretas; y el contrario le displace mucho, quando la hija al padre o la muger al marido descubre sus vanas palabras y intención depravada, porque fácilmente collige que no podrá salir con la impresa comenzada: de la misma manera, quando el enemigo de natura humana trae sus astucias y suasiones a la ánima justa, quiere y desea que sean recibidas y tenidas en secreto; mas quando las descubre a su buen confessor o a otra persona spiritual, que conosca sus engaños y malicias, mucho le pesa: porque collige que no podrá salir con su malicia comenzada, en ser descubiertos sus engaños manifiestos.

 REFLEXIÓN

[327] 14ª regla. La quatuordécima: assimismo se ha como un caudillo, para vencer y robar lo que desea; porque así como un capitán y caudillo del campo, asentando su real y mirando las fuerzas o disposición de un castillo, le combate por la parte más flaca; de la misma manera el enemigo de natura humana, rodeando mira en torno todas nuestras virtudes theologales, cardinales y morales; y por donde nos halla más flacos y más necesitados para nuestra salud eterna, por allí nos bate y procura tomarnos.

REFLEXIÓN

[326] [327] El autoconocimiento de la propia realidad, en sus fortalezas y debilidades es muy deseable e importante. Las primeras para apuntalar y arraigar, las segundas para vigilar y fortalecer. Se da por descontado que interna o externamente, siempre estamos bajo sitio.