viernes, 14 de abril de 2023

PALABRA COMENTADA

 Viernes de la octava de Pascua

Hechos 4,1-12



REFLEXIÓN

indignados de que enseñaran al pueblo y anunciaran la resurrección de los muertos por el poder de Jesús

En sus inicios la comunidad cristiana comenzó siendo perseguida y acosada, sobretodo por el establecimiento saduceo que impugnaba la resurrección. Un grupo opuesto a Jesús por el poder que éste fue adquiriendo a sus ojos, pero también por la doctrina sacada de las escrituras sobre la vida después de la muerte.

Pero los fariseos se le unieron por su rechazo a las pretensiones mesiánicas de Jesús de Nazareth, según el redactor del evangelio.

Los hostigaban por realizar su anuncio fundamental y ejercer la función de docencia y exhortación para la conversión. Pero los creyentes los confrontaban con las obras buenas, inspirados por su Mesías.

La comunidad cristiana, a su vez pasando el tiempo, cayó y cae eventualmente en la tentación de ser perseguidora, cuando la prepotencia en vez de la tolerancia, ha sido su modo estable de proceder.

Ahora la víctima sobrevive en el testimonio de sus seguidores, y la doctrina de vida se arraiga. Han fracasado sus planes. La vida también en este aspecto ha triunfado sobre las maquinaciones del poder aun religioso.

La vida accesible a todos, sobretodo a los que no pensaron tener acceso a ella: los humildes.

"¿Con qué poder o en nombre de quién habéis hecho eso?"

El cuestionamiento que procede del poder es intimidante y se requiere una fortaleza del Espíritu para resistir y mantenerse en pie.

Muchas causas, aun no religiosas, gozan de una inspiración similar, porque algunos activistas logran hacer frente por ese ideal a las persecuciones, cárcel, torturas y hasta la muerte.

Pedro, lleno de Espíritu Santo, respondió

Pedro cuenta con el Espíritu que asesora la defensa por la que se mantiene el mensaje de salvación.

El don del Espíritu útil para la brecha, la trinchera donde se lucha por el Reino de la vida.

Los testigos de Jesús dan fe que el Reino de Dios, el Reino de los cielos se ha transformado en el Reino de la vida, la vida plena.

ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno

Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular

En la existencia auténtica cristiana del reino es importante vivenciar, dejar sentir, la convicción de ser piedra de desecho, de publicano en la ultima banca del templo, de invitado que se ubica en un sitio modesto, de pequeño con el que se identifica el Señor.

Se trata de una transformación desde dentro, que desdeña las glorias de este mundo, los reconocimientos y halagos, por apreciar la identidad de pobre, que da a entender la gloria de Dios y su señorío.

La pobreza y pequeñez es la confesión a favor del Señor de la vida, quien realiza el designio del Reino en forma inescrutable.

Otro modo de entender la historia, la historia de los que han recuperado la esperanza en Jesús. Por eso su nombre es insustituíble en la historia de salvación.

Salmo responsorial: 117



REFLEXIÓN

La piedra que desecharon los arquitectos / es ahora la piedra angular

Que lo pequeño se goce y gloríe en el Señor

Es el Señor quien lo ha hecho,

Cuando el Señor interviene a favor del pequeño muestra que existe como poder salvador y con amor gratuito y desinteresado.

El reino del Señor Jesús no es de este mundo. Más bien relativiza el poder y vanagloria mundanas.

sea nuestra alegría y nuestro gozo

Nuestro gozo radica también, además de la intervención del Señor, en nuestra participación de este triunfo.

Tal como los votantes que se ven favorecidos en una elección por el triunfo de su candidato, tienen expectativas sobre cómo les afectará positivamente esa victoria.

Juan 21,1-14



REFLEXIÓN

Jesús se apareció otra vez

Las visitas del Señor son un don de su libertad y amor. No se atesoran, se agradecen. Son como un vaso de agua fresca bajo un sol abrasador. Son un aliento que reanima en la fatiga del caminar. Son una cercanía cálida que pacifica nuestro estrés.

Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada.

Parece un dejá vu. Todo vuelve a empezar. La rutina de trabajo impone su realidad, porque hay que comer. Puede hasta pensarse si todo lo de Jesús no fue sino un sueño maravilloso, pero sueño al fin.

Las penurias y preocupaciones del afán cotidiano y la existencia en pobreza vuelven a tomar protagonismo, como el agua se cierra en popa tras la apertura de proa.

Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: "Es el Señor."

Según el evangelio de Juan, uno es el que lleva la responsabilidad de la comunidad: Pedro, y otro es el amado del Señor. Y éste vive el carisma de la intuición amorosa de la cercanía del Señor. Esta intuición no está ligada necesariamente a la responsabilidad por el rebaño, pero le sirve para conocer dónde está el Señor.

El ideal sería que funcionaran en colaboración como se muestra en el evangelio de Juan, pero sucede que muchas veces funcionan disociados, cuando el poder del responsable se cierra sobre sí mismo y se endurece en sus propios intereses.

No necesariamente el ungido, desde los tiempos de Israel, tenía en sí el don de la sabiduría y el discernimiento. Son carismas que pueden ubicarse esparcidos en la comunidad, y hacemos bien en respetar el espacio en el que se expresen.

Los demás discípulos se acercaron en la barca

Los del montón, los no protagónicos, los no agraciados con ciertos carismas: ni la intuición joanéa, ni la impulsividad petrina. Pero también de ellos se ocupa la Palabra, también ellos tienen lugar en ese Reino nuevo.

Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.

Las fuentes del ciclo de encuentros de resurrección no son tímidas en contar la cantidad de encuentros. Más bien son pródigas. De tanto convencer no convencen mucho? O, es difícil callar la evidencia y debe enumerarse para hacer sentir la abundancia de cercanía y presencia del Señor y la vida nueva?

https://twitter.com/motivaciondehoy/status/1646846370869833729?s=20

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Hechos 4,1-12

Se subraya la transformación de Pedro y Juan, en valientes defensores de Jesús y su causa. Y poderosos por ofrecer signos como la curación del enfermo. Esta capacidad confunde y enardece la autoridad establecida y mantenida por nepotismo y elitismo. No sólo un líder muerto pero vivo que los hace responsables de un crimen de estado, sino unos líderes seguidores con capacidad para enfrentarlos y una enseñanza coherente asistida de poder milagroso. Algo muy fuerte está emergiendo

Salmo responsorial: 117

Acción de gracias por comprender cómo el plan de salvación de Dios se realiza con signos opuestos a los victoriosos esperados y así lo que parecía derrotado, la piedra rechazada, se convierte en lo principal de la nueva construcción.

Juan 21,1-14

Parece un relato antiguo al que se le encima un énfasis más favorable a Juan que a Pedro. Porque es Juan quien sabe antes que nadie que el aparecido en la orilla es el Señor Jesús. Un relato de la vida histórica reposicionado para dar a la comunidad de seguidores algún tipo de solución sobre la presencia que se mantiene de parte del Resucitado, aun en medio de la vuelta a las tareas cotidianas, y sin tener certeza de cuándo es la próxima venida de Jesús.?

BEATO CARLO


 De las Catequesis de Jerusalén
(Catequesis 21 [Mistagógica 3], 1-3: PG 33. 1087-1091)
 
LA UNCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO

 

Bautizados en Cristo y habiéndoos revestido de Cristo, habéis adquirido una condición semejante a la del Hijo de Dios. Pues Dios, que nos predestinó a la adopción de hijos suyos, nos hizo conformes al cuerpo glorioso de Cristo. Por esto, hechos partícipes de Cristo (que significa Ungido), no sin razón sois llamados ungidos; y es refiriéndose a vosotros que dijo el Señor: No toquéis a mis ungidos.

 

Fuisteis hechos cristos (o ungidos) cuando recibisteis el signo del Espíritu Santo; todo se realizó en vosotros en imagen, ya que sois imagen de Cristo. Él, en efecto, al ser bautizado en el río Jordán, salió del agua, después de haberle comunicado a ella el efluvio fragante de su divinidad, y entonces bajó sobre él el Espíritu Santo en persona, y se posó sobre él como sobre su semejante.

 

De manera similar vosotros, después que subisteis de la piscina bautismal, recibisteis el crisma, símbolo del Espíritu Santo con que fue ungido Cristo. Respecto a lo cual, Isaías, en una profecía relativa a sí mismo, pero en cuanto que representaba al Señor, dice: El Espíritu del Señor está sobre mi, porque el Señor me ha ungido; me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres.

 

Cristo no fue ungido por los hombres con aceite o ungüento material, sino que el Padre, al señalarlo como salvador de todo el mundo, lo ungió con el Espíritu Santo. Como dice Pedro: Dios ungió a Jesús de Nazaret con poder del Espíritu Santo; y en los salmos de David hallamos estas palabras: Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre; cetro de rectitud es tu cetro real; has amado la justicia y odiado la impiedad: por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.

 

El Señor fue ungido con un aceite de júbilo espiritual, esto es, con el Espíritu Santo, el cual es llamado aceite de júbilo porque es el autor del júbilo espiritual; pero vosotros, al ser ungidos materialmente, habéis sido hechos partícipes de la naturaleza de Cristo.

 

Por lo demás, no pienses que es éste un ungüento común y corriente. Pues, del mismo modo que el pan eucarístico, después de la invocación del Espíritu Santo, no es pan corriente, sino el cuerpo de Cristo, así también este santo ungüento, después de la invocación, ya no es un ungüento simple o común, sino el don de Cristo y del
Espíritu Santo, ya que
realiza, por la presencia de la divinidad, aquello que significa. Tu frente y los sentidos de tu cuerpo son ungidos simbólicamente y, por esta unción visible de tu cuerpo, el alma es santificada por el Espíritu Santo, dador de vida