viernes, 23 de diciembre de 2022

PALABRA COMENTADA

 

Feria privilegiada de Navidad

23de diciembre

Malaquías 3,1-4.23-24



REFLEXIÓN

De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis

Por qué de pronto? La dimensión del Espíritu es totalmente otra: una alternativa de nuestro tiempo. Otro tempo. Que incursiona en el nuestro encarnadamente, pero no simultáneamente.

Ni mansamente. Por eso la exhortación a la vela, vigilancia, vigilia.

Lo de Dios es así: de repente. O así lo sentimos, porque su acompañamiento sutil nos asalta en ciertos momentos de conciencia y coyunturas especiales o Kayrós.

Hay veces nos manda mensajeros, signos que comunican su intención, pero no hacemos caso, entretenidos como andamos, o poco inteligentes que somos. Y nos sorprende con algo más ruidoso para alertarnos de su paso.

Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido

En esto nos colabora la fiesta del nacimiento de Jesús. A concretar su encarnación. Y como tal a purificar nuestra oblación.

Porque el creyente vive en oblación, con su cuerpo, su tiempo, el sentido que aporta a todo lo que hace.

El creyente con su amor doméstico y cotidiano aporta sentido.

Quién, que crea, no ama y que ama no cree? El incrédulo ama? No es incrédulo nada.

Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible

Con esto es Jesús el día del Señor, grande y terrible, pero no destructor.

No hay ningún tipo de violencia que se precipite desde el cielo, por más que se desee.

La transformación viene desde lo íntimo hacia fuera.

Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra

Convertirnos mutuamente, amarse mutuamente, es el sentido de la fiesta del nacimiento, de la encarnación, de la pascua.

Conversión para la mentalidad rebelde contra la autoridad del padre y la madre. Para el abuso y explotación de la autoridad sobre el súbdito: hijo y hermano.

Salmo responsorial: 24



REFLEXIÓN

haz que camine con lealtad; / enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

No sólo para que aprenda con sentido, sino para que también consecuentemente viva. Escuchar la palabra con lealtad es llevarla a la vida incansablemente.

Que no obstante las circunstancias que puedan hacer dudosa la entrega, se mantenga la misma por tu gracia y aceptación.

enseña el camino a los pecadores; / hace caminar a los humildes con rectitud

Porque no somos perfectos, necesitamos aprender constantemente, siempre.

El humilde y pecador es quien sabe quién es y de quién viene la salvación. Y está dispuesto a esperar.

Los humildes son pecadores convertidos que se mantienen en el proceso de conversión, por la conciencia de su reconciliación.

Su acción de gracias por el perdón y el verdadero conocimiento no cesa, ni así tampoco su vigilancia.

Lucas 1,57-66



REFLEXIÓN

 

empezó a hablar bendiciendo a Dios

Bendecir es un proyecto de vida, una valentía, una persistencia en el bien obrar, un reconocimiento constante de la colaboración del Señor en asociarnos a su designio.

Porque la mano del Señor estaba con él.

Por lo prodigios se puede decir esto de Juan Bautista y de Jesús.

Pero también de nosotros, cuando vivimos como justos, esperando más allá de cualquier expectativa.

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1606248150397763586?s=20&t=0pfPaXktyV5L5hXrGCqauQ

BEATO CARLO


El Milagro Eucarístico de Eten sucedió aproximadamente hace 356 años en la ciudad peruana de Puerto Eten. En la Hostia que había sido expuesta para la adoración pública apareció el Niño Jesús y tres corazones de color blanco que resplandecían y estaban unidos entre sí. Cada año, la fiesta en su honor se comienza a celebrar el 12 de julio con el traslado de la imagen del Niño del Milagro de su Santuario al templo de la ciudad de Eten. Las fiestas se concluyen el 24 de julio


 Del Tratado de san Hipólito, presbítero, Contra la herejía de Noeto
(Cap. 9-12: PG 10, 815-819)
 
MANIFESTACIÓN DEL MISTERIO ESCONDIDO

 

Hay un único Dios, hermanos, que sólo puede ser conocido a través de las Escrituras santas. Por ello debemos esforzarnos por penetrar en todas las cosas que nos anuncian las divinas Escrituras y procurar profundizar en lo que nos enseñan. Debemos conocer al Padre como él desea ser conocido, debemos glorificar al Hijo como el Padre desea que lo glorifiquemos, debemos recibir al Espíritu Santo como el Padre desea dárnoslo. En todo debemos proceder no según nuestro arbitrio ni según nuestros propios sentimientos ni haciendo violencia a los deseos de Dios, sino según los caminos que el mismo Señor nos ha dado a conocer en las santas Escrituras.

Cuando sólo existía Dios y nada había aún que coexistiera con él, el Señor quiso crear el mundo. Lo creó por su inteligencia, por su voluntad y por su palabra; y el mundo llegó a la existencia tal como él lo quiso y cuando él lo quiso. Nos basta, por tanto, saber que, al principio, nada coexistía con Dios, nada había fuera de él. Pero Dios, siendo único, era también múltiple. Porque con él estaba su sabiduría, su razón, su poder y su consejo; todo esto estaba en él, y él era todas estas cosas. Y, cuando quiso y como quiso, y en el tiempo por él mismo predeterminado, manifestó al mundo su Palabra, por quien fueron hechas todas las cosas.

 Y como Dios contenía en sí mismo a la Palabra, aunque ella fuera invisible para el mundo creado, cuando Dios hizo oír su voz, la Palabra se hizo entonces visible; así, de la luz que es el Padre salió la luz que es el Hijo, y la imagen del Señor fue como reproducida en el ser de la creatura; de esta manera el que al principio era sólo visible para el Padre empezó a ser visible también para el mundo, para que éste, al contemplarlo, pudiera alcanzar la salvación.

 El sentido de todo esto es que, al entrar en el mundo, la Palabra quiso aparecer como Hijo de Dios; pues, en efecto, todas las cosas fueron hechas por el Hijo, pero él es engendrado únicamente por el Padre.

 Dios dio la ley y los profetas, impulsando a éstos a hablar bajo la moción del Espíritu Santo, para que, habiendo recibido la inspiración del poder del Padre, anunciaran su consejo y su voluntad.

 La Palabra, pues, se hizo visible, como dice san Juan. Y repitió en síntesis todo lo que dijeron los profetas, demostrando así que es realmente la Palabra por quien fueron hechas todas las cosas. Dice: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios; por ella empezaron a existir todas las cosas, y ninguna de las que existen empezó a ser sino por ella. Y más adelante: El mundo empezó por ella a existir, pero el mundo no la reconoció. Vino a los suyos y los suyos no la recibieron.