SOBRE-LAS-LIMOSNAS
[337] EN EL MINISTERIO DE DISTRIBUIR
LIMOSNAS SE DEBEN GUARDAR LAS REGLAS SIGUIENTES.
REFLEXIÓN
[337] Ministerio o servicio institucional es una
cosa, y dar limosna, o ayudar solidariamente cuando se tenga la oportunidad y
voluntad es otra cosa. Pero para ambos estilos las reglas que se ofrecen
persiguen una purificación de una actividad que ocupa el primer orden en el
cumplimiento de la misión evangélica de Jesús de amar al prójimo, perdonar al
enemigo y aun dar la vida por los demás. Cabe aquí la pregunta por la
eficiencia y la eficacia, para el servicio que l@s cristian@s buscan ejercer de
levadura en la masa, de cambio social, de bien común. Un tema que entra de
lleno en la caridad política, la cual es un amor de primer nivel o prioridad.
[338] 1ª regla. La primera: si yo
hago la distribución a parientes o amigos o a personas a quien estoy
aficionado, tendré quatro cosas que mirar, de las quales se ha hablado en parte
en la materia de elección. La primera es que aquel amor que me mueve y me hace
dar la limosna, descienda de arriba, del amor de Dios nuestro Señor; de forma
que sienta primero en mí que el amor más o menos que tengo a las tales
personas, es por Dios, y que en la causa porque más las amo reluzca Dios.
REFLEXIÓN
[338] No somos ajen@s a la falta de transparencia
en nuestras actuaciones, vistas como nobles y generosas, las cuales ocultan los
favoritismos, el nepotismo, el amiguismo, el compadrazgo, el compañerismo, las
preferencias ocultas y dañinas: partidismos políticos, ideológicos, étnicos,
culturales, religiosas, elitistas, etc. Tod@s desde la fe autocrítica, deberemos
preguntarnos cuál es la principal motivación que nos guía. Y si no es Dios,
entrar en un serio proceso de depuración. Este aporte es una contribución
privilegiada en orden a la instauración de un reinado de Dios, más fraterno,
equitativo y solidario.
[339] 2ª regla. La segunda: quiero
mirar a un hombre que nunca he visto ni conoscido; y deseando yo toda su
perfección en el ministerio y estado que tiene como yo quería que él tuviese
medio en su manera de distribuir, para mayor gloria de Dios nuestro Señor y
mayor perfección de su ánima; yo haciendo assí, ni más ni menos, guardaré la
regla y medida que para el otro querría y juzgo seer tal.
REFLEXIÓN
[339] Cuál es el perfil deseable de una persona u
organización, que tenga medios para que distribuya según Dios, y haciéndolo
logre su plenificación de fe y su calidad humana sobresaliente.?
[340] 3ª regla. La tercera: quiero
considerar como si estuviesse en el artículo de la muerte, la forma y medida
que entonces querría haber tenido en el officio de mi administración; y
reglándome por aquella, guardarla en los actos de la mi distribución.
REFLEXIÓN
[340] La lucidez moral, el juicio subjetivo, que
podamos hacer en los últimos momentos de vida son una composición existencial
de situación que indica Ignacio en varios lugares, porque entonces se
arrepiente uno de ciertas decisiones que llevaron a ciertas consecuencias, y el
deseo de haberlas enmendado con mayor sabiduría y discreción de espíritus.
[341] 4ª regla. La quarta: mirando
cómo me hallaré el día del juicio, pensar bien cómo entonces querría haber
usado deste officio y cargo del ministerio; y la regla que entonces querría
haber tenido, tenerla agora.
REFLEXIÓN
[341] Otra instancia subjetivo objetiva, porque
nos miraríamos como se nos pudiera mirar y juzgar, siendo así que aún nos juzgamos.
Lo cual nunca es lo mismo que la mirada totalmente del otr@, pero se acerca, si
intentamos hacerlo con la mayor honestidad posible.
Estas ficciones pueden ser engañosas, pero también,
por aproximadas a nuestra verdad, nos alertan sobre asuntos por resolver.
[342] 5ª regla. La quinta: quando
alguna persona se siente inclinada y afficionada a algunas personas, a las
quales quiere distribuir, se detenga y rumine bien las quatro reglas
sobredichas, examinando y probando su affección con ellas; y no dé la limosna,
hasta que conforme a ellas su dessordenada affección tenga en todo quitada y
lanzada.
REFLEXIÓN
[342] La radicalidad que confronta nuestr@s
prejuicios positivos y negativos en la acepción de personas, en este caso
relacionada con distribución de recursos o limosnas, es una orientación que
ayudaría, incluso cuando los recursos son públicos, y requieren ser
administrados, con escrupulosa transparencia para eliminar cualquier sombra de
corrupción. De ordinario el afecto familiar o amistoso, no por eso se desecha
sin escrutinio, porque puede haber necesidad verdadera. Pero obliga a un más
riguroso examen de los motivos que alientan tal conducta.
[343] 6ª regla. La sexta: dado que
no hay culpa en tomar los bienes de Dios nuestro Señor para distribuirlos, quando
la persona es llamada de nuestro Dios y Señor para tal ministerio; pero en el
quánto y cantidad de lo que ha de tomar y aplicar para sí mismo de lo que tiene
para dar a otros, hay duda de culpa y excesso; por tanto, se puede reformar en
su vida y estado por las reglas sobredichas.
REFLEXIÓN
[343] Mucha más seria es la conducta abusiva de
quienes tienen el poder sobre recursos que no son propios, sino para el bien común,
y se favorecen a sí mism@s, enriqueciéndose ilegítimamente. Si este fuera un
fruto de ejercicios de personas en cargos públicos y de poder, aun elegidos
popularmente, cabría la esperanza de contar con un medio apto para enfrentar la
corrupción que asola tantos países y regiones.
[344] 7ª regla. La séptima: por las
razones ya dichas y por otras muchas, siempre es mejor y más seguro, en lo que
a su persona y estado de casa toca, quanto más se cercenare y diminuyere, y
quanto más se acercare a nuestro summo pontífice, dechado y regla nuestra, que
es Christo nuestro Señor. Conforme a lo qual el tercero concilio Carthaginense
(en el qual estuvo sancto Augustín) determina y manda que la suppeléctile del
obispo sea vil y pobre. Lo mismo se debe considerar en todo modos de vivir,
mirando y proporcionando la condición y estado de las personas; como en
matrimonio tenemos exemplo del Sancto Joaquín y de Sancta Anna, los quales
partiendo su hacienda en tres partes, la primera daban a pobres, la segunda al
ministerio y servicio del templo, la tercera tomaban para la substentación
dellos mismos y de su familia.
REFLEXIÓN
[344] Como si de profecía se tratara, para nuestros atribulados tiempos de inicio del tercer milenio, ya que es una orientación pendiente desde el Jesús histórico, se recomienda a la Jerarquía vivir con modestia, pero también a las familias, a partir del estilo de vida de la pareja. Ignacio escribía en el siglo 16 -pero ya le habían precedido en este tipo de recomendación y exhortación santos ilustres como Francisco de Asís- cuando la Iglesia estaba enfrentando la Reforma protestante, y se miraba hacia sí misma buscando contra reformarse, para volver a las fuentes y avivar la inspiración mediante el testimonio y santidad.