domingo, 13 de noviembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Domingo 33 de tiempo ordinario

Malaquías 3, 19-20ª




REFLEXIÓN

los quemaré el día que ha de venir

Los Profetas mencionaron un castigo, tormento o final para los rebeldes y malvados.

No podemos hoy con el NT y el enfoque permisivo aplicarlo sin sentirnos mal, y lo más que decimos es que ya se da en la historia suficiente sufrimiento para –encima- reservar algo para el final. Que el amor de Dios, quien juzga al humano definitivamente, sabrá aplicar su misericordia, porque mira el fondo de las decisiones humanas, aun las perversas en apariencia o en evidencia.

Pero no se puede recortar ese mensaje fiero, que incluso encuentra espacio en parábolas y el discurso apocalíptico de Jesús, porque nuestro enfoque sea líquido hoy.

Es como si mi criterio subjetivo actual, de la realidad deseada, fuera el único criterio de interpretación, y yo me auto incriminara o auto absolviera basado en mi perspectiva única. Equivale a la autojustificación por mi propia conclusión.

no quedará de ellos ni rama ni raíz

Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas

Subsiste la esperanza de la justificación que viene del Señor, por la fe en su intervención: promesa y cumplimiento pascual.

Más bien en esto debiéramos insistir en nuestro actual mundo nitzcheano. En una misericordia que procede de Alguien, de quien hemos sido creados a imagen y semejanza, no al contrario.

Salmo responsorial: 97



REFLEXIÓN

aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para regir la tierra

Qué y por quién nos mueve el Señor a clamar hoy?

llega para regir la tierra

De ese regir, de su dominio esperamos la superación de lo que no sabemos, no podemos o no queremos producir: justicia y fraternidad.

2Tesalonicenses 3, 7-12



REFLEXIÓN

trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para nadie

Es una forma de amor: no ser carga sino cargar lo de otros. Y los hay incontables héroes del silencio, soportando cargas familiares y sociales, con ánimo generoso y sereno.

trabajen con tranquilidad para ganarse el pan

En el principio aparece la labor del trabajo como una obligación fatigosa. Sin embargo la experiencia y la sabiduría humana tradicional encuentran gran parte de la dignidad humana en su ejercicio, porque aun en medio de limitaciones es una construcción de la libertad, incluso en la esclavitud y confinamiento como nos enseñaron algunos creyentes de los campos de concentración.

Lucas 21, 5-19



REFLEXIÓN

Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida

Incluso hay que saber escrutar el verdadero final, que viene de Jesús Hijo de hombre, y no cualquier final, por pavoroso o asombroso que nos aparezca.

Tampoco se trata del final que deseamos a otros incómodos para nuestra existencia y aun injustos. Porque el final de todo es iniciativa del Señor como su acto creador.

os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio

Ya estaba ocurriendo el testimonio de la vida de Pablo, perseguido, torturado y encarcelado.

Estas palabras de Lucas, quien fue su compañero, parecen un retrato biográfico de él.

yo os daré palabras y sabiduría

todos os odiarán por causa mía

Pudo suceder que los seguidores de Jesús no participaban activamente en las conspiraciones y rebeliones contra los ocupadores romanos, en ninguna parte.

No entendían que dar fin al Imperio fuera trabajar por el final que Jesús había prometido en su venida.

Por su visión escatológica de los acontecimientos, nutrida de la resurrección de Jesús de Nazareth, se hacían sospechosos de colaboracionismo, incluso de delatores y cómplices, y eran candidatos a ser ejecutados.

Parecería entonces que no estaban a favor de las causas justas, si no participaban como activistas defensores de la soberanía y autodeterminación de la Jerusalén zelota.

También aquí fue preciso el discernimiento entre lo que es de este mundo y la figura que pasa y el final que conviene al reino de Dios, única fidelidad radical del creyente de la buena nueva.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1591749569649741826?s=20&t=8_2t7zJnQqNBjkDmplrW2w

DOCTORES DE LA IGLESIA


 
De los Comentarios de san Agustín, obispo, sobre los salmos
(Salmo 95, 14. 15: CCL 39, 1351-1353)
 
NO PONGAMOS RESISTENCIA A SU PRIMERA VENIDA, Y NO TEMEREMOS LA SEGUNDA

 

Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra. Vino una primera vez, pero vendrá de nuevo. En su primera venida pronunció estas palabras que leemos en el Evangelio: Después de esto veréis al Hijo del hombre venir sobre las nubes. ¿Qué significa: Después de esto? ¿Acaso no ha de venir más tarde el Señor, cuando prorrumpirán en llanto todos los pueblos de la tierra? Primero vino en la persona de sus predicadores, y llenó todo el orbe de la tierra. No pongamos resistencia a su primera venida, y no temeremos la segunda.

 ¿Qué debe hacer el cristiano, por tanto? Servirse de este mundo, no servirlo a él. ¿Qué quiere decir esto? Que los que tienen han de vivir como si no tuvieran, según las palabras del Apóstol: Os digo esto, hermanos: el momento es apremiante. Queda como solución: que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la presentación de este mundo se termina. Quiero que os ahorréis preocupaciones. El que se ve libre de preocupaciones espera seguro la venida de su Señor. En efecto, ¿qué clase de amor a Cristo es el de aquel que teme su venida? ¿No nos da vergüenza, hermanos? Lo amamos y, sin embargo, tememos su venida. ¿De verdad lo amamos? ¿No será más bien que amamos nuestros pecados? Odiemos el pecado, y amemos al que ha de venir a castigar el pecado. Él vendrá, lo queramos o no; el hecho de que no venga ahora no significa que no haya de venir más tarde. Vendrá, y no sabemos cuándo; pero, si nos halla preparados, en nada nos perjudica esta ignorancia.

 Aclamen los árboles del bosque. Vino la primera vez y vendrá de nuevo a juzgar a la tierra; hallará aclamándolo con gozo, porque ya llega, a los que creyeron en su primera venida.

 Regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. ¿Qué significan esta justicia y esta fidelidad? En el momento de juzgar reunirá junto a sí a sus elegidos y apartará de sí a los demás, ya que pondrá a unos a la derecha y a otros a la izquierda. ¿Qué más justo y equitativo que no esperen misericordia del juez aquellos que no quisieron practicar la misericordia antes de la venida del juez? En cambio, los que se esforzaron en practicar la misericordia serán juzgados con misericordia. Dirá, en efecto, a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino que está preparado para vosotros desde la creación del mundo. Y les tendrá en cuenta sus obras de misericordia: Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, y lo que sigue.

 Y a los de su izquierda ¿qué es lo que les tendrá en cuenta? Que no quisieron practicar la misericordia. ¿Y a dónde irán? Id al fuego eterno. Esta mala noticia provocará en ellos grandes gemidos. Pero, ¿qué dice otro salmo? El recuerdo del justo será perpetuo. No temerá las malas noticias. ¿Cuál es la mala noticia? Id al fuego eterno que está preparado para el demonio y sus ángeles. Los que se alegrarán por la buena noticia no temerán la mala. Ésta es la justicia y la fidelidad de que habla el salmo.

 ¿Acaso, porque tú eres injusto, el juez no será justo? O, ¿porque tú eres mendaz, no será veraz el que es la verdad en persona? Pero, si quieres alcanzar misericordia, sé tú misericordioso antes de que venga: perdona los agravios recibidos, da de lo que te sobra. Lo que das ¿de quién es sino de él? Si dieras de lo tuyo sería generosidad, pero porque das de lo suyo es devolución. ¿Qué tienes que no hayas recibido? Éstas son las víctimas agradables a Dios: la misericordia, la humildad, la alabanza, la paz, la caridad. Si se las presentamos, entonces podremos esperar seguros la venida del juez que regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.